“Siempre defenderemos este proyecto a capa y espada”
EntrevistasThe Wizards

“Siempre defenderemos este proyecto a capa y espada”

Sergio Iglesias — 12-04-2024
Fotografía — Beatriz Sanchez

La banda bilbaína The Wizards regresa con un nuevo trabajo, en el que siguen investigando dentro de ese lugar incierto, que tan bien conocen y donde tan a gusto se encuentran.

Ese cruce entre el hard rock y el heavy metal más clásico que han sabido llevar a su terreno, hasta conseguir un estilo propio y totalmente identificable, sazonado con una capacidad literaria abrumadora en las letras de sus canciones, que hace de The Wizards uno de los grupos imprescindibles en la escena rockera de Bizkaia.

Primer trabajo en cinco años, tras una trayectoria en la que os habíais acostumbrado a sacar un disco cada año, o cada dos años como mucho. ¿Se ha notado esa inactividad a la hora de hacer estas nuevas canciones?
Esa inactividad ha sido totalmente involuntaria; en diciembre de 2019 sí que, después de patearnos mogollón de sitios, decidimos parar unos meses de dar conciertos para estar tranquilos, y poder hacer con calma las nuevas canciones, con la idea de grabar en el verano del 2020. Pero pasó lo que pasó y llegó “el bicho”, que de una forma u otra, nos jodió a todos, y en la banda tuvo diferentes repercusiones. Así que, una vez que todo fue pasando, empezamos a funcionar de nuevo a finales del 2021, y el primer concierto lo dimos en primavera, y poco a poco, la actividad ha ido creciendo hasta que pudimos hacer este disco que presentamos ahora. La pausa no ha sido buscada, sino sobrevenida y totalmente involuntaria, y hemos hecho lo que hemos podido en este tiempo.

También ha habido un cambio importante como es que, mientras en los dos discos anteriores trabajasteis con Dean Rispler, en “The exit garden” os habéis encargado vosotros mismos de la producción…
Lo de no haber contado con alguien externo para darnos la visión sobre nuestra música y ayudarnos artísticamente a sacar lo mejor de nuestras canciones, tampoco ha sido voluntario. La pandemia hizo estragos a nivel económico, y cuando volvimos el presupuesto ya no era el mismo… y menos mal que el sello ha apostado por nosotros de manera decidida. Así que no ha sido voluntario no contar con Dean, sino que había que optimizar los recursos, y eso nos ha obligado a asumir esta labor a Jorge y a mí, improvisando con algo que nunca habíamos hecho, e intentar dar a tus propias canciones una visión externa. Estamos contentos con el resultado, hemos ido a hacer algo un poco más básico, sin demasiados arreglos, ya que en este no hay apenas teclados, como tenían otros discos… es un sonido más crudo, y nos hemos preocupado de otras cosas como, por ejemplo, que las baterías estuvieran muy bien producidas desde el punto de vista del ritmo. No sé si habremos acertado, pero cualquier acierto o error es únicamente responsabilidad nuestra.

Esta vez, además, hemos grabado en Slippery Studios, un estudio más recogido pero totalmente funcional, porque antes habíamos estado en estudios más grandes, pero para este trabajo vimos que nos hacía falta también estar centrados en la grabación, sin distracciones, volviendo un poco a los orígenes, y haciendo las cosas como cuando empezábamos.

…Empezar de nuevo, pero con la experiencia acumulada que ya teníais, que siempre es más sencillo ¿no?
Sí que ha sido un poco como un reset para ver cómo nos había cambiado la vida la pandemia, porque a todos, de alguna forma, nos ha afectado. Y ahí está ese espíritu de no querer soltar lo que llevamos tanto tiempo haciendo, porque somos los mismos cinco “gañanes” que cuando empezamos con esto. Yo creo que, guste o no guste lo que hacemos, la química que hay entre nosotros se ve, hay mucha complicidad entre todos, y somos como una familia, en la que siempre hay discusiones, frutos de la convivencia, pero sobre todo muy buenos momentos.

¿Y, en ese sentido, no os vino bien el parón para oxigenaros después de unos primeros años de carrera tan intensos?
Siento llevarte la contraria, pero lo único que hizo fue pararnos en un momento, en que íbamos con una inercia ascendente muy interesante. No podemos sacar nada positivo de esto, más allá de que, por lo menos, hemos podido retomar la actividad y nos mantenemos activos como banda.

En cuanto al estilo, continuáis con esa mezcla de hard rock y heavy clásico que, sin embargo tiene una identidad propia…
Es muy difícil juzgar tu propio trabajo en esos términos, pero quiero pensar, por lo que nos comenta la gente con cierto criterio, que sin haber inventado la rueda, tenemos algo propio y personal… que si hubiéramos querido inventar algo, ten por seguro que no habríamos montado una banda de rock (risas).

¿Le dais muchas vueltas al tema de los estilos a la hora de hacer las canciones, o a estas alturas ya salen las cosas de una forma natural?
Nunca hemos planteado las canciones desde una perspectiva de estilo, sino que salen a partir de una sucesión de riffs, de una letra, un estribillo… nunca ha habido un sistema de composición, siempre hay una aproximación espontánea. Sale lo que sale sin pensarlo mucho, no te digo que sea la mejor manera de trabajar, pero es lo que siempre nos ha funcionado a nosotros, que por otra parte, también somos bastante caóticos en nuestras personalidades (risas).

¿Y se piensa en cómo va a sonar en directo a la hora de componer?
Los directos los planificamos en base a las canciones que ya tenemos publicadas, no hay ningún condicionante a la hora de componer. De hecho, muchas veces hemos grabado canciones que luego nos ha costado plasmar en directo por algunos arreglos que hemos metido: un teclado, un sintetizador…. cosas muy sutiles que se podrían echar de menos en vivo. De hecho, hay algunos temas que queremos retomar porque no hemos podido tocar nunca, precisamente por eso.

¿Os ha costado mucho seleccionar los temas de presentación del disco, antes de que estuviera publicado íntegramente?
Tampoco teníamos mucho para elegir, la balada sin batería ni bajo estaba claro que no, la de ocho minutos igual tampoco era buena idea… así que elegimos la primera del disco que, además, es la que da título al disco, luego la que veíamos para el videoclip, porque se sale un poco de los parámetros habituales de The Wizards, como es “Oniros”, y la tercera es la única que se ha elegido por su duración, “Holy Mountain Mind”, porque es la más corta del disco y la más directa… ya ves que hemos utilizado un criterio de todo menos comercial (risas).

¿Ha sido importante mantener el apoyo de un sello potente como HR Records en esta nueva etapa?
Empezamos a trabajar con ellos después de presentar “Full moon Scorpio” en Alemania, que fue cuando nos propusieron editar el siguiente, “Rise of the serpent”, y reeditar los dos primeros discos. Son gente muy profesional, seria y eficiente, que te dejan las cosas muy claras para lo bueno y para lo malo. Además, es de agradecer que en este tiempo que hemos estado inactivos, han esperado por nosotros y siguen apostando por lo que hacemos.

En este álbum se da la curiosidad de que hay un tema que se titula “Full moon Scorpio”, que a su vez, es el título de vuestro segundo disco, donde no había ninguna canción que se titulara así, ¿cómo se explica esto?
(Risas)… pues esto es más sencillo de lo que puede parecer. La letra habla de la época en que grabamos aquel disco. Nosotros venimos del barro, seguimos en el barro y moriremos en el barro, y siempre hemos sido muy punkis en el sentido de que llevamos la autogestión por bandera en todo lo que hacemos. Pero cuando nos editaron aquel disco, para nosotros fue muy importante, porque estábamos en una época muy bonita en la que todos teníamos los mismos intereses, y no había obstáculos para ir a por todas… fue como un momento muy ilusionante, y nos debíamos una canción a nosotros mismos que hablara sobre aquello. Así que cuando Jorge trajo esta letra, teníamos claro que teníamos que titular así la canción. Por supuesto que en la vida hay que ser humilde, porque aunque el grupo nos haya permitido conocer un montón de sitios y personas especiales, no podemos olvidar que, después de eso, hay que levantarse para ir a currar. Pero eso sí, siempre defenderemos este proyecto a capa y espada.

¿Cuidáis tanto como parece, por la presentación de las portadas y las ilustraciones, la parte artística del trabajo?
Siempre hemos cuidado mucho la imagen del producto, y nos gusta que lo que la gente percibe visualmente esté en consonancia con lo que escucha; por eso no separamos una cosa de la otra. En todos los discos, sin ser conceptuales, hay un concepto aunque sea vago, que unifica las canciones, que giran sobre esas ideas, y lo que se busca es que el arte gráfico, las ilustraciones, y el diseño vayan en consonancia con esa emoción que intentamos transmitir; luego eso se consigue a veces, y otras no, porque es algo muy subjetivo, pero es que eso es el arte ¿no?

Algo similar a lo que sucede con las letras de The Wizards, que cada persona las puede entenderla de una forma u otra ¿no?
Eso me gustaría pensar, porque es lo que hace atractiva una letra, y no que sean demasiado evidentes. Lo que mola es que cada uno pueda hacerla suya. El poder llegar a alguien por algo que escribes o tocas, y que le afecte de alguna manera en su vida, provocándole algo, e influir en su psique, aunque sea de manera recreativa, es pura magia.

Para terminar, ¿cómo afrontan los próximos bolos con nuevo repertorio?
Tenemos cerrados unos cuantos conciertos sueltos para presentar “The exit garden” en diferentes sitios seleccionados, y esperemos que nos llamen para hacer más bolos cuando se publique el disco, porque estamos deseando que haya movimiento. En un mundo en que los estímulos son inmediatos, si desapareces del mapa la gente se olvida de todo. Pero ahora estamos aquí, y hay que empezar prácticamente de cero, y como siempre, nosotros vamos a darlo todo en el escenario. Vamos a tener que trabajar mucho, porque las condiciones no son las mismas, pero tenemos correa y ganas, así que allá vamos.

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