Antes de llegar a Galicia tenías un proyecto musical en tu Montevideo natal ¿Te ayudó para ser lo que eres ahora?
100%. Participé del proyecto Déjà Vu, en el cual estuvimos diez años tocando. Fue una universidad. Incluso vinimos casi todos a probar suerte a España, en el 2011 y 2012. Hicimos una familia y aprendimos juntos lo que era el oficio y la locura de lanzarse a hacer canciones e intentar conectar al público con ellas.
Tiempo después decides dar el salto a este lado del charo, pero ya en solitario ¿Por qué y cómo acabas en Galicia?
Por amor y por amor. Encajaba con el estilo de vida que necesitaba mi familia en ese momento, no hubo dudas.
¿Fue llegar a Galicia y lanzarte con "El Último Ciclista?
No, primero estuvimos en Barcelona. Fue un periodo de mucho silencio en donde tuve que lidiar con una situación familiar que me dejó congelada la composición y la implicación con la música. Sin embargo, y después de tanto silencio, en mi mente había melodías y pensamientos musicales. Cuando nos vinimos a Galicia pude empezar a trabajar en esas ideas y en darle forma a esta voz interna que nunca logro callar.
Una voz interna y una conexión con la música que derivaron en el debut con un EP homónimo ¿Cómo recuerdas ese momento?
El EP lo veníamos grabando justo cuando me mudé a España. Lo hice junto con mis dos compañeros, los hermanos Piedra Cueva, y lo hicimos a distancia entre Montevideo, Madrid, Barcelona y Galicia. Después de esa etapa me quedé con el nombre del proyecto, que originalmente era un trío, y empecé a sentir que las canciones que estaba gestando podían salir al amparo de ese proyecto. Fue una cosa muy natural, una canción llevó a la otra. Hubo mucho trabajo de rutina, de búsqueda y, después de tener puñado de ellas, me dio ganas de verlo como un disco entero, como un proyecto que podía tener vida y salir a tocar.
"La presión, a veces, convierte el carbón en diamante"
¿Cómo recuerdas el proceso entre los dos lanzamientos? ¿Cómo cambió el proyecto?
Mutó completamente. Entonces éramos dos cantantes y en este tuve que encontrar mi identidad, mi voz. Eso es lo más lindo y lo más complejo, pero canté desde otro lugar. Son canciones muy relajadas. Fue una búsqueda bastante genuina, natural, no fue tan forzado. Había cosas que decir y, aunque uno nunca sepa cómo irá, se trata de enfrentarse a la hoja en blanco y hacer el ejercicio de escucharse.
Durante ese tiempo ¿Sentiste algún tipo de presión para tener terminado y publicado este disco de título?
Somos El Último Ciclista. Nadie espera nada de él y, sin embargo, está en carrera y tiene la misma experiencia de recorrer el circuito. La única presión es la propia, pero en el buen sentido. La presión, a veces, convierte el carbón en diamante. Me puse límites y ciertas exigencias, pero fue todo muy relajado. Es un proyecto que nos pilla da adultos y muy conscientes a todos, disfrutando del camino. Esa es la intención.
De hecho, se podría equiparar tu disco a la etapa reina de una gran vuelta ciclista. De esas que se viven en paz, con tranquilidad, para relajarse ante el ruido del mundo.
Totalmente. Casi como un ciclista infiltrado, que es lo que somos. Somos músicos pero no somos profesionales: somos un equipo de fútbol cinco que va a jugar cuando puede.
En vuestro disco encontramos varias influencias, tanto las propias de tus orígenes como sonidos más hispanos o europeos ¿Ha sido algo natural o buscado?
Creo que soy muy permeable a mi entorno, que es algo que me interesa. Ser parte de cierto colectivo o de cierta comunidad donde estoy. Está bien alimentarse de la cultura, y eso sin duda se debe manifestar en la música que hago. No lo medito, sale naturalmente. Pero es como esa voz en off que tenemos todos y que te dice cuando te emociona algo; cuando te gusta o cuando no; cuando puedes pedir algo más o cuando está bien así.
Alguna influencia directa de algún artista o de grupo que te haya marcado para llegar hasta aquí...
Deben haber sido un montón. Gustavo Pena me debe haber afectado en la manera de cantar. Creo que, musicalmente, hay mucha influencia de música anglosajona. Estuve escuchando a Wilco, The Lemon Twigs, Drug Dealer, John Andrews, Juan Waters... Pero, después, puede ir en función de una canción que tenga más ritmo, más rock and roll o un poco más techno... Creo que hay como un filtro en común, pero no tengo ninguna referencia musical específica en mente a la hora de crear.
Comentabas antes que sois como un equipo de fútbol: para este proyecto te has rodeado de cuatro músicos gallegos ¿Cómo diste con ellos?
No sé si soy bueno para las canciones, pero para conseguir músicos sí. Estoy muy orgulloso de haber dado con ellos. Fue uno a uno. Primero encontré a Sergio, que es con quien grabé el disco, lo coproducimos juntos pues hablábamos el mismo idioma. Después fui reclutándolos uno a uno, a través de las redes o del boca a boca.
Tu lugar de residencia está situado cerca de Vigo ¿Cómo ves la escena musical de la zona y las opciones para tocar en directo por la misma?
Debe ser una experiencia agradable, porque yo estoy pudiendo tocar muy poco. No soy el más idóneo para hablar de la escena viguesa, porque tampoco salgo mucho por la noche. No estoy yendo a ver muchos conciertos, pero me da la sensación de que la cosa podría ser más rica. Sobre todo, a nivel organización y por la dinámica de lo que implica tocar en directo sin tener una base de público garantizada. Es muy difícil que existan propuestas sin espacios. Me gustaría que hubiera más y eso también hace a la escena. Seguro que es como el huevo y la gallina. Si hay más espacios va a haber más gente que quiera exponer.
"En la música es bueno cuando te sorprenden. Y el directo tiene más posibilidades de eso"
¿Cómo ves, por tanto, el futuro de tu proyecto?
Me gustaría que vaya cogiendo dimensión y que la gente lo escuche, básicamente. Y que me hagan saber qué opinan, ese sería mi sueño. Y que pudiéramos salir a tocar por España.
Es que no hay nada como la música en directo
Sí, porque en el disco queda grabada una interpretación con la que, generalmente, estás contento, pero no deja de ser una interpretación. En mi caso, grabé solo el disco y ahora cuento con la musicalidad de cuatro personas y eso es una sorpresa. En la música es bueno cuando te sorprenden. Y el directo tiene más posibilidades de eso.
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