“No vamos a cambiar nuestra música porque la moda cambie”
Entrevistas107 Faunos

“No vamos a cambiar nuestra música porque la moda cambie”

Karen Montero — 30-04-2020
Fotografía — Sergio Albert

107 Faunos pasaron de empezar en el mundo de la música tras los efectos de la crisis de 2001 a ser una de las bandas referentes del indie argentino.

Después de su paso por el Primavera Sound, en el que presentaron su cuarto disco, “Madura el dulce fruto” (Autoeditado, 18), hablamos con Javier “Gato” Sisti Ripoll, cantante y letrista de la banda platense, y repasamos sus once años de trayectoria encima de los escenarios y su particular visión de la música. Su secreto: rehuir de la técnica para reflejar el espíritu de toda una generación.

En estos momentos, los miembros de la banda están trabajando en "El ataque suave", concebido como una segunda parte de "Madura el dulce fruto".​ El primer anticipo, "Sedán discreto", lleva ya unos meses disponible. ​En este nuevo trabajo, reconocen influencias de bandas como Pavement o Guided By Voices.

Por otro, se ha dado a conocer que se suman a la escudería discográfica Primavera Labels, propiedad del festival Primavera Sound. Y para redondear la jugada dan a conocer su canción “El baile del fantasma”, que se integra en la propuesta Coreomanía de Primavera Labels, por la que han pasado de momento artistas como Núria Graham, Atom Rhumba o Fermin Muguruza, entre otros.

Regresasteis al Primavera Sound cinco años después, ¿cómo fue la experiencia?
La primera vez tocamos en Apolo y en el Primavera PRO, y este año en el Fórum, y genial. Me parece que es el festival con la mejor curadoría y filosofía que conozco, ya que traen desde cosas súper modernas y pop a cosas bastante under y oscuras, hip hop o música étnica. Vi bandas increíbles, del line up me gustaba todo y siempre te pierdes algo. Me llevo genial con los que lo organizan.

"La escena de España me encanta porque es mucho menos prejuiciosa, más fresca. En Argentina es todo muy solemne. No hay bandas que tengan humor en las letras si no son específicamente bandas de rock de humor".

¿Qué ha cambiado desde vuestro primer disco, publicado hace once años?
Nosotros empezamos a tocar en una época en la que no se había consolidado una escena indie en Argentina. Había bastantes bandas de rock alternativo pero no había muchas de indie tan prolíficas. A parte, estábamos en plena crisis del 2001, en que los lugares eran muy precarios y horribles, y el sonido era malo. En los once años que llevamos, hubo una inversión. Ahora incluso hay una sobreexplotación de la escena.

¿Y de vuestro directo?
Crecimos mucho. Aprendimos muchísimo de sonido: pasamos de ir y enchufarnos donde entrábamos a tener un sonidista, a aprender a hacer un mapa del escenario, a probar sonido, a llegar a tocar mucho más sobrios (risas).

¿En cuestión de sobriedad musical o literalmente?
¡En ambas! Ahora nos sentimos mucho más cómodos con el instrumento, a mí me pone mucho menos nervioso. En el sonido de la banda se ha notado muchísimo. Tengo un rango vocal mucho más amplio. Siempre fui un gran cantante, pero nunca me lo reconocieron porque no cumplía con los cánones acartonados. En España no pasa esto. La escena de España me encanta porque es mucho menos prejuiciosa, más fresca. En Argentina es todo muy solemne. No hay bandas que tengan humor en las letras si no son específicamente bandas de rock de humor.

¿Crees que la percepción del público ha cambiado? Tenéis fans por todo el territorio argentino.
Sí, y son camadas de gente entre épocas distintas. En once años el mundo cambia demasiado, por mucho que nosotros continuemos haciendo canciones. Hay gente que nos empezó a ver y de repente tuvieron un hijo, nos dejó de ir a ver por unos años y ahora volvieron porque ya pueden dejar al hijo con alguien. Nosotros también cambiamos, pero no vamos a cambiar la música que hacemos porque la moda cambie.

Aunque vuestra música no haya cambiado, sí ha cambiado la manera de pensarla desde el primer disco a ahora.
Claro, se nota a partir de una crisis muy importante que tuvimos como grupo durante cuatro años: no sabíamos qué hacer. Después de este último disco, “Madura el dulce fruto”, ya tampoco sabemos a dónde ir y me estoy planteando un montón de cosas. Estoy escribiendo y tratando de organizarme. Me gustan mis letras y dentro de la media pienso que son bastante interesantes.

"Soy más del clima que de la historia, más del planteo que del nudo y el desenlace".

¿Tenéis alguna estrategia específica para los próximos proyectos o seguís sin querer armar esta técnica que comentabas?
Ahora estamos buscando otro rumbo. Lo que quería hacer en un principio es una idea que se parecía a la primera canción de “Madura el dulce fruto”, que se llama “El baile del fantasma”, y es medio experimental. En el disco hay canciones más pop, más oscuras, más rockeras, con baterías más modernas o con letras más narrativas.

De hecho, en este último disco pasasteis de tener a un productor que estaba encima vuestro a directamente no tener productor.
Sí, lo produjimos nosotros y queremos continuar así. Creo que nos arreglamos muy bien en nuestro estudio casero con lo que sabemos y tenemos. Muchas bandas van afuera a hacer las cosas, y no sé si una persona que escucha mi banda en cinco minutos puede tener mucha conexión con lo que hago. Esa falta de conexión puede ayudar con la mirada, pero al ser un grupo de personas que trabajamos en conjunto con grupos como Las Ligas Menores, Bestia Bebé, etc., tenemos muchos cruces con esas bandas en todo lo que hacemos. De hecho, en la banda todo el mundo es reemplazable: la banda toca sin mí a veces. Es muy lindo ver a 107 Faunos desde abajo, una vez lo hice y pensé: qué bueno, buena banda, por qué me bajé.

¿Cómo renació la banda después de la crisis de cuatro años?
Fue a partir de un año que ensayamos intensivamente y empezamos a volver a componer cosas que no llegaban terminadas. También estuve en una banda intermedia, y eso me destrabó mucho con las letras, que no tenían tanto peso ni eran tan oníricas. Fue probar otra cosa para ver lo que no estaba funcionando realmente.

Una base fundamental de vuestras letras es el paisaje urbano de La Plata, vuestra ciudad.
En realidad, cuando me pongo a escribir no escribo sobre cosas personales o de amor con terceras personas. Cuando escribo pienso: ¿por dónde arranco? Llueve, la noche está vacía... Y de ahí salen las calles de La Plata. Tenemos una lírica vocativa: no sé si es lo que quiero hacer, pero es lo que me sale. Debería hacer una letra como las de Los Punsetes o Carolina Durante: son directas y hablan de la emoción del personaje.

¿Crees que hubiese existido 107 Faunos sin Laptra, vuestro propio sello discográfico?
Es como el huevo y la gallina: era inevitable que sucedieran las dos cosas. Desde que empezamos a hacer las bandas ya éramos un grupo de amigos y nos apoyamos mutuamente. Hubiera sido todo mucho más difícil. Ahora tenemos tantas cosas que no sé qué hacer.

¿Sentís que sois referentes del indie en Argentina?
Sí, para muchas personas marcamos lo que hay que hacer y para muchas otras, lo que no hay que hacer. Así que sí.

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