En 2005 Bloc Party parecían un vendaval que no iba a dejar nada en su sitio, pero muchos de los mayores valedores de “Silent Alarm” recibieron con tibieza su segundo largo. “A Weekend In The City” fue producido por Garret Jacknife Lee y en él el grupo liderado por Kele Okereke abandonaba el sonido angular que actuaba de detonador en los mejores momentos de su predecesor en favor de un paisaje sonoro si no completamente nuevo para la banda si diferente. Un año y medio después de la edición de ese segundo álbum, Bloc Party anunciaban apenas tres días antes de su publicación la salida inminente de su nuevo trabajo, “Intimacy”. Hasta entonces el tercer largo del grupo había sido un secreto y especialmente la fecha en la que estaría a la venta, primero a través de su web y luego en edición convencional de CD con extras, entre ellos, por lo que se supo un par de semanas después, con el tema “Talons”, un segundo single que ninguno de los periodistas que comentó el disco en primer término pudo escuchar. Puede verse como una excentricidad o como fruto de la urgencia y la excitación, la cuestión es que “Intimacy” ha pillado a todo el mundo por sorpresa. “De hecho, ´A Weekend In The City´ estaba terminado seis meses antes de que saliera a la venta. Podría haber salido en 2006, pero en la discográfica pensaron que era mejor esperar a principios de año”, explica Kele Okereke, líder y vocalista del grupo que completan el guitarrista Russell Lissack, el bajista Gordon Moakes y el batería Matt Tong. El álbum ha sido producido por Paul Epworth, que ya estuvo a los mandos en “Silent Alarm”, y por Jacknife Lee. Trabajar con ambos no ha sido nada casual, ya que en cierto sentido “Intimacy” es un intento de comunicar el sonido nervioso y orgánico de su primer trabajo con los hallazgos sonoros de “A Weekend In The City”. Aunque puede que la gran novedad no esté tanto en el sonido del álbum, que especialmente en los primeros cortes usa rítmicas de hip hop contrapuestas a las siempre hábiles dotes a la guitarra de Lissack, como en la implicación emocional de Kele Okereke en unas canciones que, sin abandonar el sentido heroico que servía el detritus emocional de sus anteriores álbumes, esta vez giran en torno a una relación rota. “En realidad mis letras nunca han hablado de experiencias personales de este modo. Empecé a escribir letras para ´Intimacy´ antes de empezar a trabajar en las nuevas canciones. Nuestro trabajo anterior era un disco muy consciente, con una temática muy clara, y en esta ocasión me apetecía escribir las letras de una manera menos dirigida y ver hacia dónde iban”. Así que casi sin quererlo acabaron dando vueltas alrededor a la ruptura amorosa por la que había pasado, “´A Weekend In The City´ era un trabajo algo impersonal. Creo que este es más humano. No es que todo gire en torno a la ruptura de forma confesional, pero sí refleja lo que pasaba por mi cabeza durante una época concreta de mi vida. Además creo que estar enamorado o estar con alguien no significa necesariamente que vivas fuera del mundo”.
Que nadie espere el álbum cliché sobre rupturas, porque en “Intimacy” vuelven a aparecer muchos de los temas de fondo que inundaban sus anteriores trabajos: la lucha del individuo en un mundo turbulento y confuso, si cabe, un sentimiento amplificado por las circunstancias personales de Okereke. “En realidad hemos trabajado las canciones y las letras de forma separada. Muchos de los temas han sufrido cambios hasta el último minuto”, explica Okereke. Es fácil relacionar cada canción con cada uno de los dos productores del álbum y en ambos casos el grupo ha trabajado de forma diferente.“Entramos en el estudio con Garret y con ideas, pero realmente las canciones se compusieron allí mismo. Fue un trabajo liberador, pero también arriesgado porque no sabíamos qué saldría de todo eso. En cuanto a Paul, el método fue mucho más convencional. Queríamos capturar lo que más nos gusta de nuestros dos trabajos anteriores y llevarlo un paso más allá”. Lo que explica que temas cargados de producción electrónica como el single “Mercury” convivan aquí con cortes que recuerdan descaradamente a su debut como “Halo”. Precisamente ese primer single es quizás uno de los momentos más sorprendentes del nuevo álbum de Bloc Party junto a la inicial “Ares” y “Biko”, una balada en la que explotan su registro más blando. “Escucho el mismo tipo de música que escuchaba hace cuatro años, por lo que no es que se trate de influencias nuevas, pero con el tiempo te sientes más seguro”, responde Okereke al otro lado del teléfono.Puede que “Intimacy” no convenza a aquellos que esperaban que tarde o temprano Bloc Party hicieran una segunda parte de “Silent Alarm”. En su nuevo trabajo suenan, más que aprovechando los aciertos pasados, perdidos entre lo que eran y lo que son, pero al menos hay que reconocerles el mérito de no haberse conformado con repetirse. “Intimacy” contiene algunos momentos brillantes, aunque también puntos débiles críticos que lo convierten en un tercer álbum irregular. En cualquier caso, probablemente no haya que esperar mucho para saber si a partir de aquí Bloc Party encuentran una veta a partir de la que construir un futuro más consistente o si se quedó todo en un poderoso debut.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.