Todo empezó a cambiar cuando publicaban “Sota, Cavall i Rei” (Bankrobber, 21), un álbum en el que bajo la producción de Joan Colomo se metían en el repertorio del legendario mestre Jaume Arnella, apodado habitualmente “el último romancero o juglar en activo” para lo que se convertiría en una celebración de la música tradicional catalana, pasada por su particular prisma. Y cuando aquello parecía una mera –y excelente– anécdota en su trayectoria, regresan con parámetros similares en “La Serra dels Perduts” en el que recogen, de nuevo aunque esta vez de manera más amplia, historias populares que se encargan de música.
Muy sorprendido de este disco, primero por lo rápido.
Sí, la verdad es que casi se nos ha enganchado un disco con el otro. Son los tiempos que corren. A veces, estas cosas son difíciles de planificar. También por la continuidad respecto al disco anterior, respecto a que volvéis a partir, en este caso, de historias tradicionales catalanas. Pues no sé. El tema del mestre Arnella es que ya lo teníamos un poco medio hecho durante el confinamiento. Luego te metes en ese tipo de cosas, empiezas a leer muchas historias, leyendas… Y además tienes la oportunidad de evolucionar en cuanto a instrumentación. Porque el disco anterior lo grabamos con la formación más o menos clásica, pero aquí hemos incluido todo tipo de instrumentos que dieran vida a las canciones. Romances, canciones de taberna… Todo se prestaba a darle una vuelta más, meter más instrumentistas. Discos como los dos primeros ya hemos hecho dos, así que está bien evolucionar y hacer otras cosas.
Es un terreno inacabable, porque la tradición no tiene fin.
Está claro, pero no sé hacia dónde iremos después. Hemos cogido las que teníamos más a mano en ese momento, las que estábamos leyendo o mirando. Con el proyecto se nos abrieron varios horizontes. Por un lado el tema de las letras, porque muchas veces, por ejemplo no hay estribillos, y luego te encuentras canciones de taberna que prácticamente solo tienen estribillo. Ya que lo has citado, la canción de taberna está muy presente en este disco, más que en el anterior, porque Arnella no la trabaja tanto. Son más accesibles para la gente. Incluso tenemos más hechas. Hemos tenido que hacer una selección para no hacer un disco solo de canciones de taberna. Antes de “Sota, Cavall i Rei” ya hacíamos alguna similar. Va en la estela de The Pogues, que también hacen muchas canciones de taberna. Nos gustan.
"Con el proyecto se nos abrieron varios horizontes. Por un lado el tema de las letras, porque muchas veces, por ejemplo no hay estribillos, y luego te encuentras canciones de taberna que prácticamente solo tienen estribillo"
¿Son una referencia para vosotros grupos como The Pogues, Flogging Molly o Dropkick Murphys?
Por supuesto. Yo siempre he sido muy fan de The Pogues, y en el proyecto de Arnella se puso más de manifiesto en Fetus, quizá. Hay una canción incluso, “Estel Roig”, que me faltaba como una parte de la melodía instrumental y acabé cogiendo “Dirty Old Town”, que aunque hicieron primero The Dubliners, la hicieron suya ellos. Hay ese guiño final. Son un referente, otra cosa es que lo hayamos conseguido o no porque hay canciones más power pop, alguna que puede tener algo de The Housemartins. Quizá lo nuestro es más mediterráneo por los instrumentos que suenan, pero no hay duda.
De hecho me encanta ver que en el disco se han incluido instrumentos como el sac de gemecs [gaita típica levantina] o el bouzuki [guitarra griega]…
Es lo que te decía, aunque el bouzuki al final quedó más diluido. También hay banjos y cosas así… Como te decía eso hace que suena a raíces, pero también de aquí.
¿Lo veis como una evolución natural?
Sí, porque al final somos una banda lírica. La forma de hacer canciones de Arnella lo es mucho, y ahora teníamos que seguir hacia ahí, aportando una instrumentación diferente. Esto nos ha abierto un nuevo camino en lugares de música tradicional. Al final tenemos una pata en cada lado, como The Pogues o Dropkick Murphys. Supongo que hacemos punk de raíces.
¿Es más difícil partir de historias que ya existen a la hora de hacer canciones o hacerlo de cero?
Bueno, te lees las historias y las haces canción. A veces puede ser más fácil y a veces más difícil. Realmente no sabría qué decirte. La idea ha sido respetar esas historias y no incluir nada de cosecha propia. Creo que el hecho de que este disco se haya escrito en confinamiento, sin muchas vivencias externas, facilita meterte en esas historias. También te metes en algunas que dices “no soy capaz de convertirlo en una canción”…
"Piensa que tenemos un público punk. Aunque ahora que lo pienso no sé si es tan punk. Igual esto es lo más punk que hemos hecho y todo…."
Y lo curioso es que muchas suenan actuales…
Claro. Fíjate, una canción como “El Rebombori del Pa” está basada en una revuelta popular de 1789. La población, sobre todo mujeres, salió a la calle para protestar por una subida del pan del cincuenta por ciento. Ahora podría pasar perfectamente con la luz o el gas…. Se lió muy gorda, y el Conde de Asalto, que era el capitán general de la ciudad, tuvo que refugiarse en la Ciudadela. Es un amotinamiento popular y un empoderamiento femenino. Imagina si no es actual. Al final explicar historias locales puede tener consignas muy vigentes.
Estáis haciendo un camino ligeramente similar al de La M.O.D.A., que hace nada sacaban su “Nuevo Cancionero Burgalés”. Es verdad que ellos ya empezaron en sonidos cercanos a lo irlandés mezclado con punk, pero se han ido fijando cada vez más en su tradición.
Es cierto. Al principio no les seguí mucho, creo que cantaban en inglés ¿verdad? Lo que no creo es que acabemos llenando Wizink Centers porque ellos ya lo hacían antes. Ellos ya eran un grupo consolidado. Nosotros partimos de mucho más abajo. Piensa que tenemos un público punk. Aunque ahora que lo pienso no sé si es tan punk. Igual esto es lo más punk que hemos hecho y todo….
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