Veinte años de carrera que celebras con este Mientras dura el aplauso ¿Cómo están siendo estas primeras presentaciones al público?
Genial. Porque hay gente que me sigue desde el principio, desde 2003, y es una gozada porque van pasando los años y los discos y ves la evolución. Están siendo conciertos muy emotivos, además, porque en estos veinte años hay gente que se fue enganchando… Está siendo muy a flor de piel. A través de los artistas con los que comparto este disco también llegas a otras casas, a otros núcleos… incluso a otros países.
¿Cómo fue el proceso de elaboración de este disco, desde la elección de los temas a la de los artistas con los que los compartes?
La idea primigenia fue de Tomi Legido. Yo me empeño en hacer una celebración cada cinco años, porque me parece un motivo de celebración, para mí es una fiesta seguir en la música. Este álbum es como una cápsula del tiempo, con canciones de los primeros discos y de los últimos. Él dijo que lo que marcaría la diferencia es que fuera un disco de duetos. Así, por ejemplo, Reventaba, que creo que es de 2008, y es fundamental en mi carrera, la reabrimos, y fue muy emocionante. Yo sabía que tenía que estar Mercedes Ferrer, una música que desde muy jovencita me impactó. Sabía que tenía que estar sí o sí. A Guadi Galego sabía que le gustaba esa canción (El salto), porque me había mandado un mensaje comentándomelo, así que me atreví. Le tiré los trastos y me dijo que sí (risas). El tema que comparto con Andrés Suárez (Una pared tembló) habla sobre las salas pequeñas que tuvieron que cerrar. Él es una persona que empezó en bares y salas pequeñas, aunque ahora llena recintos enormes. Fuimos buscando a las personas que encajasen con la canción. La de Eladio Santos (Sobre el mismo alambre) es la que contiene la frase que da título al disco, Mientras dura el aplauso, porque es así: al final todos estamos mientras dura el aplauso.
¿Cómo fueron esas colaboraciones? ¿Compartíais estudio?
Con Javier Álvarez (Descredo) sí pudimos. Con el resto estábamos en diferentes ciudades. Pero también es muy bonito encontrarte una nota de audio de Guadi Galego comentando cómo ha quedado la melodía, por ejemplo. Es lo que nos permite la tecnología. Y al final rompes la barrera de lo tecnológico y de todo eso se impregna la canción. A casi todos los he ido viendo después en persona.
¿Y hay planes de hacer algo juntos en los escenarios?
Con Víctor Manuel coincidimos en la TVG, con Guadi Galego en algún teatro y con Andrés Suárez en algún festival. He ido coincidiendo, pero sí que me gustaría hacer algo en Madrid, y que pudiera estar Javier Álvarez. Ahí lo dejo. Teniendo en cuenta las fechas de conciertos, cuadraría para mediados de diciembre, pero habrá que verlo...
En una primera etapa te dedicabas a la música a media jornada ¿Cómo era eso?
Sí, hasta 2016 era auxiliar de enfermería y trabajaba en centros de día. Siempre había compaginado las dos cosas, pero hubo un concierto en el que me quedé en blanco.
¿Dónde fue?
Creo que en Santiago. Me parece que en la sala Sónar. Más que el público, lo noté yo. Tuve que hacer una parada técnica (risas). Mi representante me dijo: ¿y si pruebas a decir a todo que sí? Es un respiro para la cabeza.
La pandemia fue una época dura para los artistas y especialmente para ti, según contaste...
Sí, en 2020 pensé que tenía que dejar esto. Todo apuntaba a que sí. Siempre pienso que no pasa nada, pero fue la propia gente la que empezó a tirar del carro. Me pasé tres meses en casa. Tom Trovador estaba haciendo video-canciones dedicadas y me animé. A Rosa Montero le encantó y lo puso en redes y eso generó muchísimo feedback. Entonces tuve un montón de trabajo gracias a eso. A partir de ahí y gracias a que algunos conciertos que se cobraron, empezó a salir. Ahora la cosa ha vuelto a cifras de prepandemia.
¿Y cómo notas el mundillo postpandemia?
Noto a la gente… con las salas vuelve a ser lo de antes, pero en general, a la gente la veo mucho más receptiva. Y a los compañeros más proactivos, sobre todo a la gente que no vende humo. Los veo con ganas de pelear por lo que es nuestro. Porque al final los músicos, eso de que trabajamos para comer… No es así, trabajamos como todos, pagamos nuestros impuestos. Todo es cuestión de que el estatuto del artista vaya para adelante.
Llegan la guitarra, el papel y el boli para la revolución, como tú dices? Lo digo por lo del otro día de Amaral...
Buena pregunta (risas). Todo suma. Lo de Amaral me parece fundamental y super necesario, además que lo hagan personas como ella, con un altavoz. Yo digo lo de guitarra, papel y boli y creo que a mí me basta porque sí que noto que voy abriendo camino para otra gente. El otro día fui a una notaría y cuando había que poner profesión puse cantante. Luego el notario me contestó que era la primera cantante y me dio la mano con solemnidad (risas).
¿Y como mujer, sigues notando barreras?
Sigue habiendo cosas que son... Hay un meme que circula por internet en el que salen Iggy Pop, Adam Levine y Amaral y solo llama la atención Amaral ¡Yo lo pensaba de pequeña! ¿Por qué ese chico puede ir en bici sin camiseta y mi madre no? Y eso sigue aquí, ahora. Si escuece (lo de Amaral), es por algo, así que quien se ofenda...
¿Sigues siendo crítica con las subvenciones por que haya música en gallego?
Nunca he pensado eso en 20 años. Fue un comentario off the récord, casi de broma, y luego salió ese titular. Siempre he considerado que es bueno que haya una discriminación positiva con el galego. Yo compongo en castellano porque es lo que me nace. Me dio pena ese mensaje. No tengo ningún tipo de problema, además, si se viviese de subvenciones... (risas)
Después del lanzamiento del vinilo de "Mientras dura el aplauso", en septiembre saldrá el álbum en plataformas ¿no?
Así es. Lo iremos desgranando poquito a poquito. Haremos algo con la canción de Mercedes Ferrer. Queremos darle un poco de mimo.
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