EN EL CAMINO
EntrevistasSteve Wynn

EN EL CAMINO

Enrique Peñas — 23-02-2001
Fotografía — Archivo

APENAS MEDIO AÑO DESPUÉS DE SU AVENTURA VÍA MP3 CON AUSTRALIAN BLONDE, STEVE WYNN VUELVE SOBRE SUS PASOS Y NOS DEJA UN ENCICLOPÉDICO DISCO QUE SABE A DESIERTO Y A CALIFORNIA, Y EN EL QUE HAY TIEMPO PARA REGRESAR A DREAM SYNDICATE LO MISMO QUE PARA ECHAR LA VISTA A CALEXICO O HUIR HACIA DELANTE EN BUSCA DE SPIRITUALIZED. TODO UN HITO.

No hace ocho meses que estuvimos con Steve Wynn con ocasión de su disco -"Momento" (Astro, 00)- con Australian Blonde, con quienes ha repetido conciertos aprovechando esta visita promocional, igual que estos fueron a Nueva York en diciembre pasado. Ahora Wynn viene sólo, aunque no exactamente: "Here Come The Miracles" (Astro, 01), su nuevo disco, se beneficia de colaboraciones de lujo, que van de John Convertino (Giant Sand, Calexico) o Howe Gelb (Giant Sand) a Johnette Napolitano (Concrete Blonde), parando en el cada vez más habitual Chris Brokaw -que comenzó su relación con Wynn en "Melting In The Dark"-. Un plantel cercano con el que nuestro protagonista tiene todo bajo control, empezando por la portada, que reproduce una obra de Johnette Napolitano (un giradiscos dispuesto a dejar la aguja sobre un vinilo en el que se dibuja un corazón) o las mismas fotos del libreto, realizadas por Linda Pitmon, batería de Steve Wynn desde hace seis años y a la sazón, novia del susodicho.

"No es autobiográfico, pero hay referencias a mis amigos, a libros, a películas que siento muy cercanas"

Un universo cerrado que el otrora líder de Dream Syndicate define más concretamente: "Es como las películas de Woody Allen de los años sesenta; siempre sus amigos, sus novias. Es más fácil porque tienes un lenguaje común y compartes las cosas más importantes de la vida". Y para que todo esto tuviera más sentido, todos a grabar a Tucson, lo que ha sido definitivo para el sonido de este disco. "No sólo Tucson, sino el hecho de estar fuera de Nueva York, de mi casa. Tucson es muy diferente a otras ciudades: es muy tranquilo, muy psicodélico, muy caliente. Y a esto se une la influencia de gente como Giant Sand o Calexico, no sólo porque tocan en el disco, sino porque hemos grabado en los estudios Wavelab, que son la casa de estos grupos, y hemos trabajado con el mismo ingeniero -Craig Schumacher- que ellos. Es una influencia no tanto a nivel de sonido como de sentimiento". Casi ochenta minutos que no dan lugar a la especulación: estribillos arrebatadores ("Sustain"), elegancia ("Shades Of Blue"), psicodelia ("Topanga Canyon Freaks"), intensidad ("Smash Myself To Bits") y emoción ("Butterscotch") de un Steve Wynn que va sobrado. Momentos que saben a Dream Syndicate y otros que se pierden en el desierto; y siempre historias concretas que tienen un protagonista, un momento y un lugar. "Muchas canciones son sobre California, como "Topanga Canyon Freaks", "California Southern Line" o "Sunset To The Sea". No fue intencionado, pero mi mente estaba en Los Angeles. En discos anteriores la influencia de Nueva York era muy grande... todo muy neurótico, muy frenético, mientras que este disco es más tranquilo, más... no sé, como California". Steve Wynn hace esfuerzos por mantener nuestra conversación en castellano, y quizá por este deseo de proximidad llega a decir que ha estado "muy influenciado por el disco con Australian Blonde, porque las letras de "Momento" eran muy concretas: la vida en mi barrio, el Riverside Park, todo eso. Y aquí hay un poco de eso: no es autobiográfico, pero hay referencias a mis amigos, a libros, a películas que siento muy cercanas". Un planteamiento que nos lleva a un tema, "Sunset Boulevard", que más parece una road movie musicada. "He conducido por Sunset Boulevard muchas veces en mi vida; es una de las calles más largas de Los Angeles, que pasa por barrios muy ricos y muy pobres; cuando escribí está canción pensaba en una persona que tiene problemas con la ley y que conduce por esa calle sin pensar en otra cosa que en viajar y viajar. Probablemente esa persona es la misma que en ´Southern California Line´". Lugares comunes por los que también transita en "Topanga Canyon Freaks", aunque aquí el protagonista sea el humor negro y una especie de Charles Manson del siglo XXI. Así, hasta cruzarnos con el blues o el country en más de un momento. "Para mí no es country. Puede que sí en temas como "Shade Blues" o "Death Valley Rain", pero para mí es rock. Cuando escucho este disco no oigo a The Jayhawks, Lambchop o Wilco. Para mí, uno de los mejores discos del año pasado es el "Exterminator" de Primal Scream, pero los discos que me gustan no tienen porqué reflejarse en mi música. Cuando yo hablo de country me refiero a Hank Williams, a Crosby o a Nash & Young; en los setenta, Neil Young hacía rock, no country. Lo que pasa es que el rock´n´roll es country, y blues, y rhythm´n´blues. El penúltimo tema de este disco, "Smash Myself To Bits" es más como Spiritualized. Eso es rock. Hoy me decían que Lambchop es country... ¿Lambchop es country? No, Lambchop es Lambchop. Cuando pienso en el country, pienso en caballos y sombreros grandes".

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