Uno de los hechos de la nueva orientación de la banda sería el hecho que Txus (Scom) su antiguo Dj, está ahora mismo en otros quehaceres. “Bueno, lo que pasó es que Txus iba muy liado, tenía tres proyectos más y, claro, el nuestro era el que le robaba más tiempo por eso de las giras y todo lo demás. También en el que menos podía implicarse musicalmente. El hecho de que se fuera si que nos influyó un poco, involuntariamente, pero nos cambió. Buscamos otro componente para la banda, pero no encontramos a la persona adecuada. Queríamos a alguien que fuera más samplista, más un explorador de sonidos que un Dj, ya que Txus con nosotros hacía más de samplista que de Dj propiamente dicho. Hacía cosas realmente raras con los discos. Encontramos gente, pero no acabaron de convencer demasiado. La historia fue que empezamos a ensayar los cinco, a componer nuevos temas y nos dimos cuenta de que tampoco hacía falta puesto que nos habíamos acostumbrado tanto que ya nos daba lo mismo. Creo que estamos bien así". De todos modos, pese a la perdida del turntablista, también se echan en falta las guitarras más distorsionadas y las voces más agresivas de "The Last Impossible Desire", o quizás no.
| "Hemos cambiado la agresividad por intensidad, y la vertiente más metal por una más rock" |
“A grandes rasgos, en lo que puede haber más cambios es en la voz. Por fin hemos tenido tiempo para poder producir las voces. El cambio va a mejor, la música es más rápida y las guitarras menos distorsionadas. La gente nos dice que este es un disco más lento, pero es falso. El concepto es el mismo, no hay casi distorsiones, pero el tempo es mucho más rápido, más nervioso. Antes había más subidas y bajadas y ahora simplemente nos mantenemos a un nivel. Hemos cambiado la agresividad por intensidad, y la vertiente más metal por una más rock". De ahí que se hayan interesado también por grabar un tema acústico ("Among Whispers"), algo bastante inusual en bandas de su línea. “Estábamos interesados en hacer algo más básico, en cuanto a recursos me refiero, con una única guitarra y unas voces nada más. Hay unos grandes coros por debajo que, aunque parezcan un sampler de un diggeridoo, es la voz de El Hombre Pavo de El Increíble Quinteto Afonía, que hace unos graves abismales, vamos… inhumanos. Queríamos hacer un tema que sonara cálido, próximo y honesto... y ahí está”. Esa honestidad se puede aplicar al conjunto de los temas, que en ningún momento dejan de sonar así, honestos y con ganas, durante todo el disco. "En ningún momento hemos buscado que sonase a superproducción, ejecutado a la perfección y todo eso. Queríamos algo como cuando estás tocando en el local, queríamos un disco interpretado por personas y que fuese realmente directo. Creo que los temas guardan más relación entre ellos que en el disco anterior y que tienen un punto de conexión que no tenían allí. De hecho tiramos un par de temas a la basura porque no coincidían con los demás y no nos convencían". Para acabar únicamente queda felicitarles por, sin necesidad de excesos, haber conseguido dar forma a un trabajo que suena enérgico, compacto y con furia, además de excelentemente producido. “La grabación ha sido inversa a la del primer álbum, para la que tuvimos un montón de tiempo para componer los temas y en cambio poco para grabarlos. Con éste hemos tenido hemos tenido prácticamente poco tiempo para componerlo y en cambio un poco más para grabarlo. Nos tiramos cinco años hasta que publicamos el primer disco y, para éste, nos propusimos emplear como mucho un año y medio. Sí, muy poco tiempo, por eso incluso los últimos retoques se hicieron en el estudio. La verdad es que estamos muy contentos con el resultado y con el sonido, sobre todo teniendo en cuenta la música que hacemos, el país en el que estamos y los medios que hemos utilizado".
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