Especial Pau Vallvé: "Pels dies bons"
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Especial Pau Vallvé: "Pels dies bons"

Yeray S. Iborra — 29-09-2014
Fotografía — Pau Vallvé

Hemos vivido los preparativos, el cocinado y el resultado del nuevo trabajo del cantautor catalán Pau Vallvé: tres encuentros, tres paisajes, tres entregas hasta la salida del disco “Pels dies bons” el próximo 14 de octubre. Hoy, colapso, colores y cambios de eje.

¡Bum! Como una bombona de gas butano expuesta al sol, Pau Vallvé dijo basta hace algo más de un año. Un proyecto propio donde tocaba todas las teclas, varias producciones y colaboraciones con historias afines, mantener una discográfica (Amniòtic Records, ya cerrada a consecuencia de la deflagración) y muchos -demasiados- trabajos para mantener toda la estructura, hicieron que el cantautor colapsara. Hasta aquí; no agiten más la botella de cava, que al final tendremos un disgusto.

A principios de setiembre del año pasado, la cosa empezó a enderezar. “Me voy un tiempo a Banyoles, tio. Pasaré allí unos meses”, me comentaba Vallvé a pie de barra, ilusionado, en la 25 edición del Mercat de Música Viva de Vic, dónde tocaba junto a Maria Coma en el estreno de “Celesta” (2013). No se intuía el duelo por sus desdichas, la congoja se había ido diluyendo por las buenas-nuevas y estaba claro que su válvula de escape ?de trabajo, contratos, y relaciones? debía venir en forma de paisaje. Vallvé había encontrado cobijo en Banyoles, una ciudad cercana a los 20.000 habitantes del interior de Catalunya.

Siendo él tan de montaña, "de bosc", que popularizó con el disco anterior, entre un local-dormitorio en Barcelona y una casa con aire corriente y sol a cal y canto, no tuvo dudas. “Había ido a tocar frecuentemente des del 2006, subiendo varios fines de semana, hasta que me enteré que en casa de unos amigos quedaba una habitación libre. Mi primera intención era marcharme por ahí, pero vivir en el ‘estany’ ya era como viajar. Un término medio entre desaparecer un tiempo y estar en la naturaleza”.

 

Levantarse por la mañana; coger los huevos de las gallinas; un paseo en bici por el estanque, el más grande de Catalunya por cierto: una gigante mancha azul de agua (cerca de 1.2 km²) inspiradora de leyendas (como la del ‘Monstre de Banyoles’) y forjadora de caracteres e identidades. Vendita no-rutina. Un lugar idóneo para perderse, digerir y construir.

Pau Vallvé había desaparecido por gusto del mapa mediático tras una intensa gira presentado “de bosc” (mejor disco catalán para esta publicación) y sólo contadas manifestaciones, en redes sociales y para colgar bucólicas fotografías de sus paseos por el lago, durante su periplo en la capital del Pla de l’Estany, hacían sospechar que seguía en la partida. “Mi única rutina era el lago, un auténtico imán, tenía algo de ‘Lost’. El lago y una libreta o dos encima, un zumo de naranja por la mañana y nada, ir pensando e indagando: buscaba situaciones, no quería personajes en mis letras, quería que me pasaran cosas”. Tras siete años de ritmo desenfrenado, de curros varios, más o menos artísticos, Pau Vallvé tuvo sus ‘vacaciones’: del 1 de noviembre al 1 de mayo anduvo por Banyoles, dándose tiempo para respirar y escribir.

Para cuando nos reunimos a principios del pasado mes de mayo en una terraza de Gracia: ¡milagro! Él ya tenía claras las bases del nuevo trabajo, y su discurso rezumaba seguridad: detrás de cada declaración de intenciones, agua calma. La descompresión había surgido efecto y los planes estaban trazados. Ya tenía, incluso, un color.

“Yo siempre intento que la galleta del disco, la portada, sea de un color muy claro y muy marcado, y siempre determina como veo el disco. Con “2010” sabía que era azul oscuro, y el “de Bosc” debía ser blanco y luminoso. Esta era granatosa, sin duda”. ¿Un color? “Es una sensación que me transmite el disco, en este caso cálido, introspectivo, amoroso, gastado, viejo, curtido… He ido pensando en ese color y las ideas se han ido descartando solas”. De esa sensación, asegura más afectada por su situación que por el paisaje, le ha salido un disco rico en imágenes, con importancia suprema de las letras, que ‘simplemente’ ha musicado: “”Un gran riu de fang” también salió así: primero la letra y luego la música. Siempre me ha gustado tocarla porque fluye sola, era mi asignatura pendiente componer así. En este disco lo he cumplido, no lo he hecho con la cabeza, sino que la letra me ha mandado: era como hacer una banda sonora. Yo no tengo ninguna pretensión literaria pero he intentado rascar un poco más...”. Con vocación de pasar la corteza cerebral, Vallvé quería conseguir imágenes más claras, puntos en los que anclarse más valiosos. Con dos principales vertientes: desarrollar una idea fija (traducida en “Una tempesta – camions que porten camions”) o transmitir un sentimiento, una tensión, a partir de varias frases aparentemente desconectadas pero directas e impactantes (“Benvingut als Pirineus”, ya pública, debajo de estas líneas).

PAU VALLVE´ - Benvingut als Pirineus (YOUTUBE):


Aquel mismo día de mayo, ya bajando hasta el metro Joanic, Vallvé estuvo un buen rato hablando de política, un tema que interesa mucho al músico y que sobradamente retrataba “de Bosc” pero que basándose en el nuevo álbum, ya se sospechaba que debía mutar: “Cuando hago el resumen de este último año es un ‘tu’, pero no quiere decir que no haya política, en este tomo de la novela la historia es de amor, de amistad, de personas... Acabé muy quemado de la auto-exigencia, ahora es momento de conocer gente, hacer un disco de amor en medio de todo este caos”. Tras escuchar varias veces el álbum, entiendo en qué se ha traducido el cambio de eje en la manera de narrar las historias: relaciones sentimentales, de amistad, de trabajo, con uno mismo… Todo enfocado desde la óptica del ‘tu’, del mensaje en segunda del singular. Y en positivo. Un grito que dice: Ok, hay cosas jodidas, lo he pillado, pero vamos, ¡adelante! O lo que es lo mismo “Obre’t de dins va”, que canta el propio Vallvé. “Hay temas que pongo en forma de relación entre dos personas porque son lo que entendemos todos, y quizás estoy hablando de trabajo o de un desengaño conmigo mismo... Pero es mucho más el interés mío a la hora de comunicarlo o plasmarlo, transmitir la sensación que te crea, que no explicar la historia que me ha pasado. No quiero que hayan detalles que interfieran en la sensación, porque sólo quiero transmitir esa sensación”. Y así ha sido.

Puedes leer la segunda parte de este especial sobre Pau Vallvé en este mismo link:

Un comentario
  1. Gran disco!

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