Y a tenor del resultado, copará seguro las listas de lo mejor del año. Dignísimos herederos de Vainica Doble y La Buena Vida, Espanto facturan algunas de las mejores canciones que se hayan escrito en castellano en este siglo. Y así vuelve a suceder en esta nueva referencia de Austrohúngaro, un disco grabado por Teresa (voz) y Luis (guitarra, piano, cacharros varios) entre Logroño y Barcelona, y producido junto a Hidrogenesse. En su trabajo más heterogéneo hasta la fecha, las guitarras dan paso a las percusiones y a los teclados, al sintetizador y el Mellotron. La música bebe ahora del pop, folk, glitter-rock, techno-pop… Y las letras acarician un anhelo de libertad, de una naturaleza salvaje, del niño que llevamos dentro. De cruzar la realidad para abrazar el sueño. Teresa y Luis nos hablan de este nuevo trabajo y del momento que vive Espanto.
¿Cómo surgió incorporar un instrumento como el mellotron? ¿Qué otros aparatos habéis utilizado?
El mellotron apareció de forma providencial: una indemnización por un accidente leve de moto nos llevó a invertir en un capricho que Luis siempre había tenido. Fue una especie de compensación, sacar algo bueno de algo malo. En el disco ha sido clave junto a nuestros Moogs y los sintetizadores de Austrohúngaro.
¿Cómo vais a llevar el disco al directo?
Espanto en directo seguimos siendo dos. Como el disco está hecho con instrumentos de teclas, los directos los haremos sin guitarra, con instrumentos de teclas y botones...
Habéis vuelto a contar en la producción con Genís y Carlos. ¿Cómo se desarrolla esta relación?
La producción de Austrohúngaro es única e idónea para realizar nuestra fantasía. Aporta a las canciones una visión externa, pero tan cercana... estamos encantados de poder contar con ellos.
¿Cómo se ha desarrollado esta grabación, entre Logroño y Barcelona?
La grabación y producción nos han llevado un año. Había cosas hechas en casa, en Logroño grabamos la batería de Raúl Fraile y pianos y en Barcelona se han ido construyendo las canciones en diferentes visitas.
La música en este disco es incluso más heterogénea que en trabajos anteriores y está repleta de influencias del folk, glitter rock, techno-pop…
Nuestros gustos son diversos, no hay una sola inspiración. En casa han sonado mucho Paolo Conte, Robert Wyatt, Cole Porter, Dory Previn... cosas muy diferentes.
En las letras está muy presente el componente natural. ¿Qué tiene más peso a la hora de inspirar los textos en el universo Espanto?
La inspiración está en todas partes: música, cine, libros, poner la antena en la calle, observar cómo se relacionan las personas, un desconocido silbando en el bosque o ir a pagar una multa.
Aunque rechazáis la etiqueta de grupo de culto, pocas bandas despiertan tanta expectación cuando presentan un trabajo nuevo. ¿Cómo lo vivís?
Estamos muy agradecidos a todos los que se paran a escuchar nuestras canciones, amamos a quienes van a nuestros conciertos, ¡e incluso bailan! Somos pocos, pero tenemos los diamantes.
Lleváis haciendo música juntos más de una década. ¿Cómo ha cambiado Espanto en este tiempo?
Ahora tenemos más cacharros y probablemente sabemos alguna cosa más, pero somos los mismos: nos sigue importando el Rock and Roll.
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