Sin discográfica, sin salir en los grandes medios y sin aparecer en campañas de publicidad, Swan Fyahbwoy ha conseguido convertirse en uno de los artistas más populares de este país, sin duda el mayor exponente del dancehall nacional. La fórmula: apelar a los fans directamente, regalando sus discos a través de su web. “Claro que me gustaría que los grandes medios se fijaran, no sólo en mí, sino en toda esta cultura, que abarca casi el cien por cien de los institutos de este país”.
Al otro lado de la línea Elán Swan Fernández suena sobreexcitado y feliz tras la intensa grabación de “Extremely Flammable”, su tercer largo, tras conseguir un millón de descargas con su anterior “Innadiflames”. Una grabación que lo llevó hasta Jamaica y para la que ha contado con productores nacionales e internacionales. “No sabía qué disco había hecho hasta que recibí el máster definitivo y lo escuché en casa con los cascos. Ahí me salió todo. Casi me pongo a llorar”.
Su triunfo es el de la escena dancehall nacional, que no ha parado de crecer hasta convertirse en una poderosa cultura paralela a la dictada por los medios, y el triunfo de su propia perseverancia y cabezonería. “Hay gente que piensa que tengo todo un equipo trabajando para mí, pero apenas somos tres. Yo lo que tengo claro es que quiero trabajar y no me importa pedirle pasta a todos mis amigos para pagar un documental porque sé que todo eso va a volver. He sido un currante toda mi vida y lo sigo siendo. Igual es que otros artistas son demasiado artistas”. La pregunta es: ¿y si viniera una gran multinacional con un cheque en blanco? “No me fijaría en el cheque, sino en el contrato de cuarenta páginas que lo acompaña”. Chico listo. Con “Extremely Flammable” promete de nuevo batir récords de descarga y demostrar una vez más que hay muchas maneras de moverse en este mundo. Y que todavía es el rey del dancehall, aunque no salga en televisión.
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