«Posiblemente. ¿Están locos los homeless? ¿Qué es la locura? No sé, se trata de diversión, de pasárselo bien». Bueno, intentemos al menos indagar en el sentido literal del título. «Es una referencia a la civilización occidental. Es como si te dieras cuenta de que la cultura occidental guarda paralelismo con el auge y caída del imperio romano. Es la cima del control y del poder, que implica también la decadencia. Parece que cuando el poder llega a un cierto momento ya no puede desarrollarse más, y entonces se produce un colapso. Esto nos interesa. Es triste y nos mantenemos a la expectativa». Botch es una de estas bandas que están haciendo saltar en astillas los límites del hardcore. «Nos vamos moviendo. Nosotros comenzamos como una banda de hardcore, venimos del hardcore, pero hemos evolucionado, y ahora es difícil localizarnos en un estilo». Tracemos por ejemplo un eje que va de Bad Religion a Mr. Bungle. «Bad Religion es de donde venimos, y Mr. Bungle hacia donde vamos, pero bueno, Mr. Bungle es que está fuera del camino. Lo de Mr. Bungle es excesivo». Buscando posibles referencias les preguntamos por sus compañeros de sello The Dillinger Escape Plan. «Son amigos nuestros. Son una gran banda, realmente buena, que están rozando el límite y van por el buen camino». Botch se definen como rock matemático porque se plantean la composición estructuralmente, y uno piensa en las teorías frippertrónicas del líder de King Crimson. ¿Fripp-core? Tal vez pero tranquilos, todas las letras de Botch están recorridas de un fino sarcasmo que, desde el propio título del álbum, roza el absurdo. Ahí van un par de ejemplos: «Saint Mathew Returns To The Womb». «Esta canción nace de la presión que ejercía la iglesia contra mí de pequeño, y así nace un sentimiento de rebeldía. Es una referencia al hecho de que cuando las cosas están en contra de uno, tienden a provocar el sentido contrario, tú contra ellas». Ejemplo número dos: «Mondrian Was A Liar». ¿Prefieren Botch a Kandinsky? ¿Odian las diagonales? «Esta canción va sobre el trabajo y cómo el mundo se vuelve complejo a medida que la tecnología se vuelve compleja. Parece que la gente olvida eso, que el trabajo cotidiano sigue siendo necesario, gente que barra las calles, que pode los árboles... se tiende a infravalorar la importancia de estas necesidades elementales. Y la gran filosofía de Mondrian entendía que hacer arte es perder el contacto con la realidad y con la tragedia del trabajo». Bueno, esta denuncia viene de una banda que, al definirse como rock matemático, se plantea los problemas de manera muy abstracta (directo al hígado). «OK, básicamente Mondrian era un mentiroso porque decía que todo iba a convertirse en arte y se equivocaba». En cualquier caso, me da la impresión de que estas bandas que practican un estilo tan extremo están rozando el absurdo de la vanguardia. «No sé. No como Mr. Bungle o Dillinger, porque nosotros hacemos material loco pero todavía tiene sentido. De todas formas, cuando pienso en vanguardia pienso más en cosas minimalistas, simples, frías. Todos tenemos una idea básica de vanguardia, intentando hacer algo diferente, preguntándonos qué es la música. Nos preguntamos qué puede ser escuchado, qué puede ser bailado, qué puede ser tolerado».
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