Quién no ha oído aquello de "dance que entusiasmará a los que no gustan de la música de baile", "soul para quienes no han podido con Curtis Mayfield" o "el discípulo de Neil Young que esperaban los detractores de ´Zuma´ y ´Harvest´". Hasta qué punto Kid Koala podría ser objeto de una reflexión parecida es un misterio. No lo es que el canadiense de origen japonés se ha convertido en una curiosa anomalía dentro del ya de por sí peculiar mundo del turntablismo. Los prejuicios por los suelos y nombres como Radiohead o Björk al poder. "Cuando Radiohead me llamaron para hacer de telonero en su gira no podía entender por qué. Nuestra música parecía tan diferente... Luego, hablando con ellos sobre los grupos de los ochenta que nos habían influido encontré que ambos éramos muy fans de Public Enemy. Y por fin comprendí el motivo: su música era demencial, con muchos niveles de lectura, algo que también puede encontrarse en los discos de Radiohead, Björk o Tom Waits, por ejemplo. Y, aunque nuestro mundo es muy distinto, es por eso que yo me reconozco un poco en todos ellos".
"Cuando Radiohead me llamaron para hacer de telonero en su gira no podía entender por qué"
Tirando de biografía, la aparición de Kid Koala en el panorama musical de la mano del grupo Bullfrog ya tuvo algo de rockista. "Es la banda con la que he crecido, con la que llevo tocando desde el 92, una banda de guitarras en la que incorporo scratches. El año que viene imagino que volveremos a grabar disco". Después, el cuento de hadas: Jon More de Coldcut escuchó su música en un viaje a Canada. "Empecé como Dj en 1988, y por entonces la influencia del ´What´s That Noise´ de Coldcut fue brutal". Un sueño entonces publicar "Carpal Tunnel Syndrome" en uno de los labels más influyentes de los noventa, en la casa de Coldcut. En definitiva... en Ninja Tune. "Aquel era un disco menos cohesionado. Se hizo a lo largo de cuatro años con seis giras de por medio y muchos estados de ánimo diferentes. El nuevo álbum diría que es más optimista". Sí que lo es. Pero no es esa su única virtud -en el supuesto de que el optimismo haya de ser necesariamente una virtud-. "Some Of My Best Friends Are Dj´s" sale a jugar como un bloque, a la manera de la selección argentina de fútbol, aunque a la hora de la verdad, y también como los de Marcelo Bielsa, las individualidades terminan definiendo... "La idea era hacer un disco, no unas cuantas canciones que hubieran caído en el mismo álbum. Me plantee el disco como un viaje a través de diferentes estilos unidos todos ellos por el uso de los platos: unas canciones serían hermosas, otras divertidas y buena parte son directamente... estúpidas, como una especie de broma. En mi cabeza estaba una versión de ´Barrio Sésamo´ con los muñecos manejando los Technics y haciendo scratching... ¡ja, ja! De verdad". Bueno, bueno. Pues sí. Pero así dicho Erk San (Kid Koala bajo la máscara) no parece el mejor embajador de sí mismo fuera de su círculo de amistades. Porque durante muchos minutos "Some Of My Best Friends Are Dj´s" escapa bien lejos de la broma, y tiende puentes a estilos que nos ponen tan serios como el jazz, la concreta o la tradición musical yankee. "Estuve en Nueva Orleans. Yo soy un gran fan del jazz y allí se respira esa tradición por todas partes, así que pensé ´quiero hacer esta música exclusivamente con mis platos´. Y el resultado es ´Basin Street Blues´, que es el tema más difícil de todo el disco. Tardé muchos meses en conseguir unir todo eso". Porque el disco está construido íntegramente a partir de tus Technics... "Sí, bueno. He grabado un piano y un banjo reales, pero el resto sale enteramente de mis giradiscos". En definitiva, artista total debe ser un tipo que dice de sus canciones que son "como dibujos animados. Igual que puedes contar historias mediante dibujos también puedes hacerlo mediante extractos de discos". Él lo sabrá mejor que nadie, teniendo en cuenta que todo el arte del álbum y los clips animados corren de su cuenta, y que entre su nómina de amigos se cuenta Jim Mahfood, uno de los más pujantes nombres del cómic indie americano. "Precisamente estos días publico una novela gráfica de trescientas páginas, la historia de un robot que quiere cantar canciones de amor pero no tiene voz... Se titula ´Nufonia Must Fall´ y va acompañado de su propia banda sonora". ¿Algún suicida dispuesto a acercarlo hasta este puerto? Crucemos los dedos...
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