Verde es el color de la esperanza, blanco el de la pureza, negro el del luto, y miles de ellos los de Color Humano, una formación entre francesa y catalana que practica, desde hace un lustro, no solamente un mestizaje musical de lo más atractivo, sino también una suerte de lucha pacífica por el respeto. De ahí que sus discos sean bastante más que meros documentos sonoros. Escuchen «Burundanga» (Edel, 99), su tercer larga duración, y entenderán de qué les estamos hablando.El afianzamiento de Color Humano en la escena festivo-combativa es ya una realidad. Tras el entrañable «Moscowa Libre» (Tralla, 95) y el rabioso colorismo de «Hambre De Vida» (Tralla, 97), la tercera entrega de esta peculiar formación franco-catalana nos invita, bajo el título de «Burundanga» (Edel, 99), al sano contagio de su positivista y comprometida actitud vital. Como nos cuenta José, cantante del grupo, «El título de este disco responde al hecho de que la burundanga es una planta venenosa utilizada en algunos países como Colombia como droga de manejo de la conciencia de la gente. Nuestra burundanga trata de ese mismo control, pero ejercido por los medios de comunicación y en especial por la televisión». El vehículo para difundir sus planteamientos es, como en sus anteriores trabajos, la rica y cálida amalgama de ritmos afros y latinos que caracterizan su trayectoria musical. Entre los doce temas que conforman el disco, Color Humano se permiten revisitar dos de sus antiguas piezas, «Patria» y «¡Okupa!». «Nos parecía el momento de volver a hablar un poco sobre ellos por diferentes motivos. Por lo que se refiere al tema de la okupación, si bien ha trascendido un poco en los medios, sigue sin estar solucionado. Todavía hay muchas casas vacías y mucha gente en las calles. Mientras esto ocurra, hay que okupar. «Patria» trata un poco de la relación entre los niños, las guerras y los adultos. Entendemos que hay que poner a los niños en el centro de la realidad, ya que éstos junto con sus madres representan el futuro de nuestro planeta». Para la realización de «Burundanga» se ha producido el cambio de sello discográfico de Tralla a Edel motivado por «una necesidad estructural que nos facilitara el trabajo, la lucha. Digamos que ahora es todo un poquitín más fácil al tratarse de una estructura en general más fuerte». El formato compacto, incluye una pista de CD-Rom ilustrativa de esa desinformación causada por la burundanga occidental en un tema muy concreto, el del Sida. «Es la primera vez en la historia de la ciencia en que una investigación no ha pasado por una de sus etapas elementales, la comprobación. Con el CD-Rom queremos hacer un poco de debate sobre el tema, que se nos explique exactamente lo que está sucediendo pues después de tanto hablar sobre el Sida, nadie puede afirmar ni siquiera que exista. Además, en este tema, el miedo se ha utilizado como un arma mortal, la gente se ha muerto de miedo o por factores relativos al miedo. Los que se han medicado mayoritariamente han enfermado y han muerto. Es en este punto donde responsabilizo indudablemente a los medios de comunicación». La canción referida a este tema «¿HIV?» está interpretada en francés, inglés y español con la intención de que pueda ser entendida en cualquier parte del mundo. Precisamente fue esta necesidad de hacer llegar al público planteamientos distintos a los oficialistas lo que llevó a José a cantar. «La idea no es la de hacer la guerra con las palabras sí queremos intentar concienciarnos de ciertas cosas. No creo que vaya a cambiar el mundo con palabras, pero gracias a éstas la gente se puede entender, unir y entre todos dar pasitos adelante. La música no es sólo un trabajo o una pasión, cuando tienes un grupo y haces canciones, tienes un compromiso humano con la gente que las va a escuchar. Los grupos se tienen que mentalizar mucho de que las palabras son para luchar y de que hay que seguir vistiendo de bonita música un contenido relativo a la realidad». Color Humano se sirve de estos parámetros, que rehuyen por definición cualquier revestimiento de sus textos a costa de los típicos tópicos en los que a menudo se cae al intentar mostrar planteamientos disidentes; para ofrecer alternativas a la incomunicación por sobredosis de información. Además, como afirma José, «El futuro de la humanidad no está nada seguro y nos toca en cierta manera asegurarlo para los que vienen detrás. Es lo mínimo que tenemos que hacer para poder irnos tranquilamente de esta vida, igual que si vivimos nosotros es porque alguien nos lo aseguró también». Y bien merece la pena intentarlo aunque sólo sea por la cálida mirada y las ganas de comerse la vida del pequeño Diego, el hijo de José, que durante todo nuestro encuentro esperaba impaciente, junto a su perrita Thaïs, la sonrisa de su padre y amigo.
That's a sharp way of thnnkiig about it.