Banyoles tiene un lago. Reflejado en sus turbias aguas se esconde un pueblo con cientos de años de historia. En pleno centro, un campanario sigue recordando puntualmente que el pasado no puede borrarse con tanta facilidad. Sus campanas no suenan, ni siquiera como en la película de Lars Von Trier. Eso sí, al anochecer, cuando el otoño y el invierno se han hecho dueños del lugar, una neblina densa cubre el paisaje y es precisamente en ese momento en el que a uno le apetece escuchar de un tirón "My Black Dress", sumergirse en sus turbadores ambientes, echarse en la cama con Mariona (y con Jaume y sus preciosas canciones) y dejarse llevar por las emociones. Evadirse de los quebraderos de cabeza que tenemos mensualmente en esta publicación y paladear las nueve piezas que compondrán el segundo álbum de esa pareja tan quebradiza y melancólica llamada Fang. Precisamente, los mismos que firmaron uno de los más brillantes debuts protagonizados por una banda nacional en los noventa, "My Weakpoint",una obra alabada por la crítica pero que no consiguió colocar al dúo en el puesto merecido. Aún así, seguimos confiando en los de Banyoles, en su saber hacer, en unas melodías tan aterciopeladas como cortantes. Porque, en el fondo, la vida de cualquiera de nosotros no es más que eso: placer y dolor.
LOS PROTAGONISTAS
Mariona acaba de estar en Barcelona para asistir al Gaudí. Jaume sigue parapetado en su estudio dando los últimos toques a las mezclas del disco, por ello y ante la imposibilidad de tenerles en nuestro despacho mantenemos una larga conversación telefónica, conectando la oficina con la casa de Mariona Urpí. Me disculpo por haberles hecho esperar unos minutos y empiezo preguntando por los pasos que faltan para tener el disco en nuestras manos. Jaume toma la palabra. "El disco está acabado. Solamente queda dejar listas las mezclas y meternos en los últimos detalles del Cd -Rom que vamos a incluir. Creo que a Mariona le gustaría cambiar alguna palabra, pero no vamos a cambiar nada más. No queríamos hacer nada demasiado complejo o muy barroco, sino un disco que fuese una buena continuación al anterior, un disco que no suene vacío, pero sí pulido y sin demasiados artificios. Eso sí, lo hemos trabajado mucho, aunque no recuerdo cuánto tiempo hemos invertido en él. Empezamos a trabajaren las canciones unos días después de acabar con el primer disco, pero hemos apretado el ritmo en las últimas semanas".
Digamos que lo han conseguido, que han conseguido un trabajo crudo y elaborado a la par, un disco con algún eco al pasado (la parquedad de Harvey) y unos ambientes densos y asfixiantes que beben directamente del trip hop menos acomodado. Y es esa base sobre la que se pasean las apasionadas melodías de una Mariona que, nuevamente, deja pequeñas porciones de su corazón en cada unos de sus textos. "En esta ocasión Mariona ha trabajado mucho más. En este disco hemos trabajado mucho los dos, por eso me gusta tanto. Las melodías se han trabajado deforma distinta, como el disco en general. Podría decirte que para mí ha sido algo doloroso, por la forma en que nos hemos implicado, por eso nos ha salido un disco bello y maduro". ¿Bello y maduro? Sí, quizás así sea, pero tampoco esperábamos menos. Hubiese sido inimaginable dar con un trabajo imberbe o sin cicatrices. Porque de esas bandas en plena efervescencia juvenil, de esas con toneladas de acné y en desarrollo hormonal las tenemos a cientos. ¿Pero estamos preparados los aficionados de este país a discos tan adultos? Espero que sí, aunque Fang seguirían viviendo en sus discretos hogares gerundenses por mucho que "My Black Dress" siguiese siendo una joya para minorías. "Estamos muy orgullosos del disco que hemos grabado y nos contentamos con que se valore la calidad del disco. Cuánto más se venda mejor, pero no pasamos el día pensando en cifras. Ni pensamos en vender el doble de discos, sino que estaríamos contentos con que la gente escuche el disco con atención y que llegue a la mayor cantidad de personas posible. Nos gustaría tocar más y, por lo menos, conseguir una repercusión similar a la que obtuvimos con el primer disco. Ni nos hemos convertido en un grupo más comercial ,ni hemos trabajado con medios mucho mejores que en "My Weakpoint", así que tampoco esperamos que de golpe este disco sea un éxito increíble".
SUS AMIGOS
Las amistades son necesarias, por mucho que en los pequeños pueblos como Banyoles la distancia entre un amigo y un enemigo apenas pueda cruzarla un insecto. Seguramente, en la zona, a Mariona y a Jaume deben ser considerados unos personajes algo extraños. Dedicarse al pop y vestir en negro riguroso debe ocasionar que una buena parte de los ancianos de la zona les miren por encima del hombro. Pero qué demonios, Fang también tienen buenos amigos. "Lluis Costavella de Kitsch sigue siendo un miembro de la banda en directo y en el disco hemos tenido a un montón de amigos colaborando. Tenemos a dos violinistas, a un acordeonista, a una persona que toca ese instrumento australiano que se llama didgeridoo... sí, esa especie de pipa gigante... y en un tema está An Der Beat". ¿Cómo? ¿Qué tenéis al surfista-skater más músico de la costa catalana colaborando en vuestro disco? ¿Y qué es lo que hace exactamente? ¿Dónde está su rítmica funky, sus desvaríos de pista de baile? "Bueno, su colaboración no es tan completa. Vino un día y estuvo un par de horas en el estudio, jugando, metiendo scratches en el sampler. Al final están incluidos en "The Lake is Burning", pero tampoco suenan demasiado. Queríamos que hubiese esos scratches, aunque no nos interesaba que tuviesen demasiada importancia y que la gente empezase a decir que pretendíamos sonar a Portishead. Mira, el scratch es algo muy antiguo, algo que viene del hip hop y, no sé, parece que si ahora los usas sea porque intentas parecerte o copiar a Portishead. Eso sí, finalmente no hemos incluido sampleados de otra gente que no sean los de esos scratches. Lo más interesante es samplearse a uno mismo, y lo más divertido, así que...". Hombre. A propósito de An Der Beat, de su creciente popularidad, de la actual importancia delos dj´s, del auge de la cultura de club y teniendo en cuenta que Jaume García fue disc-jockey durante una buena temporada, qué mejor que descubrir su opinión con respecto al fenómeno del dj como centro del universo. "Por un lado está bien y por el otro mal. Resulta un poco pobre que vayas a un concierto de rock y no haya casi nadie y que te plantes en una fiesta techno y esté a tope. Los dj´s están demasiado de moda, se les valora mucho y la mayoría no hacen más que usar la música de otros como herramienta de trabajo para montar sus shows. Jeff Mills por ejemplo pincha mucha música de otros. Parece como si a los Max Mix se les hubiese colocado una etiqueta que los convirtiese en algo respetable, mientras que nadie se fija en la música y los músicos que están detrás, cuando el mérito es realmente suyo. Es un fenómeno muy masivo, pero creo que cambiará pronto. De todas formas, me gusta mucho An Der Beat porque es un chico muy sencillo y merece que le haya ido bien. Trabaja con pocos medios, sin ambiciones, pero con creatividad". De no ser porque en esta publicación adoramos al surfista más tecnológico del país, nos podríamos tomar esos comentarios como si de cierto corporativismo gerundense se tratase. Veamos si es cierto. Planteemos la aparición del hip hop y apuntemos a Ari y Geronación y subrayemos el hecho de que provengan de Gerona. ¿Se delatará? "Sí, sabemos que son de Gerona, incluso el chico que ensaya en nuestro mismo local se dedica al rap. El caso es que prefiero el rock o el pop. Me gustan las bases de esos grupos y el sonido, incluso creo que las letras no suelen estar mal, pero no me gusta el tipo de voz al que están acostumbrados. Para mí el registro de la voz es fundamental y no conozco ningún artista de ese tipo con una voz interesante. Será que no me gusta ese estilo".
"My black dress" será publicado a finales de octubre por Moby-Disk/K Industria.
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