"La única intención ha sido dejarme llevar"
EntrevistasEl Santo

"La única intención ha sido dejarme llevar"

Alfonso Gil Royo — 10-06-2023
Fotografía — Archivo

El Santo lleva más de un cuarto de siglo llevando el rap de Falsalarma por todos los escenarios de la geografía. Ahora comienza su aventura en solitario con “Santería” (Delirics/Picap, 23), un disco en el que reflexiona sobre sus virtudes y sus defectos

No hay duda de que Falsalarma es uno de los grupos imprescindibles para entender el nacimiento y la historia del rap en España. Desde que en 1997 publicasen aquel “La revolución del sonido” el grupo fue creciendo hasta llenar salas y festivales, en un momento además en el que el rap era una música minoritaria. Canciones como “Desde mi ventana” o “El primer paso”, entre muchas otras, se convirtieron en símbolos de este movimiento. Veintiseis años después, El Santo presenta su primer disco en solitario; un proyecto que marca un punto y seguido en su dilatada trayectoria. “Después de tantos años de carrera y tras conseguir tantas metas, sentí la necesidad de embarcarme en mi aventura en solitario como un nuevo reto, sobre todo personal, y dado que no he dejado de escribir y de componer nuevos temas, decidí que era el momento cuando tuve bastante material recopilado y mucho que sacar de dentro”, explica el cantante, aunque matiza que este proyecto no implica romper con lo anterior. “Abrir nuevas puertas no ha conllevado tener que cerrar ninguna otra. Es decir, que iniciar este nuevo reto simplemente me ha llevado a abrir esas otras puertas del mismo pasillo”. No le falta razón al de Sabadell, ya que “Santería” mantiene muchos puntos en común, tanto en lo lírico como en lo sonoro, con el estilo de Falsalarma. “Quizás siempre hemos seguido una línea y una identidad notable y en esta nueva etapa me estoy dejando llevar por lo que realmente me llena y me emociona en cada momento, sin esa línea que seguir o esa identidad que, involuntariamente, se mantiene. Simplemente dejándome fluir”. El resultado es un disco con una atmósfera oscura en el que el rap más clásico y los sonidos más actuales conviven, demostrando que El Santo ha querido adaptarse a los nuevos tiempos y no quedarse anclado en el pasado, aunque “a decir verdad, el sonido lo he ido trabajando sobre la marcha, escuchando muchos beats y escribiendo sobre el que me inspiraba y me impulsaba a sacar algo de mí. No ha habido una idea preconcebida o una línea a seguir puesto que la única intención ha sido dejarme llevar y seleccionar esos beats que me mueven independientemente del rollo que sean”.

En cuanto al concepto del disco, hay una idea que se mantiene a lo largo de todo el disco: la esperanza. Esa lucha por mantenerse a flote cuando parece que todo se hunde, por encontrar la luz en la oscuridad y no rendirse en los malos tiempos, porque “pese a que en ciertos momentos cuesta verlo con claridad, creo que siempre que se toca fondo es una oportunidad para impulsarte hacia la superficie y echar a volar”. Y añade: “A rasgos generales sí que es un disco con un mensaje de impulso, de salir del pozo, de ver la luz al final del túnel y de decirte a ti mismo que puedes hacerlo. Quizás algo incluso terapéutico para mí, aunque también se puede encontrar algo de crítica social como en el caso de ‘Resignados’, el estrés al que estamos sometidos en ‘Corre’ o el vacile de ‘Nightcrawlers’ y ‘Valkiria’”. Y es que el cuidar el mensaje siempre ha sido innegociable para El Santo ya desde sus tiempos en Falsalarma. Por poner un ejemplo, aquel “El primer paso” del que hablábamos al principio se convirtió en el himno de una generación hip hop a la que se animaba a unirse para crecer. ¿Crees que aquel mensaje tendría calado hoy? “En aquel momento resultaba idílica la unión de todas las vertientes de esta cultura con la finalidad de crecer y formar entre todos algo grande y con nombre propio. Hoy en día creo que se ha extendido todo en general y es mucho más complicado que todo esté unido, pese a que todos formamos parte de un mismo género y eso es lo realmente importante. El hip hop es cultura y cada uno lo representa a su manera, con eso me quedo”. Porque eran otros tiempos, “tiempos de desconocimiento y pocos medios, pero con mucha ilusión. Realmente fue muy bonito vivir aquella época de raps en parkings y grabaciones de un solo tirón y quizás lo que más puedo echar de menos es la propia adolescencia en la que coincidió todo aquello”. Ahora las cosas son distintas. Quizá el rap esté más distante del hip hop como cultura que nunca, pero es una música que llena estadios y bate récords de escuchas. Y en España es gracias a pioneros como El Santo. “La verdad es que es una locura ver en lo que se han convertido hoy día aquellas jams en las que nos reuníamos los de siempre y los de los barrios de los alrededores. Hoy en día tienes grupos vendiendo entradas a sus conciertos con un año de antelación, estadios llenos y entradas agotadas en unas pocas horas. Yo creo que esto nadie se lo imaginaba, pero, al fin y al cabo, estoy orgulloso de aportar nuestro granito de arena para que hoy sea lo que es todo esto”. Ellos fueron la primera piedra del camino, de un camino del que nadie tiene la receta del éxito. “Creo que la clave es conectar con el enorme público que tenemos independientemente de la línea que siga cada uno. Hay variedad para todos los gustos y creo que eso también es parte de lo que ha hecho que todo crezca tanto”.

 

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