"Worst Case Scenario" representa vuestro retorno a Doomentia, con quienes publicasteis vuestro álbum debut. ¿Qué os ha llevado a esta decisión y qué representa regresar a vuestro primer sello?
Después de salir de Season Of Mist el volver a repetir la experiencia no estaba en los planes y sí el trabajar de manera independiente junto a sellos con los que tenemos buenas relaciones. El pasado año lanzamos Sol Corrupto junto a Throne Records y ahora hacemos lo propio para este Worst Case Scenario con Doomentia. En sí no representa nada, más allá de que ahora tenemos total control y posesión de lo que lanzamos. Y, respecto a formato físico, Doomentia es imbatible.
"Succumb" (2021), "Sol corrupto" (2022), "Worst Case Scenario" (2023)... A disco por año, sin contar EP’s. A muchas bandas, la pandemia les frenó el ritmo, pero da la sensación que vosotros salisteis reforzados. ¿Es así? ¿Esos días redefinieron vuestra ética de trabajo?
Supongo que si nuestra actividad en directo fuese más habitual habría menos tiempo para sentarse a escribir, pero no es así. De todas maneras nunca andamos escasos de material ya que componer es lo que hago, prácticamente, cada día, desde hace muchos años ya. Aun así, llegada la pandemia, no quedó más remedio que ocupar el tiempo, al menos durante unos días, y poner orden en varias de las ideas acumuladas, a la vez que se daban los retoques finales al disco que se grabó en el verano de 2020, Succumb. Hubo un momento en el que se estuvo trabajando, prácticamente, en tres álbumes a la vez.
Ahora que vamos dirigidos a amenazas (políticas, medioambientales, etc.), situaciones distópicas, crisis de valores… ¿Qué habéis querido transmitir con el título de vuestro nuevo disco?
Todo el imaginario que tenemos se basa casi siempre en conceptos cercanos al paso del tiempo, vida y muerte, dudas existenciales… Cuando este proyecto cobra vida, allá por primeros de 2014, lo hace en un punto en el que ya no somos chavales y la misma existencia de uno se empieza a ver desde una óptica totalmente distinta a la que se tiene con veinte años. Todo esto se traduce en un lenguaje de caos musical en el que poder sumergirse para expresar dicho punto de inflexión y ser consciente de lo que realmente hay delante. Ponerse en el peor de los casos es una bandera que se iza cuando se está más cerca del final que del principio del viaje, cuando puede que la existencia sólo te lance paladas de mierda continuamente. Las expectativas, mejor tenerlas bajas.
La escasa información que rodea la banda también afecta a vuestras grabaciones… ¿Podéis explicarnos un poco cómo ha fluído la grabación de Worst Case Scenario”?
El proceso de grabación duró unos cuatro o cinco días en total; la siempre tediosa tarea de mezcla y demás es otra historia. El disco está prácticamente hecho en directo, algo de lo que los temas, al ser violentos y concretos, se han beneficiado. El caos sigue estando presente pero esta vez hemos contado con un aura más dañina y nítida que, de alguna manera, se funde perfectamente con el cenagal sónico.
Siempre os habéis caracterizado por una línea gráfica muy concreta: oscura, elegante y perversa. En plena explosión de arte vía AI... ¿Cómo habéis desarrollado todo el aspecto gráfico del álbum?
En un principio hubo un concepto y un artista elegido para llevarlo a cabo pero el resultado no fue el esperado así que seguimos buscando. Después encontramos unas muestras de algo que encajaba perfectamente con lo que teníamos pensado pero, curiosamente, dichas muestras estaban realizadas por IA así que, de nuevo, las descartamos. Finalmente, dimos con las incómodas piezas que adornan las portadas del EP Cataracty del LP, cortesía del gran Pangborn.
En plena sobreexposición de redes sociales y afán de protagonismo, vosotros habéis optado por cultivar el misterio respecto quienes sois, lo que hacéis, etc. ¿Creéis que ese ‘misterio’ ha jugado a favor a la hora de distinguiros de muchas otras bandas?
No sabría si a favor o en contra pero te puedo decir el por qué se hizo así. Al editar la demo de 2015 no quise contar con la pequeña “ventaja” que podría suponer el decir de dónde veníamos y en qué bandas habíamos tocado. Para bien o para mal fue un ejercicio de autosuficiencia para comprobar si esas canciones, si ese artefacto podría subsistir sin ayuda alguna, saliendo de la nada. No hubo afán de anonimato por crear rumores y misterio pero sí que seguimos con ello porque, al quedar nosotros, de alguna manera, en segundo plano, la música era lo que verdaderamente importaba e importa. A día de hoy creo que casi todo el mundo que nos sigue sabe quiénes somos, y nos da absolutamente igual. Tenemos nuestra pequeña parcela y es gracias a la música que hacemos en estudio y en directo. Para misterios, teatros y reclamos baratos hay muchos ahí fuera que nutren bien al respetable.
Poco a poco os acercáis a los diez años de la banda... ¿Qué valoración hacéis de todo este primer ciclo de vida de Altarage?
Los años han pasado demasiado rápido pero ha dado tiempo a crear una discografía matadora.
Sabiendo que sois una banda especialmente prolífica, ¿qué objetivos tenéis fijados para el 2024?
Nunca fijamos objetivos. Dejamos que todo fluya de forma natural. Pero sí, puede que haya un disco nuevo más pronto que tarde. Perder tiempo no es una opción.
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