A pesar de los años que Inés Pardo lleva dedicada en cuerpo y alma a la música, One Sister (2017) es su primer disco largo en solitario. Hasta ahora su voz había sonado en grabaciones que iban desde el hip hop hasta el pop electrónico, pero en su debut se ha decantado por un reggae de raíz. “Yo siempre he querido hacer un trabajo personal como solista. Al final, con Roberto llevo ya muchos años, nos conocemos, hemos hecho cosas y hemos tenido ganas de hacerlo. Y me considero una cantante de reggae, aquí es donde más cómoda estoy. Pero vengo del mundo clásico, y ahí nunca hay un complejo en que tú cantes desde el barroco hasta el clasicismo”, comenta Inés.
Sobre el contenido del disco, cuenta que muestra “una voz de mujer a través de la cual cuento cómo veo yo la vida… en este estilo todavía hay poca representación femenina, y es importante que se nos vea y se nos escuche”. Roberto Sánchez (músico y productor del disco y ese-hombre-que-lo-hace-todo-en-el-reggae-de-Cantabria) añade que “trabajando con ella notas ese toque femenino, delicado pero serio, comprometido. Y a nivel de lírica habla de temas sociales, personales, espirituales… el papel de la mujer en la vida diaria, lo que ellas sienten, lo que las motiva…”.
El disco sigue una estructura de showcase, esto es, que cada uno de los seis cortes vocales del disco va seguido de su correspondiente remezcla dub instrumental. “Sí, es un formato bastante underground, pero muy arraigado dentro del mundo del reggae más clásico. Hemos mantenido la raíz, pero hemos intentado acercarlo a un público más abierto”, comenta Roberto.
Un formato que recuerda a anteriores éxitos en los que ha participado Roberto Sánchez, como el Basque Dub Foundation meets Loud and Lone (2002) (“a nivel nacional ha sido el disco que más repercusión tuvo”), o And Said and Gone (2009) de Earl Zero (“el que mejores ventas ha tenido a nivel internacional”). En cierto modo, estos discos han ejercido una labor didáctica, al haber mostrado al público formas y usos de la manera en que se desarrolla la música jamaicana más purista. “Hoy en día gracias a dios hay mucho más desarrollo. Pocos artistas llegan a la calidad de Inés, y lo digo en serio, pero sí que hay más oferta de productores, bandas, sellos, soundsystems…”.
“Desde fuera ven lo que sale de Cantabria y se deben de pensar que la gente va bailando reggae por la calle”
Por otro lado, este One Sister ha conseguido que tras varios años en el dique seco haya vuelto a la vida Lone Ark. Se trata de una de las bandas más importantes de la historia de la música reggae en Cantabria. Una banda en la que, por cierto, Inés Pardo ya participó en su momento como corista. “En el disco yo toco la mayoría de los instrumentos, así que el regreso de Lone Ark supone una reunión para directos. Primero para dar salida en directo al disco de Inés, que es una cantante que necesita justicia ya… y luego para un proyecto a largo plazo. Durante muchos años Lone Ark nos hemos centrado en tocar como banda de apoyo para otros artistas. Es algo que requería mucho trabajo y mucha preparación, pero que al final solo servía para dar dos o tres conciertos cada vez: en el Rototom, en Madrid o Barcelona, en la Concha… y ya.
Total que la idea es coger rodaje, y de aquí a un par de años años presentar Lone Ark con un colectivo de cantantes, y que en un show de dos horas puedas ver a Inés Pardo, a Benjamin (un cantante inglés que vive en Barcelona y que ha grabado un discazo que es una maravilla), a Pappa Cruz (un chico de Sabadell que ya está adoptado en Cantabria) o a mí. Gente que se ha criado bajo el paraguas del proyecto pero que brillan con luz propia.
Aunque, de momento, somos la banda de Inés”.
Todo esto surge en torno al sello A-Lone, que pese a tener su sede en Santander es un referente internacional absoluto dentro de la música jamaicana. “Inés representa el reggae hecho en Europa para Europa. En el sello seguimos apoyándonos en distribución internacional, pero es el momento de que la cabeza visible sea una artista local”, comenta Roberto.
“En nuestra época lo importante era ser diferente. Ahora si eres diferente te sientes señalado y quieres pertenecer al rebaño”
A-Lone cumple en 2017 su XX aniversario, algo excepcional en un panorama tan volátil como el cántabro. En cualquier caso, la escena local en torno al reggae es en la actualidad una de las más dinámicas y vitales. A pesar de ello, mucha gente de Cantabria todavía no es consciente de la atención que todo esto suscita a nivel internacional. “Desde fuera ven lo que sale de aquí y se deben de pensar que la gente va bailando reggae por la calle (risas). Tenemos mucha producción para la poca ayuda institucional a la cultura underground que hay en Cantabria. Así que para sacar esto adelante, a nivel internacional y con cero ayudas, hay que tener unos huevos bien grandes.
El trabajo en el estudio y la calidad de la producción es lo que me ha permitido seguir adelante con esto, porque el sello es totalmente deficitario. El estudio es mi negocio, como podría ser una frutería”.
Todo esta pasión ha sido vital a la hora de crear una escena en torno al reggae en Cantabria. “Esto es perseverancia y pasión desde que tenía 15 años. ¡En el 95-96 pagábamos por pinchar en bares nuestros singles de vinilo! Y luego bandas como Lone Watti, Super Ape… estuvimos dando mucha guerra. Hoy parece que ya ha cogido algo de eso, y de esto estoy superorgulloso”.
Inés añade que “a día de hoy hay una tendencia a no querer destacar, y en nuestra época era lo contrario: lo importante era ser diferente. Y ahora si eres diferente te sientes señalado y quieres pertenecer al rebaño, más que nunca. En los noventa y los ochenta, si te hacías una cresta eras el genial de tu grupo; y a nivel musical, parecido”.
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