“Nuestros shows son un punto de comunión cósmica”
EntrevistasLos Granadians Del Espacio Exterior

“Nuestros shows son un punto de comunión cósmica”

Eduardo Tébar — 11-03-2016

Parecen sacados de un capítulo de ‘Cachitos de hierro y cromo’. Los Granadians del Espacio Exterior llevan dieciséis años divulgando la música jamaicana desde una perspectiva yeyé. Ahora presentan “La onda cósmica” (Liquidator), cuarto álbum de una carrera tan friki como brillante, en la que también abundan los lanzamientos en vinilos de siete y diez pulgadas.

El quinteto granadino revive la imagen del pastiche pop contaminado por los aromas de las Antillas. Decenas de conjuntos españoles se aproximaron al ska en los sesenta, pero les faltaba información. Precoces recicladores de las reliquias polvorientas de Laurel Aitken, Derrick Morgan, Prince Buster y Alton Ellis, Los Granadians detuvieron la máquina del tiempo en la edad de oro del sonido monoaural de aquellos pioneros. Y allí se quedaron para siempre. Todavía graban de manera analógica en cuatro pistas. Y les adoran en Alemania, México y Japón: mercados que premian los exotismos. Este mes actúan en Córdoba (11, Ambigú Axerquía), Úbeda (La Tetería, 12) y Barcelona (18, Upload).

“Éramos solo unos niños cuando empezamos, así que todavía estamos viviendo nuestra juventud. De momento ni nos ha cambiado la voz”, comenta el guitarrista, Doctor Tema. “Aún no hemos sacado ese disco que sea el punto de inflexión que nos consolide como artistas maduros e interesantes. Todavía no vamos a gastar ese comodín estrictamente promocional. No hay prisa”. En las canciones que canta Peter ‘Boogie’ Parker aún es posible enamorarse de la chica que baila con sensualidad el ‘Israelites’ de Desmond Dekker. Quizá se trata de la misma protagonista de los baladones amorosos que resuelven vía rocksteady. O la que se contonea durante esos instrumentales barnizados con el Hammond, a lo Booker T., que colocan un pie en la ciencia ficción y otro en la filosofía de Los Relámpagos. Al final, el llamado early reggae no es más que un vehículo que Los Granadians han usado a lo largo de tres lustros para algo mucho más grande: cultura del rock and roll pura y dura. “Como dice el título del libro de nuestro amigo y sin embargo fan Adolfo Díaz, de Airbag: amor y ciencia ficción. Esas son nuestras inquietudes”, recalca Doctor Tema.

¿Qué aporta un álbum como “La onda cósmica” a la nutrida discografía de Los Granadians?
Trece nuevas canciones que siguen la misma técnica de grabación: magnetofón de cuatro pistas del single previo. Nos beneficiamos del carácter que esto puede dar a los temas. Esa aparente limitación influye en la manera de componer y distribuir arreglos. Ahora está muy repartida la labor compositiva. Hay canciones del baterista, Vintage Paul, como ‘A tu lado o "El sonido de las estrellas’. McManus, el bajista, es el autor y voz principal en ‘Pica hielo’. Zortom aporta canciones novedosas, como ‘Chocolate y coco’. Funcionan perfectamente. Peter Parker mantiene su esencia inconfundible en ‘Rocksteady Birthday’ y ‘Festival’. Y yo hago lo propio en canciones como ‘No supe que la amaba’ y ‘Una buena costumbre’. Todos, junto a The Great Sebastian, arreglamos y firmamos las canciones en conjunto.

Algunas de vuestras piezas más potentes han salido en formato de vinilo en siete pulgadas. Pienso en ‘New York City’.
A cada trabajo le damos un tratamiento. Nos gusta numerar cada disco como una obra más de nuestra discografía, sin darle más importancia a un single que a un elepé. Pero entendemos que a nivel promocional, para la gente, cuenta más el álbum. ‘New York City’ fue un hit. Una versión propia de ‘Mentirosa’, usando la misma base, pero contando una historia totalmente distinta. Y un Peter Boogie Parker interpretando de una manera muy distinta a como se le conocía. Esto es algo que se viene haciendo desde finales de los sesenta en Jamaica. Es el estilo Dj de artistas como Dennis Alcapone, U-Roy, Scotty… Algo que de ellos heredó el rap en Estados Unidos, pero que no es habitual en el mundo del rock. El experimento merecía salir en formato de siete pulgadas. Recientemente hemos vuelto al single. En este caso, doble single, como hacían los Beatles, pues ambas caras son hits inéditos: ‘El reggae a go-gó’ e ‘Ídolos de la juventud audaz’.

losgranadiansbyn

Recopilatorios como “Skanish sound”, en Munster, han recordado en los últimos tiempos lo que vosotros predicabais en el desierto en el año 2000: España bailaba ska en los sesenta. Hasta Raphael coqueteó con estos ritmos. Conjuntos como Los Mismos guardaban hace cuarenta años un asombroso parentesco con Los Granadians.
Así es. La historia del ska de los años sesenta fuera de Jamaica y, por tanto, también en España, va siendo cada vez mas asimilada por el gran público en la actualidad. Pienso en grupos como Los 4 de la Torre, Las 4 Monedas, el éxito mundial de temas como ‘My boy Lollipop’ y el carácter de divertido baile del verano procedente de las Antillas, que era algo fácil de vender en esa época. Pero nuestro discurso iba más allá. Nos centramos en demostrar estos antecedentes en la parcela que nos corresponde: rocksteady y reggae. Y lo cierto es que no tuvimos que investigar mucho ni que buscar rarezas o ediciones limitadas. Hay canciones que tenemos tan asimiladas como parte de la música española, sean originales o adaptaciones, que solo alguien familiarizado con los ritmos jamaiquinos es capaz de darse cuenta de lo que realmente estaba pasando en ese disco mientras sonaba en el pick-up de algún guateque. Esto es un síntoma de que, en el fondo, el reggae siempre ha formado parte de nuestra cultura pop. Un ejemplo básico son Los Diablos. Todo el mundo conoce y ha bailado el éxito ‘Un rayo de sol’, que es una adaptación de un tema de pop-soul francés llamado ‘Fernando’. Pero la de Los Diablos tiene una guitarra y unos arreglos de auténtico reggae británico. Es más: tal fue el éxito de un ‘Un rayo de sol’ en 1970, que la propia Trojan Records publicó una versión en inglés, ‘Dancing in the sun’, acreditada al diablo Amado Jaén como autor y arreglada por Johhny Arthey, que era el responsable de la orquestación de artistas de reggae como Desmond Dekker o Bob and Marcia. Eran arreglos más acordes al gusto británico. ¡Vaya feedback! Excelente manera de cerrar el circulo y evidenciar que no estamos locos. Y esto es solo la punta del iceberg.

¿Cómo asimiláis estas conexiones?
Nosotros detectábamos esto cuando íbamos habitualmente a comprar singles de artistas yeyé a Reciclaje, la tienda de discos de segunda mano de la calle San Jerónimo de Granada. Allí mismo, por poner de nuevo a Los Diablos como ejemplo, descubrimos en la cara B de la famosísima ‘Oh, oh, July’ la canción ‘Feliz cumpleaños’, un reggae como una catedral que podía ser perfectamente de Jimmy Cliff o Greyhound. Y la firma el propio Amado Jaén. Los Granadians nos identificábamos directamente con estas historias. Pusimos en marcha el grupo que nunca vimos en España a finales de los sesenta. Un grupo que pudo haber existido perfectamente. En vez de ser un joven conjunto español de música moderna, podíamos haber hecho pop-rock con algún guiño ocasional a aquello que venía de Jamaica y Londres. Nosotros invertimos la situación.

¿Está más asumida la cultura del reggae?
Sí. En general, la gente sabe más sobre artistas y música que en otras generaciones. Pasa con todos los estilos. Hay mucha información y se sabe dónde buscarla. Con el reggae sucede algo similar al término rock, ya que es muy amplio y puede significar cosas muy diferentes para cada persona. Para muchos, ni siquiera tiene que ver con la música. O lo mezclan con movidas raras. El reggae no es mestizaje, hierbas, ni conciencia social. Tampoco es correcto meterlo en la categoría de músicas del mundo si en esta no se incluyen también el soul, el calypso, el surf o el Mersey Beat.Hay quien clasifica como reggae a toda la música jamaicana en general. Los propios artistas de Jamaica lo hacen porque están orgullosos de tener una palabra propia, que es como una denominación de origen, algo nacional. Nosotros no compartimos esa definición, pero parece adecuada siempre que se explique. Nuestro punto de vista es mas enciclopédico. Diferenciamos bien las épocas y los ritmos: mento, reggae, shuffle, ska, dancehall, roots, rocksteady, dub... Una vez escuché una entrevista a Nicky Thomas, un cantante excelente que a mitad de los setenta defendía el término jamaican music. No le parecía correcto llamar reggae a lo que él y otros artistas estaban haciendo en ese momento. Durante un tiempo solíamos decir como broma interna que “amamos el reggae y odiamos el reggae”. Todavía te encuentras a locutores de radio y periodistas musicales que te entrevistan y dicen “rigui”. ¡Algo incomprensible! Y no conocen nada anterior a 1976, lo cual denota que ni escuchan bien las canciones. Y eso que Bob Marley, que sigue siendo el único referente de muchos críticos, abusaba de exclamar en sus letras “¡reggae!”, pronunciado correctamente como “regue”.

"El reggae no es mestizaje, hierbas, ni conciencia social"

¿Cómo valoráis el poder de convocatoria de festivales como el Rototom Sunsplash?
Estuvimos en Rototom el pasado verano, presentando “La onda cósmica”. Y en 2012 con "Reggaláctico". También estuvimos en el Nowa Reggae hace dos años con Lee Perry y Derrick Morgan. Por lo general, encajamos mejor festivales en los que se puede disfrutar de variedad de estilos musicales, pero estos eventos veraniegos, más temáticos y de asistencia masiva, son necesarios. En la actualidad, representan la única posibilidad de traer aquí artistas legendarios, que difícilmente entrarían en un circuito de salas por el asunto económico.

Habéis trabajado con vuestros ídolos. Con Derrick Morgan tocasteis bajo el pseudónimo de La Banda de Apoyo.
En 2005, Liquidator nos propuso ser su banda en el Potsdam Ska Festival de Alemania y en Madrid, en Gruta 77. Pensamos que lo mejor sería ocultar nuestra identidad. Eso no es importante ni debe eclipsar al artista. Sobre todo en Madrid, donde iba a actuar por primera vez. Los Granadians ya tenían su público. Además, el set incluía varios temas de ska y no es nuestro estilo. Por aquel entonces necesitábamos marcar esa diferencia respecto a otros grupos. Al bajista, Airglamboy, aka Glambo, y a mí siempre nos gustaron los juegos de palabras. Una noche, intercambiando ideas, pensamos que por la relación con ‘Moon hop’, el gran éxito del skinhead reggae de Derrick, podíamos usar algo basado en la carrera espacial: las misiones Apollo. En Alemania, como es lógico, no lo pillaron. Ni falta que hizo. La gente en España pensaba que The Apollo era un grupo inglés o un combo formado por gente de formaciones de Madrid como Peeping Toms. Solo lo sabía Toni Face [responsable del sello Liquidator] y el técnico de Gruta 77, que nos reconoció al llegar con los instrumentos y se quedó sorprendido. Era jueves y teníamos a George Clinton en otra sala como dura competencia. Yo mismo desvelé sobre el escenario el misterio fonético del nombre en la presentación: “Buenas noches. Bienvenidos al show de Derrick y su banda de apoyo. Somos la banda de apoyo de Derrick Morgan”.

Y conocistéis a Laurel Aitken antes de morir.
Nunca tocamos con él, pero sí lo conocimos. En el año 99, lo vimos actuar en Granada, en la feria de muestras de Armilla. Y en el 2000, en el festival del Zaidín. Ya en 2001, Peter Parker, Teddy, Ohnuki Jun —por entonces bajista — y yo fuimos a verlo a Madrid, a la sala Revólver. Siempre acompañado por Los Skarlatines. Fue un concierto de esos para recordar toda la vida. Acabamos con Laurel en los camerinos, charlando. Nos presentó Toni Face: “Laurel, este es el grupo nuevo de Granada que he fichado, el que te comenté”. Uno a uno, fue dándonos la mano y preguntando: “¿Tú qué tocas?¿Guitarra? Bien, bien. ¿Y tú qué tocas? ¿Órgano? Eh... Muy bien". Siempre estaba bromeando. Era un tipo genial. En 2006 participamos en el concierto de homenaje que se celebró en Valencia. Los Granadians actuamos con Dave Barker. Y The Aggronauts, de Barcelona, con Roy Ellis, que había sido descubierto por Laurel Aitken en sus inicios.

El grupo ha sufrido mutaciones. La baja del organista Teddy ‘Dos Dedos’ García fue sensible. Se trataba de una pieza clave en el sonido Granadians.
Nuestro hermano Teddy García se marchó a Estados Unidos y dejó el grupo definitivamente en 201. Un concierto en Leipzig, en abril de ese año, fue su despedida. Siempre hemos confiado en el destino de este grupo. Estábamos ocupados preparando los lanzamientos del epé “New York City" y el single ‘Por mucho que pasen los años’, que fue lo último que dejó grabado Teddy. Por entonces, Peter ‘Boogie’ Parker ya había presentado las ideas de las canciones que formarían parte del siguiente álbum. Estábamos decididos a entrar en un estudio a grabarlas como fuera, ya que, durante pocos meses, Los Granadians fuimos cinco miembros. Nos planteamos seguir sin organista, contar con invitados para esa noble labor y, sobre todo, darle mayor peso a las guitarras. Justo en ese momento entró Zortom. Con él empezamos la grabación de “Reggaláctico”, aportando órganos y pianos de unas canciones que ya estaban prácticamente escritas. Su implicación en la producción del disco fue muy importante. Teddy es talento natural. Es parte del temperamental sonido que iniciaron Los Granadians. Nos llevó a donde ningún hombre ha llegado jamás: a seis millones de años luz, tanto por sus composiciones como por su manera de tocar el órgano. Pero la esencia de lo que somos no se perdió tras su marcha porque permanece aquí, en Granada, en el corazón del grupo. Peter y Teddy tenían una química especial a la hora de componer juntos. Los demás miembros también aportaban su parte. Teddy ha desarrollado otros proyectos con otros músicos fuera de España, pero, aun siendo reggae, nunca han sonado nada parecido a lo que hizo con los Granadians. Le falta ese ingrediente del entorno. Es lógico. Estaría fuera de contexto, ya que escribe para otro público y sus experiencias personales en otro país son distintas. Sin embargo, Los Granadians seguimos sacando canciones en nuestra línea de siempre. Peter Parker sigue siendo el autor principal, pero la implicación de otros miembros es mucho mayor. Aportamos canciones que bien pudieran formar parte de álbumes anteriores. Nuestra mayor influencia son los propios Granadians. Como modo de vida y fuente de inspiración.

También rompisteis un tópico: se puede triunfar fuera cantando en castellano.
Pensamos que es fundamental que cada grupo cante en su idioma. Es lo que te mantiene en conexión directa con el público que habla tu lengua y, a la vez, es lo que te hace auténtico, exótico y atractivo para el público potencial de otros países. Tienes que ser fiel a ti mismo. Si las canciones son buenas, llegarás al corazón de la gente. Ahora mismo, España es donde más discos vendemos, seguido casi a la par por Alemania. Pero en México es donde más seguidores tenemos.

"En México es donde más seguidores tenemos"

¿Celebráis los cincuenta años del rocksteady?
Somos abanderados del reggae con nuestro mensaje y celebramos los cincuenta años del rocksteady con nuestro himno ‘Rocksteady birthday’, cuyo simpático vídeo podéis ver en YouTube. Hay para rato.

En alguna ocasión me comentaste que Armenteros y Herreros se adelantaron dos décadas a la posmodernidad.
Lo recuerdo. Me refería a su etapa en Los Relámpagos, a mitad de los sesenta. Veo un paralelismo con el paso que dieron ellos, que pertenecían a esa escuela de pioneros, haciendo rock and roll en Madrid junto a Los Estudiantes y Los Sonor. Más moderno y rompedor no se podía ser en esa época. Recuperaban y asumían lo bonito de músicas populares, folclore español de otro tiempo que pudiera considerarse rancio y conservador, con ciertos aspectos estéticos del periodo en el que asentó la modernidad del Madrid de los ochenta. Si nos ceñimos sobre todo a la música, el cine y artes plásticas, parece que hay un resurgir de lo popular. La posmodernidad cultural española trae un neoconservadurismo similar. Se asumen y admiran como propias la cultura del cuplé, la canción española o los toros. Solo por lo estético. El discurso renovador moderno se ha perdido. Ya no se busca epatar a nadie, sino la contemplación de la obra artística, como tal, por su belleza. Además, Los Relámpagos, antes de iniciar esta etapa en Zafiro-Novola, cuando le daban al rock o el twist y grababan para Philips, fueron para nuestro granadino Mike Ríos lo que The Shadows fueron para Cliff Richard.

"El discurso renovador moderno se ha perdido. Ya no se busca epatar a nadie, sino la contemplación de la obra artística, como tal, por su belleza"

Los Granadians engarzáis a Los Relámpagos con Link Wray.
En este momento, lo que más nos apetece, y creo que también a la gente que nos sigue, es seguir explorando el pequeño multiverso Granadian. Dejarnos llevar por la onda cósmica y contar nuevas historias jugando con los elementos ya conocidos. Pero siempre hay sitio para el misterio.

¿Habéis sentido el rechazo de otras bandas revivalistas del early reggae por esa vertiente pop de vuestra música?
Hay muy pocas bandas en esto. Casi que somos la única superviviente. Por algo será. Rechazo, no. Es posible que un poco de incomprensión al principio. Y cierto sentimiento de vergüenza ajena que dicen que les producíamos. Yo creo que más que nada por el hecho de escucharnos cantar en español las mismas frases que pudieran cantar Prince Buster o Alton Ellis. Cosa que cambia cuanto más nos escuchas, más investigas sobre esta música y te das cuenta de que nos sale de un forma natural. Lo que no vemos tan natural es el hecho de que haya gente que antes de escuchar early reggae no escuchasen mas estilos de la época. O que su cultura del rock and roll sea nula. Los Granadians no se entienden sin conocer tanto a Los Ángeles como a Desmond Dekker & The Aces. Muchos de los cantantes que admiran de Jamaica no se pueden entender sin los Beatles.

"Los Granadians no se entienden sin conocer tanto a Los Ángeles como a Desmond Dekker & The Aces"

¿Qué os parece la evolución del pop alternativo en paralelo a vuestra trayectoria?
Siempre hemos estado al margen de todo eso. Desconocemos la situación actual, más allá de tener la sensación, por lo que vemos por ahí, de que todo se basa en festivales clones. Cada ciudad quiere el mismo cartel, con los mismos nombres de grupos. Grupos que nunca hemos escuchado y que se supone que le gustan a todo el mundo. Pero no hay variedad. Todos tienen la misma pinta y la misma carencia de actitud, lo cual nos crea una sensación bastante extraña. ¿La escena independiente? No sabemos dónde ubicarla ahora. Se supone que son el nuevo mainstream, los superventas. ¿independiente qué significaba antes? ¿Nos tragamos cualquier cosa que nos envíe el gran gurú del indie? Siempre hemos sido un grupo con vocación al mainstream. Crecimos con ello y nos reíamos del concepto indie. Tanto en artistas como en discográficas. Si estar en un sello indie significa menos copias y menos difusión de tu música, pues qué fastidio, ¿no? No creo que nadie se limite tanto por gusto pudiendo tener otra opción.

Por cierto, vuestra base de operaciones fue el Tornado, emblemático club granadino de rock and roll que pintó el mismísimo Peter Parker. Con su cierre mueren muchas cosas.
Los Granadians hemos estado implicados con Monago [fundador del Tornado, hoy cantante de Los Harakiri], tanto dentro como fuera de la barra en algún momento durante estos nueve años de vida. Y no solo nosotros. De Granada, también Al Supersonic & The Teenagers, La URSS, Guadalupe Plata, Zutaten, Pelomono, Perro Mojado, Copycats... Y miembros de grupos de Málaga y Almería. El Tornado ha sido una escena en sí misma. Era un local lo suficientemente amplio como para bailar y hacerte tus grupos de amigos aparte. Estaba en una buena zona de ocio y, durante años, era el único bar de Granada donde se podía pinchar rock con tocadiscos. Fomentábamos el vinilismo. Por allí ha pasado prácticamente todo el mundo a poner discos. Algún Dj comenzó allí su carrera. Fue de los pocos sitios de rock que empezó a renovarse con gente joven, algo tan difícil hoy en día. Y vivió un par de años de auténtico esplendor. Era lo más divertido que estaba pasando en la ciudad. Una escena de rock and roll original, con aire retro y garajero, y algo alejada del ambiente indie-pop-rock tan manido de los bares de la ruta. Lamentablemente, conozco a demasiada gente de Granada que jamás lo pisó o que fue solo una vez. Ellos se lo han perdido. Y ahora se lo cuentan. Somos muy de bar-parroquia. Hubo quien no salió de su bar de siempre, ya fuera el Ruido Rosa, el Peatón, La Percha, el Blus o el Rainbow. Y de calle Elvira ya ni te cuento. Lo interesante es moverse por todo.

J, de Los Planetas, es muy fan de Los Granadians. ¿Sorprendidos?
Lo hemos visto en varios conciertos. No nos sorprende. Hay una leyenda urbana que dice que los músicos de Granada no van a conciertos en su ciudad. Ni compran discos de sus compañeros. A base de repetirla, con la malafollá que por aquí se gasta, muchos se la han creído. Pero no es cierto. También es cierto que tocamos muy poco en Granada en comparación con otros grupos que frecuentan las salas de la ciudad. Uno piensa que si te los pierdes en un concierto, ya los verás otra vez. Nuestros shows son un evento al que hay que ir. Un punto de reunión y comunión cósmica.

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