Espíritu errante

La vida de Josh Rouse, desde muy pequeño, se ha visto marcada por constantes mudanzas, por un perenne ir y venir, descubriendo nuevos lugares en los que vivir. El destino ha hecho que deba cruzar el charco para descubrir su nuevo destino, primero Altea, ahora Valencia. “Subtítulo” (Bedroom Classics/Discmedi) es el resultado de año y medio junto al Mediterráneo.

¿Cuál es la fórmula? ¿Dónde encuentra Josh Rouse esas melodías que se enganchan como el velcro a un suéter de lana? Sus discos siempre han surgido inspirados por el acontecer de su propia vida, de su propia vivencia, y si no fíjense en los títulos de sus discos: “Nebraska” (donde vivió buena parte de su infancia), “Home”, “1972” (su año de nacimiento), “Nashville” (la ciudad que le ha visto crecer musicalmente)… Y ahora “Subtítulo” deja entrever su nueva circunstancia vital. “Conocí a Paz en un concierto aquí en Valencia. Yo me iba a Nueva York y Paz pensó que sería fantástico ir, pero nos tomamos unas vacaciones en Altea y me pareció un sitio realmente maravilloso. Así que me busqué un apartamento. Era la ocasión de probar algo nuevo, me gustaba España, iba a vivir junto al mar, y quería ver como sería todo aquello. Esa es un poco la historia, hace casi ya año y medio. Había pasado mucho tiempo metido en ambiente musical, viajando y todo eso. Necesitaba vivir en un sitio agradable, tranquilo en el que poderme relajar, disfrutar del mar y del tiempo, de Paz y de todo. Y estuvo muy bien, pero después de un tiempo acabó siendo aburrido”. 

Lo cual acabó trayéndole a Valencia, un entorno más urbano y cercano a la población alicantina. Pero el disco ya había nacido al abrigo de aquel pequeño pueblo y ahí queda su impronta, como bien canta la canción que abre el disco “Quiet Town”. “Tanto ´1972´ como ´Nashville´ eran discos mucho más ágiles y animados, pero para éste estaba aquí en España, solo, buscando tranquilidad, por lo que escribí muchas canciones acústicas. Quería hacer un álbum de ese modo, quería algo que fuese más yo y mi guitarra y poco más, aunque al final en el estudio se metieron unas cuantas baterías y teclados, porque a veces es difícil resistirse a ello, sobre todo con todas las ideas de Brad (Jones, productor de sus tres últimos discos y culpable de buena parte de los arreglos). De todos modos, el disco es mucho más pausado que los anteriores, pasé mucho tiempo escuchando el disco de Sue George, y también di muchas vueltas a los discos de Joao Gilberto (desde luego la bossa nova se muestra como influencia notable en cerca de la mitad de los temas). Esa era un poco mi idea para el disco”.A estas alturas no era un secreto para nadie que Rouse había llegado a España para quedarse (al menos durante algún tiempo, nunca se sabe vista su naturaleza errante), pero lo que puede haber sorprendido a muchos es el abandono de Rykodisc y la aparición de “Subtitulo” bajo un sello Bedroom Classics creado por él mismo para editar alguna referencia exclusiva para directos y similares. “Mi contrato por cinco discos había terminado, hice incluso un DVD. Ellos no querían firmar a nadie más, pero yo tampoco estaba interesado en hacer un nuevo disco con ellos, así que hablé con algunas compañías y después de ver cómo estaba la situación pensé que era mejor tratar de hacer esto por mi cuenta y licenciarlo a alguna compañía. Entonces encontramos una llamada Nettwerk, que me ofreció un trato que considero era muy justo para un artista. Además no resultaba mucho trabajo para mí. Es posible que si vas a sacar tu primer o segundo disco y no tengas un buen puñado de fans que te apoye, sea bueno tener detrás a una compañía discográfica que pueda apoyarte económicamente, pero yo tengo la suerte de tener muchos fans por lo que no me resulta muy arriesgado grabar un disco, y sacarlo por mi cuenta porque sé que va a haber una buena cantidad de gente que va a querer comprar el disco, al menos la suficiente para poder cubrir los costes. Además esta nueva situación me ofrece mucha más libertad, muchas más posibilidades de hacer cosas divertidas, puede que más abstractas, locuras… Cuando firmas un contrato y una compañía pone dinero encima de la mesa, esperan algo de ti, y no quería nada así. Tan sólo buscaba pasarlo lo mejor posible y hacer algo creativo”.