"Siempre hacemos discos optimistas, es un poco nuestro ADN"
EntrevistasEls Catarres

"Siempre hacemos discos optimistas, es un poco nuestro ADN"

Redacción — 30-04-2022
Fotografía — Archivo

‘Diamants’ (Halley Records, 22) es el nuevo disco de Els Catarres, quienes tras tres años parados y la publicación de su libro ‘X’ vuelven siendo fieles a su esencia. Quedamos con Roser Cruells i Èric Vergés, miembros de este consolidado trío catalán, el día que se estrena su quinto álbum para charlar con ellos sobre su paréntesis y su nuevo trabajo.

¿Qué tal ha ido el primer día con el disco fuera?
Èric: ¡Bien! Estamos contentos porque llevamos muchos días trabajando, entre hacer el disco y la promoción, que ya llevamos unos cuantos días. A nivel físico cansados pero a nivel emocional muy emocionados y con muchas ganas.
Roser: Sí, muy contentos.
Èric: Por fin podremos volver a tocar y eso es lo más importante, en la pirámide de nuestras necesidades está arriba del todo y ahora por fin podremos volver a hacerlo.

¿Qué os llevó a parar y qué os ha llevado a volver?
Roser: Decidimos parar para vivir experiencias nuevas, para desconectar un poco de lo que estábamos haciendo. Al final no estábamos cansados de estar tocando, pero es verdad que mientras lo hacemos todo es muy intenso, estamos 24/7 los tres juntos, solo hacemos que ir a conciertos y volver a casa, nos lo pasamos genial pero sí que para componer un disco necesitas que te pasen otras cosas. Tenemos muy buena relación, pero también necesitamos que nos pasen cosas con otras personas y en otros lugares, poder viajar y tener otras experiencias. Entonces ya teníamos pensado estar un par de años con el disco anterior y parar un año para preparar este nuevo disco, entonces simplemente en vez de parar un año hemos parado dos por la pandemia. Teníamos muchas ganas de investigar más cosas a nivel musical en cuanto a banda, sonidos más electrónicos, de modo que no veíamos el formato reducido y acústico en nosotros tres, por lo que hemos esperado un año más para poder salir tal y como lo imaginábamos nosotros.

"Si tú miras desde hace diez años las canciones que hemos ido sacando como singles no tienen nada que ver las unas con las otras"

¿Cómo se hace un disco de aire optimista con la que está cayendo?
Èric: Es porque nosotros siempre hacemos discos optimistas, es un poco nuestro ADN. Quizás la diferencia en este disco es que está un poco más reposado el optimismo, hay un poco más de realidad, de decir “hostia, el mundo está muy mal”, en alguna ocasión incluso decimos que se va a la mierda, y es verdad en algunos sentidos. Todo es un poco negativo constantemente, pero a la vez también tenemos que recordarnos este rollo de que es un milagro que estemos aquí todos y con las personas que queremos, que al final lo más importante son las relaciones que nos nutren y hacen que la vida valga la pena.

¿Cómo os ha afectado la pandemia a nivel personal? ¿Estas consecuencias se reflejan en las letras?
Roser: Yo fui madre el 28 de diciembre de 2019 y al cabo de dos meses y medio entrábamos en una pandemia, entonces la maternidad tal y como la imaginaba, en tribu y a tope, se me ha hecho dura durante el primer año. Ha sido duro estar lejos de mis padres y de mi hermana, con los que tengo mucho vínculo y necesitaba mucho hacer nido a nivel familiar cuando fuera madre, aunque con mi pareja tengo muy buena relación y él es un padre excelente, pero sí que los dos hemos echado mucho de menos esto, tener un poco más de apoyo emocional en esto porque es muy complicado. A mí se me ha hecho bastante bola. A parte de esto, por encima de todo, se me han hecho muy duras las relaciones humanas, esta cosa más física de encontrarte con personas, de poderte abrazar, que es muy primordial y esencial, aunque se de por hecho, para mí ha sido un poco fuerte.
Èric: A nivel compositivo ha sido muy malo para la mayoría. La cuarta canción “Un sostre fet d’estrelles”, sí que nació durante la pandemia y así se quedó prácticamente, la maqueta era muy parecida a lo que es ahora, pero nada más. Mucha sequía creativa. Además, acabábamos de terminar la gira y era un momento de hacer otras cosas, no quieres componer, quieres hacer un viaje o lo que sea, pero no hubo nada de esto. Encerrado en casa se te quitan las ganas de componer, todo son malas noticias e incluso te sientes un poco frívolo hasta cierto punto, de decir “venga, vamos a hacer canciones de Els Catarres pero se ha muerto no sé cuánta gente”, sinceramente ni me apetecía. Después, cuando se empezó a abrir todo, empezamos a quedar más, a coger ideas que había del pasado, alguna es antigua, alguna la hicimos entonces y otras nacieron en el mismo estudio. La respuesta corta es “sí, nos ha afectado la pandemia” (ríe).

Nunca antes habíais compuesto un disco siendo algunos de vosotros padres. ¿Qué ha supuesto esto?
Èric: A nivel de letras creo que sí se refleja. En “Diamants” hay una poesía de Joan que escribió el día que nació su hija, la leyó medio en broma un día y dijimos “hostia, mola mucho, está de puta madre” y al final la grabó él y todo. “Un sostre fet d’estrelles” la escribí un poco para las hijas de Roser y Jan, porque es un canto a ser uno mismo. La vida te pone muchas trampas y mirajes y al final tú tienes que ser tú misma. Y a nivel práctico y logístico también nos ha afectado, porque al final esto te cambia mucho la vida. Nos hemos tenido que reinventar, antes éramos más caóticos y ahora nos tenemos que ordenar más.
Roser: Yo creo que ahora aprovechamos más el tiempo, no es que tengamos más o menos tiempo sino simplemente somos más conscientes de que todo es muy intenso, entonces cuando nos encontramos somos más organizados en este sentido. También emocionalmente, por ejemplo, a mí, personalmente, ser madre me ha dado un plus de emocionalidad en todas las cosas. Me ha hecho sentirme muy afortunada por lo que hago, por ser madre de mi hija que me cae muy bien (ríe) y por las relaciones humanas. Supongo que cuando una situación te pone muy al límite, como es la pandemia mezclada con la maternidad y mil cosas, te das cuenta de cosas que parecen muy básicas pero que son las más importantes.

Prácticamente todas las canciones del disco hablan de las relaciones humanas y de la importancia de lo colectivo.
Èric: Estábamos todos encerrados y no podíamos estar con nuestras familias ni con los amigos, y cuando hemos podido estar ha sido como raro, con las distancias, las mascarillas, las pruebas hasta hace nada… y todo esto, pues no pasa nada, lo haces y lo vives, pero te va marcando, va dejando un lastre. Creo que todo va encaminado a reclamar la importancia de esto.
Roser: Sí, y a darnos cuenta de que realmente esto es importante, porque se están normalizando situaciones como que ya sea normal no abrazarse o no darte dos besos, y no nos podemos olvidar de esto, todo esto es súper importante para el buen funcionamiento de la cabeza y del alma y por esto está tan enfocado a esto, a decir “qué suerte tenemos de tener toda esta red de gente”.

Compusisteis “La solució” hace muchos años y ahora la habéis recuperado para el disco. ¿Por qué?
Èric: Realmente no era una canción, era una idea, un riff de guitarra que hice cuando yo tenía 15 años y estaba en Alemania de intercambio. Se me quedó grabado, aunque no tenía cómo grabarlo en esa época, entonces más adelante intenté hacer una canción, nunca salió nada porque era un tempo de 5 por 4, con lo cual cuesta un poco encajarlo porque en la música pop no se usa nunca. Estuvo allí en el tintero, intentando salir de vez en cuando pero no. Y como teníamos tanto tiempo, estábamos en el estudio e intentamos probarlo, hicimos un ritmo que encajara, un poco más urbano, y encontramos esta idea. Es un poco inspiración “trap” entre comillas y al final explota en ese dub o reggae expansivo y la letra a la vez es lo contrario a todo esto, muy íntima y honesta, entonces nos gustó la idea. De hecho, es una de mis preferidas, aunque es muy friki, ya entiendo que quizás no triunfe, es de las más raras.

"Tenemos que valorar lo que tenemos y nuestra lengua y usarla normalmente, no todo tiene que ser reivindicativo, tiene que ser como la vida misma, y creer todos en esto"

También suena muy diferente “Un sostre fet d’estrelles”, más electrónica.
Èric: Salió así de entrada, antes tenía un arreglo distinto, pero me lo hicieron quitar, tenía unas trompetas y tal, pero al final lo dejamos con el piano, que aun queda más pop. También era la idea hacerla un poco más así, aunque no sé qué estilo es… ¿pop electrónico? Ahora todo se mezcla, pero es pop. El piano, como yo no lo sé tocar, lo hicimos entre todos, con esta textura más diferente.

¿Y “T’odio”, que suena más rockera?
Roser: Con esta canción fue curioso porque la teníamos hecha de otra manera, Èric la había traído distinta, pero la descuartizamos muy fuerte entre todos en el estudio.
Èric: Sí, había un riff, que es lo único que se ha quedado de lo que había. (ríen) Queríamos hacer una canción cañera, con los amplis y tal. Lo que había se borró todo, me cabreé (ríen) y salió esto entre todos.

Aunque tiene estos toques distintos, es un disco muy Els Catarres. ¿Mantenerse fiel al propio estilo es un riesgo o una fortaleza tras tantos años tocando?
Èric: Yo creo que hagas lo que hagas te encontrarás con gente que te dirá “¿por qué cambias?” y si no lo haces, “¿por qué no cambias?”, e incluso a veces será la misma gente.
Roser: Antes lo hablábamos. La sonoridad Catarres, ¿cuál es, al final? Si tú miras desde hace diez años las canciones que hemos ido sacando como singles no tienen nada que ver las unas con las otras, entonces nuestra voluntad es un poco la de entender que hacemos música pop y a partir de aquí hacemos las canciones un poco como nos apetece. Al final la sonoridad Catarres quizás es más este sentimiento de vitalidad.
Èric: Claro, es que cada grupo tiene su estilo y a veces no se puede definir.

A veces va más allá del sonido.
Roser: Sí, quizás es el hecho de hacerlo nosotros tres el que hace esta sonoridad, quizás si alguno de nosotros tres fuera otro habría otra sonoridad.
Èric: Totalmente. Es que para nosotros en realidad es un disco muy diferente, entonces son puntos de vista. Quizás si lo escucha alguien acostumbrado a escucharnos mucho lo encontrará diferente y si lo miras desde fuera quizás dices “es parecido”, pero ya me gusta porque ha de ser así. Tiene que ser Els Catarres, tener este espíritu y sonar a Els Catarres, pero intentamos ofrecer otra cosa distinta, más que nada por nosotros. No lo hacemos porque pensemos en si no cambiamos lo suficiente, lo veo absurdo, porque al final siempre te encontrarás a alguien que te dirá que has cambiado mucho o poco.

¿Cómo vivís el hecho de tener que hacer medio de influencers?
Roser: Fatal, fatal.
Èric: No nos gusta porque creo que generacionalmente ya no nos toca, somos antiguos. Lo hacemos a nuestra manera, tampoco somos influencers. Hoy en día parece que tenemos que hacer muchas más cosas que no son nuestro trabajo en sí, y al final nos hemos puesto todos en esta trampa. Nosotros tendríamos que hacer conciertos, presentar nuestra música y ya está. Y ahora si no estás en todas las redes parece que ya no estás. No lo sé, es un poco triste, pero tienes que pasar por el tubo. No nos gusta, pero tenemos que hacerlo, tampoco nos morimos.
Roser: No, pero no lo tenemos muy por la mano. Siempre estamos pendientes de qué tenemos que hacer.

¿Cómo planteáis los nuevos directos?
Èric: Estamos preparando el principio de gira, que es el 22 de abril en el Sant Jordi Club, y nos planteamos fiesta. Queremos hacer canciones cañeras, pasarlo bien y divertirnos. Sí que hay quizás un grado menos de festividad en este disco, pero si lo analizo en los otros siempre hemos hechos algunas canciones más tranquilas, o sea que al final más o menos está allí en cuanto a potencia. Y los directos serán potentes, de fiesta, sobre todo este primero, donde habrá más cosas. Tenemos más tiempo, porque es una producción propia, entonces podremos tocar más canciones del disco y repasar canciones antiguas. Al final será una celebración de los 10 años de Els Catarres, que ya son 11, nos ha quedado un poco cojo esto, pero es una celebración para decir que volvemos con toda la artillería y a parte habrá más sorpresas, todo para celebrar el principio de gira. Y a nivel de conciertos, seguiremos igual, a nosotros lo que nos gusta es hacer fiesta y pararlo bien.

¿Es fácil hacer convivir las canciones antiguas con las nuevas? ¿Os seguís sintiendo identificados con ellas?
Roser: Sí, al final cuando haces un disco te metes dentro de un mundo imaginario y a la vez las canciones son sobre alguna experiencia vital con la que te puedes sentir identificado. Entonces siempre nos resuenan y siempre nos resonarán todas las canciones de Els Catarres. Son bastante atemporales, aunque hay cosas más marcadas de una época en concreto, como “T’odio”, que es más de recordar un amor adolescente y pasional, pero también es guay. Lo que venimos haciendo desde la gira anterior es reformular las canciones para darles una sonoridad más parecida a lo que ahora mismo estamos haciendo, entonces las volveremos a revisar, pero sí recordaremos los cinco discos.

Lleváis muchos años en la industria de música en catalán, habéis vivido un poco su resurgimiento tras el rock de los 90. ¿Cómo la veis actualmente?
Èric: Por un lado, su salud es buena ya que hacía mucho tiempo que no había tanta oferta y variedad. Antes era o rock catalán o canción de autor y no había nada más, ahora hay de todo y eso es muy guay. Pero a la vez es un momento muy crítico, porque como hay de todo en catalán también hay de todo en general, hay mucha saturación de todo, y al final la propuesta catalana siempre queda más ahogada, hay que luchar más por el simple hecho de que está en minoría, entonces siempre estamos muy al límite. Sí que hay algunos grupos que de pronto triunfamos y podemos hacer una marca de todo esto, pero la situación es frágil y tardaremos mucho en conseguir que no lo sea. Con el rock catalán también pasó, parecíamos invencibles y de pronto quedaron muy disueltos, algunos ahora se han convertido en leyendas pero muchos se han perdido.
Roser: Yo lo veo igual que Èric, hay una parte muy optimista y una parte que… hace unos años sí teníamos la sensación de tener un relevo generacional, pero ahora no veo tan claro que haya tanta variedad para tenerlo. Sí que hay muchos grupos mucho más jóvenes que nosotros que están trabajando mucho, pero antes tenía la sensación de que había muchos grupos en catalán con mucha variedad y ahora quizás no lo veo tanto.
Èric: Yo creo que sí que hay grupos, pero no vemos que haya un grupo que de repente se desmarque, o varios, como nos pasó a nosotros, que estábamos con los Oques Grasses, Txarango y estos grupos, de los cuales algunos todavía seguimos, pero ya somos mayores. Faltaría gente joven que también despuntara e hicieran sus súper hits. Ginestà ahora empiezan a despuntar más, que son guays porque tienen una nueva sonoridad. Tenemos que valorar lo que tenemos y nuestra lengua y usarla normalmente, no todo tiene que ser reivindicativo, tiene que ser como la vida misma, y creer todos en esto.

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