"No éramos heavies para los heavies, ni punkies para los punkies"
EntrevistasMad Squad

"No éramos heavies para los heavies, ni punkies para los punkies"

Marcos Gendre — 11-04-2020

Mad Squad, la banda de thrash metal capitaneada por Eric Fuentes de The Unfinished Sympathy, acaba de estrenar nuevo clip, el correspondiente a "The Magic Box", momento que aprovechamos para charlar con la banda.

Ha tenido que pasar un cuarto de siglo para que Mad Squad debutasen con su primer largo, “Mad Squad” (Hang The Dj/Hidden Track, 19). Tras numerosas aventuras en otras formaciones, la nostalgia no ha sido el motivo por el cual estos tres amigos han vuelto a la actividad. En su caso había mucha energía que liberar y una apuesta por volver a los años del thrash metal. Entrevistamos a Eric Fuentes, su cabeza más visible.

Antes de nada, pregunta obligatoria. ¿Por qué un cuarto de siglo de espera desde que grabasteis vuestra segunda maqueta hasta vuestro primer álbum oficial?
A principios de los noventa grabamos un par de demos que hicimos llegar a varios sellos. Uno de ellos, Practik Records, que había publicado discos del que creo que fue el primer grupo de death metal en catalán, Pulmons Negres, nos ofreció publicarlo, pero nuestros padres (teníamos dieciséis o diecisiete años) nos dijeron que seguro que se querían aprovechar de nosotros porque teníamos que adelantar algo de dinero, y dijimos que no. A partir de ahí creo que nos desmoralizamos y se fueron diluyendo las ganas de seguir. La relación de amistad entre nosotros siguió firme a través de los años, siempre con la idea recurrente en mente de volvernos a juntar, y han tenido que pasar más de veinte años para materializar el reencuentro.

¿Cómo surge el retorno de Mad Squad?
Después de pronunciar la frase “a ver si un día quedamos en el local y tocamos” veinte mil veces, hubo un día en que, no sé por qué, lo pusimos en práctica.

¿Qué ha cambiado en la escena hardcore en todo este tiempo?
Nosotros nunca estuvimos en ella, siempre fuimos unos bichos raros porque no éramos heavies para los heavies, ni punkies para los punkies, ni todo lo contrario… y sigue siendo así, nos cuesta hacer ejercicios de estilo y siempre intentamos ser originales, lo cual es muy satisfactorio desde el punto de vista creativo, pero poco práctico para que una escena en concreto te acoja.

"No éramos heavies para los heavies, ni punkies para los punkies, ni todo lo contrario"

¿No habéis tenido la sensación de que, a mediados de los noventa, habríais tenido mayor repercusión que en esta era, con bandas limítrofes como No More Lies y Aina?
Podría ser, pero No More Lies y Aina tocaban un estilo muy concreto que se hacía en la escena Washington DC de Estados Unidos y que podríamos generalizar como algo entre Fugazi y Jawbox. Nosotros nunca seguimos esa escena sino que nos interesaba otro movimiento musical, el que nació de la fusión del heavy y el hardcore-punk a mediados de los ochenta hasta principios de los noventa, es decir el thrash metal. Pero teníamos backgrounds diversos, nos interesaba Sepultura y Samiam al mismo tiempo, queríamos un sonido híbrido entre el palm-muting de la guitarra rítmica de Metallica, la velocidad y melodía de Bad Religion y la atmósfera oscura y melancólica de bandas como Afghan Whigs o Quicksand. Teníamos algunos amigos que eran skaters en Sants y nos pasaron los discos de Jawbreaker, y otro amigo, el conocido fotógrafo de skate Alberto Polo, que un día nos comentó, en un concierto de La Báscula en el año 1993, que tenía unos amigos que habían montado un grupo que estaba muy bien. Eran Aina.

Emocore, thrash metal, Sonic Youth, Bad Religion… Intentar limitaros con etiquetas es tarea inútil. Pero ¿qué os inspira a la hora de encontrar un punto de encuentro entre los tres componentes del grupo?
Akira estaría tocando todo el día versiones de Black Sabbath, pero también de Joy Division y Ramones. Pau es un solicitado batería de jazz a quien le gusta la finura y que nos pide a cada ensayo que toquemos alguna de Bruce Springsteen… Y yo busco tocar y cantar de una manera más extrema de lo que hago en otros proyectos buscando cierto desahogo físico.

En cierta manera, contemplo vuestras canciones como una especie de punk en cinemascope. En este sentido, ¿cómo crecen canciones tan cromáticas como “Heroes In Bodybags” desde que tenéis su esqueleto?
No me gusta crear atmósferas con pedales de efectos (que también uso de vez en cuando, aunque muy poco), sino mediante la composición. Si a un acorde de quinta le añades un par de notas más puedes crear una sensación ambiental además de la simple potencia y agresividad. La propia música que compones crea los paisajes en tu mente si utilizas las notas adecuadas. Si Ramones hubieran añadido una tercera nota en la guitarra de Johnny, el emo se habría inventado en 1974…

Otras canciones que me han impresionado son “The Magic Box” y “Misery Accomplished”...
La primera fue la canción más futurista que creamos en su día. Ya quedaba poco del palm-muting del thrash y en cambio el factor atmosférico tomaba protagonismo. Se parece más a lo que se denomina post-hardcore que a otra cosa. La segunda fue la primera canción original del grupo en 1991, pero también es la que más ha mutado. Ambas, curiosamente, son canciones escritas en La, mientras que el thrash se basa en machacar la cuerda grave de la guitarra, el Mi. Por eso suenan distintas y quizás por eso te han llamado la atención.

Bajo mi punto de vista, vuestra música la contemplo con un punto más experimental del que pueda aparentar a primera vista. De alguna manera, la asocio con la vía post-hardcore de los noventa. ¿Cuánto hay de búsqueda de patrones no identificables en vuestro proceso creativo?
Nada deliberado, pero si algo no somos es heaviatas, y no nos gustan los solos de guitar-hero, las voces líricas con vibrato, ni los dragones ni las mazmorras ni las mallas ni el cuero ni las tachuelas. Nos gusta la velocidad, la intensidad y la mala hostia en forma de música, y ahí caben muchas influencias.

Por otro lado, ¿cuánto hay de nostalgia y de saldar cuentas pendientes en este retorno?
Poco… Si fuéramos nostálgicos nos hubiéramos conformado con retomar las versiones que hacíamos al principio, desde Pantera a NOFX pasando por Megadeth y Misfits. En lugar de eso preferimos aplicar creatívamente todo lo nuevo que hemos aprendido durante más de veinte años a un repertorio propio que ya nos satisfacía en un setenta por ciento, pero al que queríamos y podíamos darle una vuelta de tuerca.

Más allá de este álbum, ¿hay vida para Mad Squad?
La misma que pueda tener nuestra amistad, ¡que de momento ha aguantado casi treinta años!

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