¿Si Vèrtebra se pudiera leer, qué nos contaría?
Contaría que una vértebra no es nada por sí misma: sólo es un hueso, una pieza más. Pero cuando juntas una vértebra, y otra, y otra, formas algo capaz de sostenerte en pie. Vèrtebra nos hablaría de unidad, apoyo y resiliencia frente a la adversidad.
"A nosotros, como banda, tampoco nos ha condicionado a sentir que formamos parte de una escena instrumental o algo parecido".
Sin lugar a dudas, es un disco donde habéis combinado a la perfección la crudeza del directo y la pulcritud de la producción…
La verdad es que uno de nuestros principales retos con "Vèrtebra" era traer al estudio la fuerza y la energía de los directos. Por esa razón, al igual que hicimos en Congo, una parte del disco se ha grabado en directo: para mantener esas dinámicas que, posiblemente, perderíamos grabándolo pista a pista. Es nuestra cuarta grabación como banda, por lo que ya teníamos bastante clara la dirección que queríamos tomar en cuanto a sonido. En ese sentido ha sido importantísima la aportación de John K. Erskine, el productor, que tiene un sistema muy artesanal de trabajar y se complementó perfectamente con el personal de Favela, Pep Toni Ferrer y Michael Mesquida, que ya nos conocen bien. La obsesión de John fue en todo momento capturar el sonido de la banda de la forma más natural posible y creemos que eso se nota en el álbum.
En Congo, vuestro anterior trabajo, acabasteis de redondear un proyecto que a día de hoy es igual de sólido y contundente que vuestra música. ¿Hacia qué mares os guió la embarcación de Cornelisz y Kurtz?
"Congo" nos llevó a repensar tanto el sonido como la dirección que tenían que adoptar las nuevas canciones. Fue la primera grabación que hicimos con un solo batería. Con "Pastor", por ejemplo, había dos baterías –Joan Cabot y Toni Toledo– con una forma completamente distinta a la hora de tocar: a partir de aquel momento, con Joan, los patrones rítmicos se simplificaron, ganando en contundencia. También es importante destacar la entrada de Arturo como guitarra: su incorporación nos permitió probar nuevos recursos, como las melodías o los pasajes más atmosféricos. "Congo" fue como el inicio de un viaje, muy rápido e intenso, que nos ha llevado hasta "Vèrtebra".
El primer trabajo publicado con El Segell del Primavera y producido por John K. Erskine. ¿Habéis encontrado fuera de Mallorca los estímulos para seguir con vuestra aventura? ¿Os sentís cómodos en la escena isleña?
Nos sentimos cómodos en la escena, pero desde los primeros días de la banda siempre hemos tenido claro el objetivo de movernos fuera de la isla. Para nosotros es una prioridad. Todos los miembros de la banda llevamos bastantes años tocando en otros proyectos y somos conscientes de todas las limitaciones derivadas de la insularidad. El hecho de tocar fuera nos ha permitido crear muchas sinergias con otras bandas, asociaciones, festivales o promotores y entender mejor los diferentes circuitos musicales de la península. Poder trabajar con un productor extranjero o un sello peninsular era un paso coherente en este nuevo recorrido y, en este aspecto, nos sentimos muy satisfechos.
¿Con qué nuevas influencias habéis vertebrado este nuevo disco?
La verdad es que siempre hemos mantenido el interés por absorber nuevas influencias, conocer nuevos grupos, discos, etcétera, con independencia del estilo o la época en que hayan aparecido. Hay algunas bandas que tomamos como referentes, como Swans, Godspeed You! Black Emperor o Russian Circles, pero durante la grabación escuchábamos material muy diverso: Wrekmeister Harmonies, Neil Young, Lotto, Mythic Sunship, Sun Ra, Sonny Simmons & Moksha Samnyasin, Omahara, Oiseaux-Tempetê, How To Dissapear Completely… Tampoco tenemos muy claro qué impacto ha podido tener todo este material en nuestras canciones.
A priori, al eliminar las barreras lingüísticas en la música instrumental, se deberían abrir más puertas. ¿Ocurre realmente así? ¿Cómo veis el panorama del rock instrumental en España?
Las barreras lingüísticas son bastante relativas para según qué tipo de géneros musicales, por lo que no creemos que sea un factor determinante para acercarse a estilos, digamos, más experimentales. A nosotros, como banda, tampoco nos ha condicionado a sentir que formamos parte de una escena instrumental o algo parecido. A pesar de no utilizar voces o letras, tratamos de incorporar a cada disco de un mensaje y un discurso –ya sea con el artwork o con los títulos de las canciones– que el oyente pueda interpretar, según la reacción que le pueda despertar. La verdad es que hay algunas bandas de aquí que nos gustan bastante, pero estamos más pendientes de aquello que sucede fuera de España.
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