Les prometo que pensaba que me moriría sin ver a los de Sydney. Pero un día, a traición, me entero de que estarán en una gira conjunta con Cracker presentada por esta casa y organizada por Love To Art –que cumple su sexto aniversario- que promete ser histórica. Ironías del destino y una prueba de que a veces los sueños se cumplen. Con motivo de este guateque he tenido el placer de entrevistar a Tim Rogers, el cabecilla de estos maravillosos australianos. La primera pregunta es obvia, ¿cómo y cuándo se te ocurre formar You Am I? “Básicamente empezamos a las afueras de Sydney a principios de los noventa. Nos habíamos visto las caras en algunos conciertos y habíamos bebido y conversado juntos. La verdad es que nuestro inicio fue casi por casualidad. Solo queríamos tocar con nuestras bandas preferidas y conseguir copas gratis”. Rogers se refiere a un buen puñado de grupos que aún daban guerra por esa época y de las que hablaba medio mundo. Clásicos del aussie rock de la talla de los Celibate Rifles, The Lime Spiders, los Hoodoo Gurus, The New Christs y un largo etcétera. “Solo recuerdo que iba a ver a todas esas bandas, y no era consciente que esos grupos tenían éxito en otros países. No estaba metido en la escena. Era un chico tontorrón que quería estar en el escenario. Pero ver a esas bandas en directo nos inspiró mucho... A las que has dicho añadiría a Hard Ons, Massappeal y The Hellmenn... cada semana había un bolo fantástico”. De alguna forma la banda de Rogers se iba a convertir en el relevo de todas esos grupos que admiraban. Y su primer paso hacia la cumbre fue su primer disco, “Sound As Ever” (Warner, 93), producido por Lee Renaldo.
“Creo que en nuestro tercer disco ya sabíamos cómo queríamos sonar. Pero esa idea también ha cambiado con los años... joder, es un misterio” |
A primera vista, un productor inesperado. “Venía a Australia con Sonic Youth, habíamos escuchado el Lp de las Babes In Toyland –“Fontanelle” (Reprise, 92)- que había producido y en nuestras primeras conversaciones nos pareció una persona muy inspiradora. Le encantaba estar metido en buenas historias y era encantador y divertido. Eso es algo muy importante para nosotros, alguien que es muy entusiasta y le gusta estar en una buena movida”. En ese primer álbum, al igual que el segundo- “Hi Fi Way” (Warner, 96), también producido por el guitarrista de la juventud sónica- se notaba un gusto muy marcado por las nuevas bandas de pop de guitarras estadounidenses y por la herencia de los Replacements más contundentes. Gente del calibre de Gigolo Aunts, The Posies o los inmensos Material Issue. Rogers se confiesa. “Estábamos muy limitados a la hora de escribir canciones, no éramos muy serios con el tema, así que intentábamos aproximarnos a las bandas que más nos gustaban, algunas de las que has mencionado y otras menos obvias. Creo que en nuestro tercer disco ya sabíamos cómo queríamos sonar. Pero esa idea también ha cambiado con los años... joder, es un misterio”. Pero la madurez como banda ya se vio venir en dos de sus posteriores trabajos. “Hour Daily” (Sire, 97) –donde trabajaron con Georges Drakoulias conocido por sus trabajos con The Jayhawks, y del que Rogers recuerda que: “Fue encantador y me hizo reír mucho. Pero también podía ser duro y condescendiente, lo que, mirando atrás, era lo que necesitábamos en ese momento. Aprendimos un montón de él”– y el que posiblemente sea su mejor trabajo hasta la fecha, “Dress Me Slowly” (BMG, 01).
“Si eres joven y viajas por todo el mundo, ¿a quién cojones le importa ser un hype?” |
Un disco en el que los australianos fueron capaces de asimilar de la herencia de los Kinks, The Who, Cheap Trick, The Replacements, The Knack y los Romantics, para después construir un discurso propio. Una ojeada a los clásicos para dar un paso adelante y una lección a todo aquel que pensaba que el rock australiano estaba muerto y enterrado. “¡Lo único que hice fue crear algunos nuevos coros! Me encantan The Pretty Things, Badfinger, The Nazz, The Replacements, Easybeats, Minor Threat, Discharge, Steve Earle, Caetano Veloso, Big Star... pero porque soy un negado y muy limitado guitarrista solamente puedo sonar a las más básicas influencias. Por suerte, con un poco de originalidad. ¿Cómo cantar fuera de tono?”. La modestia es una virtud que no se le puede negar a Rogers. Un hombre de música que es el artífice de la escritura de la mayor parte de las letras del grupo. Todo un estajanovista de la composición. ¿Su secreto? “Unas cuantas cervezas, una guitarra y algo de espacio. Suelo coger ganas e inspirarme un montón de la vida con mi familia y de la posibilidad de ver otros ambientes –sobre todo gracias a las giras- e imaginar el día a día de otras personas porque a veces la tuya es muy extraña en muchos aspectos”. ¿Y la receta mágica para que la mayor parte de sus canciones sean de gran calidad? “Ignorancia y Vodka”. Bueno, tras esta respuesta lo mejor es hablar de la nueva referencia de You Am I, un compacto recopilatorio titulado “The Cream & The Crock” (BMG, 2003), que será editado en España por Bittersweet Recordings en formato doble. ¿Fue difícil seleccionar los temas? “No costó nada. La mayoría eran singles y luego Russell –Russell Hopkinson, batería de la banda- nos amenazó con pegarnos si no estábamos de acuerdo con su selección. Y nosotros, con lo nenas que somos, le dejamos ganar”. Más de una década en el negocio justifica la edición de un recopilatorio que les permita acercarse a las nuevas generaciones y a nuevos lugares donde su música no sea muy conocida. De hecho, la banda que nos ocupa es el prototipo de grupo de culto. Denominación reservada a propuestas que suelen estar muy bien valoradas por la crítica a pesar de gozar de un nivel casi inexistente de popularidad. Menos mal que el estatus de culto solo se puede asignar a You Am I fuera de sus fronteras, ya que en Australia están más que reconocidos, habiendo recogido diversos premios y tres discos de oro en lo que llevan de vida. “Gozamos de una buena posición que nos permite tocar en la mayoría de sitios y la gente viene a vernos y no tenemos que mendigar la atención de la tele y la radio. Llevamos un tiempo en la carretera y tenemos un buen grupo de seguidores que aún creen en nosotros. No sé cómo funcionan nuestros discos fuera de Australia. Perdona, pero soy un desastre en este tipo de cosas”. No es para quejarse, pero vista la posición que en la actualidad tiene el rock australiano y el procedente de Nueva Zelanda en medio mundo, lo que no ha conseguido Rogers y compañía en diez años –fama mundial- lo han conseguido un grupo de bandas jóvenes en uno. ¿Qué opina Tim Rogers de este revival en los mass media que ha tenido como objeto a Jet, The Vines, Datsuns o D4? “Primero son un hype porque de verdad valen la pena, lo que viene después de eso queda fuera de control. Si eres joven y viajas por todo el mundo, ¿a quién cojones le importa ser un hype? Los D4 son una de mis bandas favoritas del momento, los Datsuns me molan mucho, y los Jet y The Vines están haciendo buenas cosas. Espero que estén aprovechando cada momento de ese éxito. Si en algún momento quieren unos teloneros...”. Pero la pura verdad es que al lado de estos nombres conocidos, el mundillo del pop y el rock independiente australiano también están pasando por un excelente estado de forma. La vuelta de Dom Mariani y los Stems, los Monarchs, The Casanovas, The Innocents, The Forresters, Danny McDonald, Michael Carpenter, The Richies –fichados por Rock Indiana- los Stoneage Hearts, o Starsky, la next big thing del power pop aussie, lo confirman. “Siempre hay buenas banda
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