“No queríamos hacer un disco con la agresividad de ‘Parque mágico’, que te pasaba por encima. Buscábamos algo diferente, queríamos algo más bonito, con melodías y canciones más agradables”. Así se explica Hugo, cantante y compositor central de Margarita para referirse a un segundo disco que marca una línea clara respecto a su predecesor, pero sin pasarse. Koke, batería, asegura incluso que estamos ante “otra manera de tocar” y también coincide en que “las canciones se disfrutan más”. Parte del secreto puede estar en estas palabras de Hugo: “Hay gente que no entiende muy bien el cambio, pero quien va sin prejuicios y se mete en el disco lo disfruta mucho”. Margarita, en cualquier caso, se mantienen al margen de la ortodoxia, conviene decirlo pronto. No están hechos para oídos clásicos, para agradar a un amigo estándar con un concierto sorpresa cualquier noche. Ni siquiera están hechos para la ortodoxia punk, si es que tal barbaridad existe. Su discurso es su forma, más que en cualquier otro tipo de grupo. Ahora, eso sí, se suma el castellano para contar más cosas. “Fue natural, lo sabíamos desde hace tiempo. El castellano era una asignatura pendiente. Nos gustó la experiencia de canciones anteriores y habíamos cogido costumbre”, explica Hugo. Una idea central recorre el nuevo disco desde su título, “Explota el cuerpo”. “La gente está buscando luz y la luz la tenemos nosotros dentro. Hay un mensaje vitalista, positivo, un vínculo que comparten todas las canciones”, dice Hugo, letrista.
Los músicos de Margarita subrayan también el nuevo juego de voces como parte esencial del disco. “Tuvimos que trabajar más las armonías vocales, hacer encajes de bolillos. Queríamos un disco con un buen trabajo de voces, y eso se completó en el estudio”. De la charla sobre el estudio de Santi García (Ultramarinos), lugar en que se grabó “Explota el cuerpo”, también salen cosas interesantes. “Las canciones estaban hechas, pero antes de grabar nos cruzamos mensajes con Santi. ‘No podemos grabarlo en directo y en cinta’, nos dijo, ‘no es lo que buscáis’. Es verdad que tocamos a la vez, pero se grabó por pistas. No fue determinante para acabar las canciones, pero sí para llegar al sonido”, explican Hugo y Koke.
Como es lógico, sus planes pasan ahora por tocar todo lo posible. (Hugo) “Últimamente tocar por ahí es un infierno, todos quieren sacar tajada. Si me pongo en la piel de un grupo que empezara ahora me parece dificilísimo: ¿cómo quieres que vaya a tocar a tu garito y te pague 200 euros de alquiler, si no me conoce nadie?”. En todo caso, en primavera quieren estar en Francia y Alemania, donde el sello Altin Village & Mine colabora en la edición vinilo del disco, junto a B-Core y Margarita Records. “En cierta forma ha perdido gracia pasarse discos, pero nos gusta cuidar una edición bonita. Le da valor a tu trabajo. Hay tanta diferencia entre escucharlo en Mp3 o hacerlo en vinilo…”, dice Koke. “La música comprimida no hace justicia. Pasan tres segundos y la gente busca otro grupo. Aun así, no es un problema de las nuevas generaciones. ¿Cuánta gente conoces que compre discos?”. En efecto, las cosas cambian. Hugo aporta otro punto de vista cuando la conversación se dirige al momento que vive Madrid. “Tengo la sensación de que falta un poco de agitación, de riesgo, de sangre nueva, de otra manera de pensar, con menos comodidad. Un poco más de cojones o algo así, pero supongo que llegará el momento”. Mientras llega, habrá que reconocer que Margarita, al menos, tiran de toda su imaginación.
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