"Björk siempre ha sido una de mis mejores amigas"
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"Björk siempre ha sido una de mis mejores amigas"

Joan S. Luna — 18-05-2016
Fotografía — Archivo

Sigurjón Birgir Sigurðsson es uno de los escritores más destacados de Islandia. Ahora publica en nuestro país “El chico que nunca existió” (Nórdica, 16), galardonada en 2013 con el Premio de Literatura de Islandia. Aunque quizás os interesará más si os contamos que ha colaborado en algunos de los más famosos temas de su amiga Björk.

Teniendo en cuenta que he querido entrevistarte imaginarás que me ha gustado “El chico que nunca existió”. Es un libro que se lee con mucha facilidad, pero que esconde más cosas de las que imaginas al empezarlo. ¿Es una novela especial para ti?
Es una novela especial porque muchos de los elementos están muy cerca de mi corazón. De teenager era un cinéfilo que iba al cine tantas veces como era posible, tanto para ver películas artísticas como de acción, porque lo sentía más como una experiencia transcendente que me expandía la mente y daba acceso a sentimientos e ideas que estaban muy por delante de lo que podía ocurrirme en el Reykjavík de los años setenta. También se sumerge en la historia queer de Islandia, algo que empezó a interesarme aproximadamente al mismo tiempo. Primero porque era muy fan de David Bowie, una persona que ponía en tela de juicio las ideas sobre el género creando al mismo tiempo una música excepcional. Segundo porque fui testigo del dolor y la opresión que sentían algunos de mis compañeros de escuela a causa de su sexualidad. Y luego, a través del viejo rebelde que hay en mí, quería explorar y demostrar a través de la gripe española lo vulnerable que es la sociedad en realidad, lo rápido que las estructuras de poder se vienen abajo cuando llega a la ciudad la Muerte, esa gran equilibradora de las cosas.

¿Qué te movió a escribir este libro? Sí, sé que es un homenaje a tu tío Bosi, pero me refiero a si ese tributo es más importante que el reflejo de un momento concreto de la sociedad islandesa, o te interesaba tratar temas como el de la homosexualidad en una isla con una sociedad muy cerrada en si misma o la necesidad de rendir cuentas con vuestro pasado?
Mi interés principal era mostrar una persona concreta se mueve en una pequeña sociedad en tiempos duros y de cambio. Máni Steinn, el principal protagonista de la novela, tiene solamente dieciséis años, es un chico gay y huérfano, lo que le ha hecho una persona muy fuerte. Ha encontrado una forma de existir felizmente pese a todo lo que tiene en su contra alrededor. Su salvación es su naturaleza rebelde y ese arte recién inventado del cine. Entiende las películas como puertas para entender la naturaleza humana, tanto la suya como la de sus conciudadanos. Para mí, su identidad sexual es solamente uno de los múltiples aspectos de su personalidad, lo mismo que la situación geográfica de Islandia es solamente una parte de lo que somos los islandeses como personas. Así que te diría que es un homenaje a la supervivencia de una mente rápida en una sociedad para los más aptos.

Tus libros tienen un sentimiento muy islandés y el escenario es muy importante. Es fantástico descubrir otras culturas a partir de la lectura, pero ¿crees que la gente que lee tus libros puede hacerse una idea de lo que es Islandia en realidad?
Una única novela puede, por supuesto, mostrar solamente una pequeña porción de la vida del lugar en el que ha sido escrita. Cuatro o cinco novelas te dan bastante más que morder y que digerir, pero incluso así no he pretendido provocar conclusiones sobre ello. Al mismo tiempo, la literatura tiene el beneficio, al contrario que las noticias de televisión por ejemplo, de mostrarle a los lectores una idea aproximada de lo que puede ser vivir en una sociedad concreta. Espero que mis libros describan un poco las almas de los habitantes de Reykjavík e Islandia al mismo tiempo que cuentan fragmentos de sus historias. Las instantáneas que hago sobre mi país no son siempre amables, pero creo que cuando lo mezclas con la belleza y el lirismo de algunos momentos es cuando aparecen las imágenes verdaderas de lo que somos.

Si no me equivoco, este es tu cuarto libro editado en España. ¿Cuál ha sido la reacción que han obtenido? ¿Crees que un país con una cultura tan diferente puede apreciar tu obra en el sentido en el que tú esperas?
En realidad es el quinto libro en España (la novela “Tus ojos me vieron” se publicó en Siruela en 2005) y el hecho de que se hayan traducido tantas novelas mías me hace pensar que existe una sana conexión con los lectores españoles. Mi editor, Nórdica Libros, ha hecho un gran trabajo a la hora de hacer llegar los libros al público y las críticas han sido siempre muy buenas. Por lo que yo sé y por lo que he leído de literatura española, creo que hay algunas cosas en común a la hora de tratar la vida en la literatura. Vosotros tenéis a Don Quijote o a Federico García Lorca y nosotros tenemos las sagas medievales y a Halldór Laxness, y en poesía cantada tenéis a Lola Flores y nosotros a Björk. Se trata de encontrar belleza en la más tenebrosa oscuridad y exponer la verdad de lo que se esconde tras las luces más brillantes. Y las buenas historias siempre viajarán de un lugar a otro, a través de los océanos y a través de los siglos. El hombre es una bestia curiosa.

Cuando entrevisto a un escritor siempre intento hacerlo antes de acabar el libro al mismo tiempo que pregunto sobre el final de la historia. Es una forma de entender la perspectiva del autor al concluir la lectura. Así que la pregunta es: ¿el final por el que has optado resume la historia real, un momento determinado que ocurrió o has dejado volar tu imaginación para cerrar el homenaje a tu tío?
Para mí todo lo que escribo en una novela es real. La novela crea un mundo que es real en si mismo y para sus protagonistas. Al mismo tiempo, todas mis novelas se levantan sobre material histórico real, viejos archivos, diarios, biografías o historias que leo en periódicos o revistas. Pero tienes razón en pensar que el final de ‘"El chico que nunca existió" es un caso especial. Ahí incluyo dos hechos reales de mi propia familia. Uno que mi bisabuelo murió de lepra en 1933 y que mi tío murió de sida en 1993. Si mi bisabuelo vio realmente una gran mariposa negra aleteando por el hospital o no, no lo sé, pero lo he escrito porque he querido convertirlo en algo real en la porción de realidad que compartimos. Y ese es uno de los papeles que un novelista puede elegir, expandir el mundo y de lo que está hecho.

Aquí empieza lo que podría considerarse la segunda parte de esta entrevista. Teniendo en cuenta que somos fundamentalmente una revista musical, voy preguntarte sobre tu relación con la música. Empecemos. ¿Qué crees que es lo que hace que escena islandesa sea tan personal y particular, desde Sugarcubes a Sigur Rós?
Creo que tenemos músicos que, debido a lo pequeño que es el país y por tanto a la audiencia que esperan tener, no tienen la necesidad comprometerse con la música que escriben y tocan. Simplemente intentan ser tan reales como lo es su visión de la música y el poco público que hay puede tomarlo o dejarlo. El resultado son artistas con estilos muy personales, con sonidos creados en casa y con una fuerte confianza en si mismos. Así que es con esa confianza con la que nuestros músicos se enfrentan al gran mundo y... el resto es historia.

Ya que te hablaba sobre Sigur Rós, recordarás que tuvieron un clip, el correspondiente a la canción “Viorar Vel Til Loftarasa”, que contaba una historia sobre adolescentes gays en Islandia. ¿Cuál es la situación actual sobre ello en un país tan pequeño?
Estamos orgullosos de que la comunidad LBGTQ islandesa tenga los mismos derechos sociales y legales que el resto de la población. El Gay Pride en Reykjavík se ha convertido en uno de los actos familiares al aire libre más importantes del año y todos reconocemos el hecho de que nuestra pequeña sociedad no va a dejar a nadie atrás si quiere ser un lugar sano para sus habitantes. La larga pero exitosa lucha de la organización LBGTQ fue una lección sobre el valor de los derechos humanos para todo el país. Les debemos mucho y les respetamos por todo lo que nos han traído.

Obviamente, también tengo preguntas sobre Björk y tu trabajo con ella. Ahora mismo tú eres el centro de la entrevista, así que quiero saber cómo es tu relación con ella, artística y personalmente, y qué habéis aprendido el uno del otro al trabajar juntos?
Nos conocemos desde que éramos teenagers. Björk tenía dieciséis años y yo diecinueve cuando nos conocimos por primera vez. Björk siempre ha sido una de mis mejores amigas y de las más antiguas. En los ochenta empezamos a explorar juntos diferentes temas culturales, literatura, artes visuales, bandas sonoras, y discutiendo sobre lo que encontrábamos. Muchas veces discutiendo, por supuesto, pero siempre coincidiendo en los puntos fundamentales, como que un objeto cultural debe ser siempre un reto tanto para su creador como para quien lo recibe. La discusión continúa a día de hoy y, cuando hemos trabajado juntos, eso ha intensificado y producido algo nuevo que me gustaría pensar que tiene la calidad de lo que esperamos de otros.

Debo decirte que “I’ve Seen It All”, uno de los temas que hiciste con ella, me provoca siempre que la escucho muchas emociones. ¿Está entre tus canciones favoritas?
Tengo ‘I’ve Seen It All’ en un lugar especial de mi corazón porque es la canción que nos llevó a Björk, Lars Von Trier y a mí a una nominación al Oscar. No ganamos la estatuilla dorada, pero no importa porque acabó en manos del legendario Bob Dylan. Pero de los restantes temas que he escrito con Björk quiero mencionar "Isobel" porque fue la primera canción que escribimos juntos desde que empezó su carrera en solitario. Y me gusta lo simple y directa que parece ser cuando en realidad habla de emociones muy complejas y es algo confusa en su mensaje.

Formaste parte de un importante sello discográfico islandés, con lo que siempre has estado en contacto con bandas de diversos géneros. La pregunta, por tanto, es obligada. ¿Qué nuevos artistas islandeses deberíamos descubrir en España?
Os recomiendo al dúo islandes Úlfur Úlfur (Lobo Lobo). Están en la vanguardia de la floreciente escena rap/hip hop y a la inclasificable Dj Flugvél Og Geimskip (Dj Aeroplano y Nave Espacial) que es... inclasificable. Y como bonus, mi banda favorita de Reykjavík de los ochenta, Purrkur Pillnikk, cuyo frontman, Einar Örn, luego estuvo con Björk en K.U.K.L. y The Sugarcubes. Él, más que ninguna otra persona, fue el responsable del éxito de la música islandesa fuera de nuestras fronteras.

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