Y quizá aquella primera mirada se convirtió en una larga historia que ya lleva unos cuantos discos. O quizá no, yo qué sé. Lo cierto es que al revés seguro que no fue, porque a Jaime Cristóbal –como buen indie- no le veo cimbreándose incitante en una pista. (Jaime) “Bueno, no mucho. Me encantaría, pero no soy nada bueno. Me reservo para cuando paso la aspiradora por casa, estilo Freddy Mercury pero vestido de hombre”. (Patricia) “A mí sí me encanta bailar, es una buena manera de liberarse”. A estas alturas, es sabido que Souvenir se han dado al baile, aparcando temporalmente los susurros introspectivos. También es novedad la firma conjunta de las composiciones, que debe haber afectado a la evolución estilística.
"A mí sí me encanta bailar, es una buena manera de liberarse" |
(Jaime) “Ha afectado totalmente. Ella es la artífice del cambio. Y en mí ha encontrado el aliado perfecto, porque me encanta la música de baile. Como ya pasó en el disco anterior, ha sido una especie de directora artística del proyecto, lo que ayuda enormemente a tomar decisiones al componer y al hacer los arreglos. Sin Patricia no habría habido ‘64’”. Si le suman cinco a esta última frase, se me ocurre un chiste de dudoso gusto. Así que no lo dejaré por escrito. (Patricia) “La idea de hacer un disco de baile nos rondaba hacía un año. Lo planteábamos como un proyecto paralelo que se llamaría ‘64’, pero nos fuimos dando cuenta de que era en francés como más nos gustaban las canciones, así que decidimos que fuera el nuevo disco de Souvenir. Y ‘64’ se quedó como título”. El dance-pop o electropop de baile de “64” no debe confundirse con la electrónica contemporánea. Souvenir muestran su gusto por diversas manifestaciones bailables que, sin dejar de conservar toda la esencia pop, arrollaron en los bailes de mitad de los ochenta, como el euro-dance o el italo-disco, mejorando lo que intentaran grupos como Orlando o Baxendale y adelantándose a Sally Shapiro. Muchas bandas de nivel siguen volviendo los ojos a los ochenta. Puede que signifique que de una vez por todas se acabe con los prejuicios sobre aquellos años y su música presuntamente basura. (Patricia) “Las modas pasan, pero dejan su poso y no hay década en la que no se hayan hecho cosas interesantes. La clave es tener el criterio suficiente para quedarte con lo bueno, aunque ahí entran los gustos de cada cual”. (Jaime) “Yo espero que se cumpla lo que dices. Los excesos de los ochenta crearon esa impresión de década mala para la música. ¡Pero yo cada vez creo más que es al contrario!”¿Os gustan otras bandas contemporáneas que se inspiren en aquellos años? (Jaime) “Sally Shapiro, Friday Bridge, Ladytron, Hot Chip, Vive la Fête, Teki Latex... “. El disco entero –salvo “Sous-marin”- incita a sudar bajo los focos. Pero permanece en las canciones un poso de tristeza y melancolía muy propio de Souvenir. (Jaime) “Sí, en algunas se percibe, sí. No me lo puedo sacudir, supongo que es algo que me caracteriza como compositor. Pero tampoco he querido. O no completamente. Me encantan las canciones de baile con un punto agrio y triste; ese momento ‘Dancing With Tears In My Eyes’ me estimula mucho”. Y ”Sous-marin”, justo a mitad del disco, es como aquel momento en que salías de la pista a descansar o pedir una copa. (Jaime) “La canción da un buen contrapunto al resto del disco. Por su ‘beat’ de fondo no se sale radicalmente del estilo planteado, aunque remite a una electrónica más relajada y con elementos acústicos”. (Patricia) “Además, esa canción tiene una melodía realmente preciosa y envolvente. No podía quedarse fuera”. Las guitarras, especialmente en temas como “Les surfeurs”, aún sonando “vintage”, aportan un cuerpo importante al sonido. En los ochenta, infinidad de grupos mezclaban sintetizadores y guitarras. ¿Fue por no hacer puro electro-pop, por el qué dirán? (Jaime) “Nunca pensamos en el qué dirán. A mí me resultaba atractiva la idea de que fuera nuestro disco más electro pero a la vez el más guitarrero, un regreso a mi instrumento después de dos discos en los que progresivamente había ido perdiendo protagonismo. De paso, sirve para revindicar justo lo que dices, que el tópico de que en los ochenta los sintes mataron a las guitarras es totalmente falso. Convivieron en perfecta armonía y dieron grandes canciones en combinación”. “64”, para curiosos, es el indicativo administrativo de la región atlántica francesa de Aquitania, una zona próxima a su Pamplona que les sirve de refugio e inspiración. (Patricia) “Estuvimos buscando un nombre para ese nuevo proyecto que hemos comentado antes, y como para nosotros ese número significa tantas cosas, se puede decir que nos lo apropiamos”. Y además, las guitarras de Jaime suenan tan bien como en ese año... Ahora sólo falta ver si cumplen su promesa de soltarse el pelo en directo para hacer honor a lo que pide su propio disco.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.