¿Cómo habéis trabajado por primera vez en formato de trío?
(Dani) Mentiría si dijese que ha sido igual porque falta alguien y lo echas de menos, pero en cuanto a la parte creativa hemos seguido trabajando de la misma manera y nos hemos entendido muy bien, aunque tengamos problemas para saber quién canta según qué frase y haya momentos divertidos.
Durante el confinamiento habéis publicado canciones antiguas en formato acústico (Els dies més dolços) y os ha dado tiempo de hacer una webserie, pero ¿cómo habéis gestionado a nivel emocional el hecho de tener un regalo entre manos sin saber la fecha en la que podríais darlo?
(Ferran) Al principio fue un golpe, de repente no sabíamos cómo levantarnos ni qué hacer porque nos quedaba una semana para publicar el disco. Desde la discográfica nos recomendaron guardarlo para cuando se pudiera presentar y empezar la gira… Entonces se nos ocurrió una webserie pidiendo a la gente que interactuara con nosotros y de esa webserie, que es la cosa menos productiva empresarialmente hablando, salió la idea de hacer conciertos y colgarlos en Internet. Empezó a sonar el teléfono coincidiendo con la posibilidad de hacer actuaciones tranquilas con el público sentado y nos salieron una decena de bolos cuando ya habíamos dado el verano por perdido.
¿No habéis tenido tentaciones de retocar las canciones?
(Dani) Siempre decimos que una canción es la fotografía de un momento y quizás ajustaría algo de mezclas, pero son detalles. Lo divertido es que este disco tuvo una mezcla que dimos por buena después de trabajar mucho en Glasgow, masterizamos y entonces Tony Doogan nos dijo que no estaba bien, que no era eso, y teníamos que volver a abrir las mezclas. De las iniciales había detalles chulos, pero en general no cambiaríamos nada.
"Cuando hacíamos las maquetas y probábamos los arreglos de cuerda queríamos hacerlos bien y fuimos a Budapest con la orquestra de allí y fue brutal: la textura de la cuerda real es otra historia".
¿Tony Doogan os ha pulido mucho o bien os ha dado libertad?
(Joan Enric) La primera vez que trabajamos con él fue como ir a Disneylandia porque aparecía en muchos discos que nos encantan, pero no sabíamos qué nos encontraríamos. En el anterior disco su tarea fue llevar las canciones al límite, coger Els Amics de les Arts de 2014 y actualizarnos. Ahora veníamos con los deberes hechos, sabíamos cómo presentar las ideas para avanzar más rápido, ha sido muy gratificante y no descartamos terminar la trilogía Doogan.
(Dani) Ha sido recíproco: Tony sabía que podía apretarnos más y en qué hacerlo, sabía que podíamos cantar más agudo por encima de nuestro registro natural.
Es vuestro disco más corto y la sensación es que cada una de las diez canciones han sido tratadas como un “greatest hit”…
(Joan Enric) Partíamos de una selección de unas treinta ideas que se convirtieron en doce canciones y a última hora en el mástering saltaron dos porque por iniciativa de Tony vimos que no estaban al mismo nivel que las demás. Acotar tanto ha hecho que nos creamos mucho las diez canciones. Son las mejores que teníamos. Supongo que las dos descartadas verán la luz y curiosamente era las que desengrasaban un poco el disco a nivel lírico. Ha sido el disco con mejor acogida desde “Bed And Breakfast”.
(Dani) La sorpresa mayúscula es el empate técnico entre las diez canciones. Es el mejor piropo que nos pueden hacer.
Habladme de los “que han contribuido a mejorar ostensiblemente el disco”, especialmente la Budapest Symphony Orchestra.
(Joan Enric) Pol Cruells y Ramon Aragall, que ya cuento como parte del grupo, la percusión de Enric Canada y las voces femeninas (Tània Mittendorf y Núria Cantó) que incluimos para dar un color especial.
(Dani) Cuando hacíamos las maquetas y probábamos los arreglos de cuerda queríamos hacerlos bien y fuimos a Budapest con la orquestra de allí y fue brutal: la textura de la cuerda real es otra historia y con Joan Martorell estuvo muy bien encontrar esos colores, en “Mentrestant” hay una persona tocando una sierra con un arco de violín, la sección de viento… Gente muy profesional.
(Joan Enric) Es una herencia del sinfónico, nos quedó la espina de hacer un disco con esas coordenadas sonoras con ideas que habían quedado en un cajón. En canciones como “Et vaig dir” los dos mundos que representan Ferran y Dani, el primero con lo electrónico y los sintetizadores y el segundo con la cuerda y el punto más clásico, casan muy bien pese a ser aparentemente son opuestos.
¿Por qué elegisteis “El meu cos” como single?
(Ferran) El productor siempre nos decía que debes tener un pie en el pasado y otro en el futuro y ahí será donde estés y pensamos que este tema podía hacer de nexo entre el disco anterior y éste. Era una canción fresca y enérgica como carta de presentación. Miras Spotify y ya nos pasó con “Louisiana”, no fue single y triplicó las escuchas del single de ese disco.
(Joan Enric) Estaba entre las candidatas. Es cierto que una cosa son las canciones que suenan en la radio y otra las que perduran y seguramente si algo perdura del disco no será esta canción. Pero tocarla en directo es muy divertido.
“Adéu” contiene algo de biográfico o es ficción pura?
(Joan Enric) Quiere ser una “goodbye song” como yo las llamo, decir adiós o gracias. Estuve escuchando varias de este tipo y apela a la idea de irse, pero un irse ambiguo, no sabes dónde va y el espectro va desde huir de esa vida y de todo o paso a otro estadio y ya no estoy, o una carta de suicidio… Lo bonito es que ofrece el retrato de un personaje a través de la gente que lo ama, él se define a través del espejo que pone al padre, al amigo, al hermano.
(Dani) Recuerdo que Joan Enric vino con los acordes y la melodía y al principio no nos la acabábamos de hacer nuestra y un día la recuperamos en un papel tirado, empezamos a hacer el tonto y en el siguiente ensayo ya pensamos en añadir un piano y partir de ahí nos volvimos a enamorar… Es un tema que ha hecho un viaje y apuesto a que se ganará un lugar dentro de las canciones que más gustan de todo nuestro repertorio.
(Ferran) Hay gente que ha dicho que es la canción del chico de “Louisiana” antes de irse o la ha vinculado con “Els bons fotògrafs”, que de hecho habla de quién vendrá a mi funeral. Queda muy abierto, pero es un adiós.
“Als abismes” se refiere a promesas políticas fallidas o a revolucionarios que acaban vendiendo humo?
(Joan Enric) Propone un juego interpretable de muchas maneras, ¿la persona que habla entra en un sitio donde hay políticos? A uno le parecía que entraba en un lugar en el que se venden artículos “paulocoelhistas”, coaching o autoayuda, otro pensaba que era una convención sobre músicos en catalán… Lo bueno es que ese tío entra ahí y lo desmonta todo, recordando que hay cosas que son una gran mierda y arreglarlo es cosa de los que las venden porque muchos se las creen. La potencia de ese tema se basa en no decir quiénes son “ellos”. Es lo que dicen los ingleses de vender “the whole picture”, no sólo la parte bonita.
(Ferran) Y la contundencia del mensaje, de decir que está muy bien lo que decís, pero explicadnos la otra parte. Recuerdo el documental de Nick Cave “One More Time With Feelings” que hizo después de que se le muriera el hijo, estaba hecho trizas y en un poema dice que alguien tiene que cantar a la lluvia. Siempre es un drama todo lo que canta, pero alguien debe hacerlo y la vida también es eso. Vivió la peor putada que le puede pasar a uno y tiró adelante. No “ji ji, ja ja” y todo irá bien sino ser consciente que esas cosas pasan y hay que superarlas, todo irá bien si trabajamos y somos conscientes de nuestros defectos.
"Muchos creadores han podido hacer un ejercicio de introspección durante el confinamiento que, dada nuestra situación familiar con hijos pequeños, no hemos podido hacer".
El disco termina con la frase “todo va de elegir qué hacemos mientras tanto”. ¿Se podría interpretar como un resumen o una filosofía vital?
(Joan Enric) La última hubiera podido ser “Adéu” o “Mentrestant” y fue esa última porque incluía una frase que era más idónea para el cierre. Esa idea viene de una frase de Neil Young: “good times are coming but they sure coming slow” de la canción “Vampire Blues” y buscábamos una palabra que encajara con esa cadencia de piano y “Mentrestant” fue perfecta. La vida como un mientras tanto entre dos silencios y el disco también lo es.
¿Cómo afrontáis la gira en el contexto actual?
(Dani) La gira de “Els dies més dolços” ha sido un pequeño milagro, pero nos apetece volver a los escenarios con la banda al completo, hasta hace poco no sabíamos si podríamos hacer el concierto de presentación en el Fórum de Barcelona el 16 de octubre, al final haremos doblete el mismo día y es algo que nunca habíamos hecho. Celebramos cada concierto como una victoria y con la ilusión de hacerlo, porque el sector musical está en un momento complicado.
La situación de la música y de la cultura en general ya eran precarias antes de la pandemia. ¿Qué ideas o alternativas proponéis para su viabilidad?
(Joan Enric) Que nos traten como un sector normal y pongan normas claras e iguales para todos. Nosotros hemos demostrado que nos podemos adaptar a lo que sea, nos da igual hacer dos bolos para cobrar solo uno… Nos toca asumir una parte de eso, pero no todo.
(Dani) De momento ha habido cero rebrotes en conciertos y eso demuestra que la cultura es segura. Pero solo será noticia el día que haya alguno.
¿Qué habéis estado escuchando durante el confinamiento?
(Joan Enric) A nivel catalán, El Petit de Cal Eril, Ferran Palau y también a John Prine, que murió de Covid, con un disco de folk fantástico como “The Tree Of Forgiveness”.
(Dani) Me cogió muy fuerte cuando murió Morricone y he estado escuchando muchos musicales, por ejemplo “Hamilton”.
(Ferran) Yo, a Ferran Palau, lo último de The Tallest Man Of Earth y “Hamilton”.
¿Hubo tiempo para hacer balance o la incertidumbre lo impidió?
(Joan Enric) Precisamente la manera de salir fue mirando atrás, pidiendo a la gente qué canciones quería que tocáramos y eligieron las más tristes, vimos que teníamos un repertorio que como trío no habíamos interpretado, cogimos un piano y dos guitarras y tocamos estas canciones con la máxima verdad, cada uno grabando en su casa y nos las enviamos.
(Dani) Muchos creadores han podido hacer un ejercicio de introspección durante el confinamiento que, dada nuestra situación familiar con hijos pequeños, no hemos podido hacer. Hace diez años hubiera sido muy distinto, pero hemos sido muy eficientes con las horas de las que disponíamos.
¿A nivel musical y de enfoque, qué queda del grupo de “Jean Luc” y “L’home que treballa fent de gos”?
(Ferran) Cuando hacemos un disco siempre intentamos no mirar lo que hay que cambiar sino lo que no hay que cambiar, y nos hemos mantenido muy fieles a muchas cosas, los juegos y armonías vocales. Quizás en este último disco son menos satíricas, pero las letras siempre han tenido esa idea de no ser superfluas, intentando explicar o provocar algo, no hay ninguna frase gratuita y queda el punto de electrónica que tuvimos al principio. Y somos nosotros, con muchas ganas de trabajar y un amor infinito con el proyecto que nos ha cambiado la vida.
(Dani) Y algo que hemos venido haciendo desde el inicio, el no conformarnos con la primera versión de la canción, darle vueltas, buscar otro acorde, rearmonizar…
¿Qué hay en el horizonte?
(Joan Enric) Tenemos entre manos la idea de un musical, y por otra parte entiendo que el contexto nos obligará a hacer un disco nuevo antes.
(Dani) El musical es algo que hace tiempo que llevamos trabajando y nos motiva, pero ahora nos morimos de ganas de enseñar esas nuevas canciones.
(Ferran) Si el disco hubiera salido en marzo o mayo la gente ahora iría a ver la presentación de unas canciones que aparecieron hace meses… El disco hubiera envejecido por el tipo de grupo que somos, ha sido una estrategia para evitar pasar seis meses de desierto comunicativo y hemos podido ir sacando singles, como si creáramos pequeñas noticias, y ha ido bien.
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