“Cuando sacas un disco de doce temas tienes que vivir para poder escribir”
EntrevistasElane

“Cuando sacas un disco de doce temas tienes que vivir para poder escribir”

Abel Olivares — 17-03-2024
Fotografía — Martina Lynk

En la vida –igual que en la carretera– los baches son obstáculos inesperados que ocupan nuestro camino, alterando momentáneamente su naturaleza antes de poder seguir avanzando; una premisa que sintetiza “Costuras del Karma” (Propaganda Pel Fet!, 24) como el trabajo de una nueva Elane sin miedo a desnudarse el alma.

Consumir arte es una de las actividades más gratificantes que nos ofrece el privilegio de estar vivos. Además de educar, informar o entretener, posee el poder de enriquecer la psique, especialmente si se pertenece al bando del creador. Muchas veces, aunque las falsas creencias hayan propiciado la concepción de una imagen ficticia que ilustra el oficio del artista como algo fácil y sencillo, los límites que separan vida y obra de un autor suelen desdibujarse escarpando –aún más– la pendiente que supone la producción de cualquier proyecto inédito. Por eso, y basándonos en dicho principio, lo que vivió Elane tras la salida de “Metamorfosi” (22) –incapacidad creativa– es el ejemplo idóneo, sobre todo teniendo en cuenta que la mala racha por la que atravesó sería la misma que le daría la fuerza inventiva que tanto necesitaba. “Vengo de una etapa muy chunga; un bloqueo mental acaparó mi 2023. No poder escribir nada hizo que me adentrara en un estancamiento artístico en el que pensar ‘Todo lo que hago es una mierda’ fue mi leitmotiv. Aparte que cuando terminas y sacas un disco de doce temas tienes que vivir para poder escribir. Te quedas sin palabras. A raíz de eso empezó a irme mal lo familiar, lo sentimental… Hubo un cambio de hábitos. Fue una puta locura. Salir de ahí se hace duro, pero cuando sales, sales mucho más fuerte. Ahora que he recuperado la confianza en mí misma cierro un ciclo personal y abro otro en lo profesional; entrar en la industria tomándome en serio la música. Me queda claro que a lo que realmente me quiero dedicar es a esto”. Si bien “Costuras del Karma” reavivó la llama que yacía dormida, lo cierto es que la rapera no quiso apresurarse lanzando un nuevo larga duración; optó por el formato EP. Estableció el ir poco a poco como prioridad principal. “No quería quemarme. Si sacaba temas serían temas que me representarían de verdad. Escogí cinco; la síntesis de las cinco fases que duró el proceso de sanación. ¿Para qué hacer más?”. Según dice, la cosa terminó saliendo bastante fluida. Aunque no niega que los típicos miedos relacionados con la vulnerabilidad de estar contando intimidades le surgieran de vez en cuando. A decir verdad, le pesaba más la necesidad de liberación que la perseguía. “Empezamos muy eufóricos, pero la energía se nos va gastando. Y más si hacemos cosas que no nos acaban de llenar. Por eso necesité el parón, por eso he estado un año sin sacar nada; porque no tenía energía. Recargar pilas me ha pasado factura a nivel industria. Sin embargo, no me arrepiento; la continuidad de Elane lo requería”.

Mi próximo objetivo es ir sacando música cuando me salga del coño.

Desde que escribió su primera canción en 2010, su propuesta musical ha ido evolucionando. Cabe destacar la disciplina de la que se ha contagiado, obligándola a madurar y ser más consciente de las responsabilidades que conlleva el rap. “La intención con la que rapeo ahora es muy diferente. Justo el otro día me puse a escuchar temas antiguos e incluso el tono de voz me sorprendía. En ese sentido, mi público sigue desprendiendo una energía brutal al recibirme en los escenarios. No noto el típico sentimiento de nostalgia de que prefieran lo que hacía antes. Siento que han evolucionado conmigo”. Tampoco es que le importe mucho la opinión de los demás. Al final del día, la única que acude al estudio para sacar adelante la música de Elane es la propia Elane. Los productores le preguntan por el rollo que quiere y a partir de ahí desarrollan composiciones oscuras o alegres según aquello que quiere compartir. Luego, escribe. “Me tiene que gustar mucho lo que sale de las sesiones en el estudio. No me tiembla el pulso en decir: ‘Venga, cambiemos’. Siempre partimos de una sensación que conecta con una melodía subordinada al contenido de la canción. Si hablo de mí seré más dulce, pero si toco el desamor seré más ruda. Una melodía que no transmite exactamente lo que busco dificulta la escritura. Últimamente me he percatado de que necesito esa fusión entre la lírica y el sonido para alcanzar la emoción. Es mucho más fácil llegar cantando que rapeando. Como rapera siento que debo picar piedra en la búsqueda de barras más elaboradas. Te pongo un ejemplo: una barra que para mí es mediocre, si la suscribo a una melodía que te cagas te tocará hondo y pensarás: ‘Vaya barrote’. En cambio si te la digo rapeada a palo seco dirás: ‘Ah, normal’. Este factor hay que tenerlo muy en cuenta conociendo el contexto tan híbrido en el que nos encontramos”. Por más que la melodía y ella se necesiten mutuamente, Elane augura un futuro single inscrito en puro rap; fuera de lo melódico. Igual es porque su consciencia la está preparando para un disco de ese estilo, ya que, tal como dice ella: “Me apetece tirar hacia algo nuevo”. Aun así, el recuerdo que le quedará marcado tras dar a luz a “Costuras del Karma” se le hará complicado de olvidar. Y normal. Al preguntarle por lo que más resaltaría de este trabajo, lo tiene claro. “Por primera vez hablo de una mujer como mi pareja, en femenino. Es algo que jamás había hecho; mi cabeza ha hecho un clic. También he llorado mucho. ‘En mí’, por ejemplo. Es la canción que más me ha tocado porque hablo de mí. Nunca lo había hecho. Es curioso que sea la que musicalmente menos me guste, pero la que más me llegue. Espero que sea la más valorada. Tengo pensado sacar un videoclip del tema”.

De momento, su única preocupación es disfrutar sin presiones de las alegrías que le pueda traer el EP. En el horizonte ya se divisa la extensa gira que la tendrá recorriendo gran parte de España durante dos meses. “Creo que me lo he montado bastante bien; estaré girando hasta finales de abril, cuando mis propios conciertos se solapen con los bolos en festivales de verano”. Que a un artista le brillen los ojos de la misma forma que le brillan a Elane pensando en lo que se viene debe ser motivo de celebración. Ya demasiado implica emocionalmente el estar pendiente veinticuatro/siete de una industria incesantemente arrasadora como la musical. Cada día se publican millones de sencillos que acaparan la atención del oyente, disminuyendo el número de aquellos que aún ocupan su tiempo en escuchar álbumes enteros. “Me preocupa muchísimo la forma en la que está funcionando esto. La producción en cadena prioriza singles con videoclips y tú como creador te sientes obligado a tener que estar sacando música modo non-stop. La democratización del ser artista me parece bien, pero ¿podemos asimilarlo todo? Yo quiero prestarle a la música el cariño que merece. Mimarla pausadamente. Mi próximo objetivo es ir sacando música cuando me salga del coño. Hacer el esfuerzo de vivir el presente sin agobiarme y terminar de curar las heridas que nunca se acabarán de cerrar”.

 

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