“Si existiese la fórmula para hacer éxitos, los bancos harían discos”

Els Amics de les Arts están en uno de sus mejores momentos. Con una carrera estable, pero ambiciosa, los catalanes han publicado “Les paraules que triem no dir” (Pistatxo Records, 24), un álbum autoeditado de siete canciones vestido de energía y eclecticismo.

Son las doce del mediodía y aún es pronto, pero llevan en pie desde las seis. Joan Enric, Ferran y Dani, Els Amics de les Arts, esperan en una mesa en la esquina de la Llibreria Laie de Barcelona. Charlar de música entre libros y café, el pico de una romantica intensidad que, irónicamente, ellos mismos evitan. Aquello que ellos eligen no decir. “Les paraules que triem no dir” es un compendio de temas que “hacen una oda a la omisión y al silencio”, a las situaciones en las que uno escoge no decir o hacer según qué cosas, explica Joan Enric. Y, cómo no, “esa omisión voluntaria que hacemos de algunas cosas nos acaba definiendo incluso más que lo que decimos o hacemos”.

“Ser músico es un trabajo precario, nosotros somos unos afortunados”

“Les paraules que triem no dir” podría considerarse como “una cara B” de su anterior “Allà on volia” (23), que les permite echar mano de la sinceridad que quedó pendiente. “Si aquello era una ventana hacia fuera, esto es un espejo que mira hacia dentro”. Son siete temas, un minutaje más bien breve, si se compara con la tendencia de la industria. Sin embargo, Ferran explica que, en realidad, no es que estén trabajando menos, sino todo lo contrario. “En dos años y medio hacíamos doce temas. El 10 de marzo de 2023 sacábamos ocho temas y un año después sacamos siete. Y entre medias hemos hecho una colaboración con Lildami. Es decir, son dieciséis temas hechos en dos años”. “Y el musical”, añade Joan Enric. Además, estos “álbumes temáticos con menos canciones” evitan que cualquier tema “se quede por el camino”. Todos los temas tienen su protagonismo. “Un espacio para que pueda respirar en su mejor momento”, explica Joan Enric. Por ello también han apostado por el formato del sencillo —cuatro de las siete canciones que forman parte de “Les paraules que triem no dir” salieron como avances del disco—. Un ejemplo es “Tothom es separa”, la bachata del álbum, que salió en septiembre, el mes en el que mayor número de divorcios se registran.

En el proceso de huida de la intensidad y en la línea irónica que define a Els Amics de les Arts, Joan Enric explica —buscando las palabras con la cabeza entre las manos— que, para él, una canción pop “es como el final de un chiste. Tiene que sonar a la vez inevitable y sorprendente”. Asegura, además, que “no todo es autobiográfico”, sino que observan lo que les pasa a ellos y a la gente que les rodea, y que de ahí nacen las canciones. “En todos lados hay una canción”, asegura. Ellos tan solo observan mucho, apuntan todo lo que les sucede y las ideas que tienen y condensan los pequeños momentos en canciones: esa es la receta de Els Amics de les Arts.

Entre preguntas y respuestas, cada vez que uno de Els Amics se presenta, bromean entre ellos y se dan la mano, como si se acabasen de conocer. Tal es el ambiente que Ferran, en una especie de clímax, asegura que el hecho de haber trabajado con productores distintos en el disco —Tony Doogan y Manu Guix y Roger Rodés— ha aportado “dos Mondos Sonoros” muy diferentes a las canciones “Les paraules que triem no dir”. Las caras de desaprobación de Joan Enric y Dani desatan la carcajada. Dejando a un lado la broma, Dani explica que “hay que hacer lo que la canción necesite” y que a ellos nunca les ha dado miedo experimentar, mezclar estilos. De ahí nace el eclecticismo de “Les paraules que triem no dir”: dos temas ochenteros, disco, una balada, una bachata, un coro… Y, aquí, explican, Doogan, Guix y Rodés han jugado un papel importantísimo. Con el escocés trabajaron en los temas “más vivos, más orgánicos” como “Els desperfectes” o “Aquests dinars”. Con los catalanes, en cambio, buscaron un sonido “atronador, supercontundente” en “Tothom es separa” o “Sort que sou aquí”.

Sobre sus conciertos pendientes, entre ellos el del 18 de mayo en Barcelona (dentro del festival Guitar BCN), sienten “más ilusión que nervios”. Prometen haber hecho muchos cambios técnicos y estructurales que les “permiten una libertad brutal”. En el concierto de Barcelona, anticipan que aprovecharán las pantallas del Teatro Victoria —hogar del espectáculo del famoso Mago Pop— para hacer realización en directo.

Tras el inciso de las presentaciones, la conversación vuelve a adentrarse en materia. Si uno se atreve a deslizarse por el “abocador” que dibuja “Les paraules que triem no dir” para encontrar sus silencios, encuentra en el primer tema un dilema: ser artista, ¿y qué más? Dani explica que, en sus inicios, cuando alguien le preguntaba con qué se ganaba la vida y él respondía “Soy músico”, la reacción volvía a ser “¿Y de qué trabajas? ¿Cómo te ganas la vida?”. “Es un trabajo precario, somos unos afortunados”, agradece Dani. “Hay gente muy buena que no lo consigue nunca”, asegura, pero también explica que no conocen cuál es la clave para el éxito. “Si existiese la fórmula para hacer éxitos, los bancos harían discos”. Nuestra charla acaba, como es natural, como acaba el disco. El álbum tiene forma —literal y figurada— circular, puesto que el primer tema y el último se conectan entre sí. En la primera canción, Els Amics de les Arts rezan “Si ara un gran cometa destruís la terra, m’estalviaria tot aquest problema”. Y dicho gran cometa llega con la última, interpretada por el Coro Bruckner de Barcelona, puesto que “la melodía es exactamente idéntica” a la de “Les paraules que triem no dir”, pero en otro tono y rearmonizada. “Al final, lo que queríamos era intentar dibujar ese abocador del corazón donde van las palabras, ese viaje que haces hacia el lugar donde guardas cosas que no dices”, explica Dani. Además, buscaban desaparecer para dejar que sea el oyente quien emprenda el viaje: “Ahora bajad vosotros, os dejamos aquí”, concluye Joan Enric.

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Joan Sánchez González