En este nuevo disco, “Oráculo”, has decidido que cada canción sea una carta de la baraja del tarot. ¿Por qué el Oráculo? ¿Es importante para ti?
Para empezar, es porque me hacía bastante risa. El anterior disco, “Sinapsis”, habla de hormonas y neurotransmisores, no desde un punto científico, pero sí que es como una reconciliación personalmente mía con esa parte, y justo “El Oráculo”, es como todo lo contrario. Es verdad que creo menos de lo que me gustaría. O sea, me flipa, me flipa la estética y siempre como que me he acercado un poco a este mundo esotérico, pero no rige mi vida. Lo que pasa es que creo que las canciones, al escribirlas desde el subconsciente, escribo sobre procesos de los cuales todavía no soy consciente y cuando de repente lo soy y escucho la canción, tengo la sensación de que me haya leído el futuro. Entonces esto es un poco lo que me hacía gracia, a la vez me encontré una baraja de tarot, empecé a jugar con estos juegos, fue bastante natural el proceso y es que encima me da juego con el público.
"Twitter era un lugar hostil, de muerte y destrucción, y era una manera de decir “yo hago lo que puedo, dejarme en paz”
Tanto “Sinapsis” como “Oráculo” son trabajos totalmente conceptuales. ¿Le has cogido el gusto a hacerlos así?
Sí, sino creo que no haría discos. No sabía si se me iba a ocurrir un concepto o no, lo intenté y al principio me bloqueé un montón y pensé pues jo, si no tengo un concepto claro lo que haré será sacar canciones y ya está, porque es muchísimos menos jaleo, y total, si no tengo un concepto claro, para que lo voy a forzar. Pero entonces apareció esto y ya sí le vi sentido a hacer un disco. Pero claro, esto es para mí, igual hay gente a la que le flipa hacer discos que no tengan un concepto claro, pero yo sino sacaría solo canciones y ya está.
Entrando en el disco, decías que “El Hogar” es como el resumen de la temática del álbum. ¿Has intentado buscar cobijo en cada una de las canciones de este nuevo trabajo?
Sí, sí. Tenía abiertas varias notas en el móvil, ordenador y libretas de cosas que me molestaban o dolían e iba abriendo en cada momento esas. Y como han sido dos años y medio curiosos pues lo tenía todo un poco ahí a la vez. Es verdad que lo que más se ha repetido es esta búsqueda del hogar, más en un sentido de automaternaje, en una búsqueda de dentro que de fuera. Empezó en una búsqueda de fuera y me he dado cuenta de que era más una búsqueda interior. Entonces es la temática que más se me nota, porque es en la que he estado más enzarzada.
¿Tenías claro desde un inicio que ese era el concepto del álbum o fue algo que surgió a medida que creabas los nuevos temas?
Fue algo que surgió, me gustaría poder escoger más veces lo que hago. Es verdad que con “La estrella”, que fue el primer single sí que salió, es que hay canciones con las que lo he conseguido más, pero el resto es más sin querer. “La estrella” habla de esta infancia, de la torre, de la destrucción de mi vida antes de Operación Triunfo, de volverla a construir… Al final, sin querer, me di cuenta de que estaba yendo muy ahí, a buscar la esencia, y a buscar el hogar.
Y cierras con “La muerte (en Twitter)”, donde parece que te abres totalmente en canal, más todavía si cabe, y es la más distinta del trabajo. ¿Cómo fue el proceso de composición de esa canción?
Creo que se nota una diferencia muy grande porque es la primera canción que compuse de todo este disco. Y fue antes de iniciar el proceso del álbum, por eso se llama “La muerte (en twitter)”, porque al principio se llamaba “Muerte en twitter”, no tenía nada que ver con lo otro, pero de repente, tenía el nombre de una carta del tarot sin haberlo yo querido, antes de empezar el concepto y todo. La creé incluso antes de ponerme a tocar el piano, porque había cogido muchos vicios con la guitarra y todo el rato volvía al mismo lugar, entonces le pedí a Diego Arroyo de Veintiuno que me diera clases de piano y ahí fue cuando empezó todo el proceso de verdad del disco. Pero esta es de muchísimo antes, es recién llegada a Madrid, que de repente tenía la sensación de que cualquier cosa que dijera estaba mal, que querían que fuera yo algo que no era. Entonces, metida en una depresión en la que creo que llevo dos años y medio metida sin haberme dado mucha cuenta, tenía esa sensación de que Twitter era un lugar hostil, de muerte y destrucción, y era una manera de decir “yo hago lo que puedo, dejarme en paz” (ríe). Entonces se nota diferente por esto.
¿Te dio miedo lanzarla o tenías claro que tenia que formar parte del disco?
Sí, lo vi muy claro, porque es honesto y quiero que sea honesto. Encima el disco empieza con “Testamento de una decepción” y de la muerte al testamento hacía que me quedara el disco redondo. Y me parecía guay, sobre todo eso, que quiero ser honesta y me parecía un buen cierre de disco. Y miedo no suelo tener, me cuesta más tener conversaciones banales con alguien, o sea hablar con la vecina cuando me la encuentro en el ascensor me cortocircuita más el cerebro que conocerte a ti en un rato y contarte mi vida, no sé por qué (ríe).
"Ahora lo que pase, no lo sé, no sé si consolidará, si nos iremos a freír churros, no lo sé, encima es tan difícil medirlo"
Vuelves a contar con Santos & Fluren a los mandos de la producción. ¿Qué les han aportado ellos a las canciones?
Es que me parecen el combo perfecto de experiencia, orden, equilibro y a la vez emoción y libertad. Es verdad que son muy respetuosos siempre a la hora de meterse en las canciones, sobre todo con el tema de las letras y las estructuras, que para mí son muy importantes, pero luego me dan un empaque que yo a veces necesito. A mi a veces se me va mucho la piña componiendo, y es verdad que en este disco se me ha notado mucho, y me lo han dicho y me hace mucha ilusión, pero les dan un orden y una claridad a las canciones, entienden lo que quiero buscar y la sensación. Y yo ver a Santos mezclar emocionado, pues me parece que no habrá mucha gente que se emocione hasta ponerse los ojos llorosos mezclando, es que me parece increible. Me parecen los mejores por eso, por la experiencia que tienen y lo interesantes que son. Y hacen un combo entre ellos muy guay, Fluren tiene una mentalidad de niño entusiasta, es el rey de la harmonía, porque encuentra unas cosas increíbles. Son geniales, de las mejores cosas que me han pasado.
Para dar forma a este trabajo has contado con varias colaboraciones muy especiales, por un lado, con la voz de Celia Becks (ex-La La Love You) y con Rafa Val, vocalista de Viva Suecia. ¿Por qué decidiste añadirlos?
Es que ha sido un poco sin querer, es que tengo mucha suerte, tengo una flor en el culo, porque se me cierran las cosas de forma perfecta. A Celia la conocí en un festi cuando estaba tocando con La La Love You y de repente nos pusimos a hablar y le dije que estaba viviendo en Alcalá, ella me dijo que también, las dos teníamos perro… de repente es como que teníamos muchas cosas en común y que vivíamos al lado. Entonces empezamos a quedar, nos hicimos super amigas y ella para mi ha sido un soporte, una red de seguridad importante en todo el proceso del disco y creo que yo un poquito para ella también. Entonces, fue lo mismo que me pasó con Diego, que me estaba dando clases de piano, ¿cómo no voy a hacer una canción con ellos? Y me faltaba en “La monogamia” una parte C, porque tenía las estrofas y los estribillos muy claros y le dije “Creo que esto es C de Celia” (ríe). Y la compuso en un momento, lo primero que me mandó fue la versión que se quedó, muy natural todo, y me apetecía que hubiera una chica en esa canción, pero tampoco sin darle muchas vueltas.
¿Y cómo fue contar con Viva Suecia en “El Milagro”?
Con Viva Suecia es un sueño, un milagro de hecho. Estábamos en el estudio y de repente aparecieron ellos, porque iban a hacer la colaboración con Luz Casal, ella llegaba esa tarde, y nosotros estábamos ahí y nos dijeron “¿Podemos utilizar el estudio esta tarde?” y nosotros “Por supuesto, viene Luz Casal, nos vamos, adiós” (ríe). Y justo estábamos grabando “El milagro”, Santos se la puso, les gustó y pasó esto que compartíamos título de canción y Santos hizo un poco de celestina y dijo “estaría guay que cantaras” y a mi me colapsó un poco el cerebro porque me agobié muchísimo porque igual no querían y de repente dijeron que sí y yo no me lo podía creer, ha quedado precioso.
Es inevitable no mencionar a Diego Arroyo, de Veintiuno, con el que tienes un auténtico idilio musical. “Nudes” y “Poquita cosa”, transmiten muchas cosas, y además vuestras voces empastan a la perfección. ¿Cómo sentís vosotros eso?
Es curioso, porque somos como la noche y el día, somos ultra contrarias en todo. Lo que nos une es que la chispa de todo siempre es muy visceral, pero luego él es metódico, constante, inteligente, sabe mucho de harmonías, tiene muy controlado ese aspecto, le da muchísimas vueltas… y yo soy una hoja movida por el viento que nunca sé donde van a acabar las canciones y me importa bastante poco y he empezado hace poco a revisar las cosas. Para mi componer es el momento de mi vida en el que no tengo que pensar, entonces ahí no nos parecemos tanto. No sé que pasa, yo escuché “Gourmet” por primera vez y sentí que tenía una conexión con la persona que escribía la canción y luego para mi han sido un cobijo en la industria. Yo estaba muy perdida y al final es normal que cada uno vaya a lo suyo, esto es muy complicado, pero ellos no lo han hecho, me han ayudado siempre y alguna vez que había un evento y mi banda estaba en Pamplona, he ido con ellos y me han tratado como una más. Los quiero muchísimo. Y tenemos muchas cosas en común, en la infancia, en la música que hemos consumido… bueno, sí, no sé, creo que hay una conexión guay y que los quiero muchísimo.
"Los primeros bolos no los disfrutamos nada, sobre todo yo, y de ahí aprendimos, aparte de técnicamente, muchas cosas"
Entonces, ¿habrá más temas juntos?
Yo por mí haría un disco entero con ellos. Con ellos es todo un sí. De hecho, les he propuesto cosas siempre (ríe).
La preventa del álbum agotó la primera tirada de 500 unidades. ¿Cómo crees que está viviendo tu publico este lanzamiento? Porque da la sensación de que tienen muchas ganas de descubrir todo.
Sí, creo que lo he jugado bien porque no he hecho un excesivo súper hype, porque pienso que está demasiado saturado esto. Mira, no soy Madonna, entonces no he generado expectativas en exceso, pero al mismo tiempo creo que hay sorpresitas y cosas en cada lugar. En todos los pre-saves hay canciones inéditas que se pueden descargar, en todas las cartas que hemos sacado hay elementos que, si has seguido un poco todo lo que ha pasado, te das cuenta, y si no, no… Creo que hay muchos regalitos para la gente que esta todo el rato ahí, que es lo que me gusta. Es verdad que a veces hacemos reuniones con la oficina para ver como hacemos para llegar a más público, y digo “mira, claro que vamos a esforzarnos a llegar a más público, pero para mi lo prioritario es que la gente que está ahí se sienta a gusto”, eso es lo prioritario. Y creo que están contentos y contentas, o eso espero, no lo sé.
En este nuevo trabajo se nota un cambio respecto a tu música, un sonido mucho más maduro y con mucho más foco, se puede ver mejor el hueco que estás construyendo dentro de la industria. ¿Has tenido mucha presión a la hora de crear este tercer álbum por intentar focalizar más tu sonido?
Da mucho miedo y mucha ansiedad, sí. De hecho, creo que no me estaba dando cuenta y decía que no, pero me metí en una soledad absoluta para componerlo, porque estaba muy obsesionada. Buenos mal que teníamos conciertos, porque mi único contacto con el mundo era salir a tocar. Sí que lo sientes con mucha responsabilidad. Encima yo fui a Operación Triunfo, cuando sales de alli tienes un lugar etéreo, volátil, rarísimo, que sientes que no te corresponde, y realmente es así, porque te has saltado una serie de escalones en la industria que eso ya no se puede gestionar. Entonces ahora estoy más tranquila, porque creo que tengo un lugar que me corresponde más. Creo que trabajar desde ahí es muchísimo mas fácil, he madurado musicalmente bastante porque “Sinapsis” fue un máster, me he esforzado mucho en que tengan más foco las canciones y me alegro muchísimo de que se note, porque me daba miedo que no se notara. Ahora lo que pase, no lo sé, no sé si consolidará, si nos iremos a freír churros, no lo sé, encima es tan difícil medirlo… Cuando te preguntan “¿Cómo ha funcionado la canción?”, pues no lo sé, depende, si lo comparo con cuando autoedité el disco, increíble, si lo comparas con un lanzamiento de Aitana, pues fatal, no sé cómo medirlo.
Cuando hablamos contigo por la salida de “Sinapsis”, nos hablabas de que, tras todo el boom de OT, todo bajaría y volvería cada cosa a su lugar. ¿Te ha afectado ese lógico bajón?
Hay un punto de ego, que molesta muchísimo. Con “Fusión del núcleo” nos ocurrió que en una semana teníamos un millón de reproducciones, eso fue increible. Y pese que a tú eres consciente de que eso es una serie de movidas que han ocurrido, el desenlace de repente a sido ese. Yo sabia que eso no me iba a volver a pasar en la vida, que ojalá, pero probablemente no. Siempre he tenido los pies en el suelo, estoy muy contenta conmigo misma por eso, todo ha cambiado a mi alrededor, pero yo creo que he seguido igual. Y aún y asi, siempre hay un punto de ego que cuando sacas canciones todo te parece poco después de que te haya ocurrido eso. Creo que lo he corregido guay y siempre lo he tenido bastante claro. Ves que los seguidores empiezan a bajar también y todo, pero realmente eso no te iba a dar de comer, a largo plazo no tiene mucha cabida, porque es una cosa que ha ocurrido por una movida. Si ocurre porque llevas muchos años en la industria y tienes unos cimientos muy tochos de gente que te sigue y le gustas, pues te puedes sentir orgullosa y contenta de tener un millón de reproducciones, pero no por una cosa esporádica.
En esa misma entrevista hablabas de cómo te gustaría estar en una futura entrevista en Mondo Sonoro. Decías que te gustaría estar a punto de sacar otro disco, poder llenar la nevera, poder ir con Murphy al monte, que tu banda pueda vivir bien, tocar y vivir tranquila haciendo lo que te gusta. Dos años después, ¿tu idea de futuro sigue siendo la misma?
Sí, es que sigue siendo exactamente lo mismo. Ahora estamos en un momento dulce y bonito, es verdad que vivimos en la industria, o más bien sobrevivimos de forma precaria, eso es verdad y me gustaría que ojalá cambiara, más que por mí, por mi banda. Al monte con el perro me puedo ir, de hecho, vivo más cerca del monte que antes, cada vez me alejó más de la urbanización y de las personas (ríe). Así que sí, sigue siendo exactamente lo mismo.
Hace un par de meses anunciaste el “Poquita cosa tour” con cinco fechas recorriendo una gran parte del país. ¿Qué nos vamos a encontrar en estos nuevos conciertos?
En “Sinapsis” nos agobiamos mucho, nunca habíamos usado in-ears, ni nada así. Era un agobio, teníamos que tocar un disco que nos quedaba grande y ensayábamos muchísimo. Los primeros bolos no los disfrutamos nada, sobre todo yo, y de ahí aprendimos, aparte de técnicamente, muchas cosas. Ahora vamos mucho más tranquilas, el proceso ha sido más fácil y tranquilo, las canciones son más divertidas. Un día llego mi bajista, Txapa, y dijo “ya está bien, vamos a tocar las canciones sin claquetas, sin las movidas disparadas ni nada, y luego ya nos preparamos para el bolo, vamos a tocar juntos, que parece que se nos ha olvidado, que solo tocamos con in-ear y claqueta, y no como toda la vida”. Queremos disfrutarlo, por muy bien que estemos sonando, queremos disfrutarlo y vamos todas muy a piñón. Somos más caraduras que antes, y, joder, creo que sonamos muy bien. Estoy muy contenta con eso.
Y, tras estas cinco fechas, y el lanzamiento del disco, ¿ya estás pensando en lo siguiente o de momento estás cien por cien centrada en el lanzamiento y en este tour?
De momento estoy bastante a esto. Cuando veo que hay gente que está en muchas cosas a la vez lo flipó con ellos, porque yo no, me cuesta mucho focalizar, tengo TDAH, me cuesta mucho dormir… Tengo muchas complicaciones para hacer lo que ya hago, entonces voy centrándome en lo que viene. Es verdad que estamos intentando sacar más fechas, que tenemos algún festival, cosa que me hace mucha ilusión porque es complicado entrar, y bueno, ideas de cosicas para hacer en el otoño. Pero ya te digo, voy un poco a lo que viene porque si no me vuelvo loca y no sé hacerlo.
Ronda Rápida
Un artista nacional: Love of Lesbian
Un artista internacional: Fiona Apple
Un disco para escuchar en el coche: “Trinchera Pop” de Iván Ferreiro
Un disco que todo el mundo debería escuchar: “Cuando te muerdes el labio” de Leiva
Una canción para llorar: “A mis brazos” de Tulsa
Una canción para bailar: “Like a virgin” de Madonna
Colaboración Soñada: Love of Lesbian
Tu creación más especial: “Selección natural”
Un lugar para escuchar tu música: En tu lugar de paz, sería todo un honor
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