EL REY DE LA SELVA
EntrevistasDanko Jones

EL REY DE LA SELVA

Mikel Sola — 26-06-2002
Fotografía — Archivo

Entre los vestigios del rock´n´roll escandinavo, el stoner rock y el revuelo montado en torno a bandas como The Strokes o The White Stripes, el amable Danko entiende que el momento es “perfecto” para propuestas como la de los suyos. “Creo que grupos como nosotros abarcamos todos esos estilos, a veces somos muy stoner y sabbathicos, muy a menudo tenemos influencias de Kiss o Mötley Crüe...”. Para ilustrar esta diversidad, el guitarrista de Toronto emana la habitual retahíla de influencias: “Escucho de todo, desde Rainbow y ZZ Top hasta Slayer, Pussy Galore, Shellac, The Gories, The Hellacopters, Backyard Babies, Black Flag,.... Gangstarr, At The Drive-In, Fugazi, Corrosion Of Conformity... sigue y sigue, ¿sabes?... Todo lo que mole... John Coltrane, Nick Drake, Joni Mitchell... Lo que sea, tío”. No obstante, Danko Jones se niega a comulgar con ruedas de molino.

“Para mí hablar de mujeres no es un tópico, es un tema clásico. Rock´n´roll significa movimiento, tener relaciones sexuales, hacer el amor, follar”

“La verdad, no creo que The White Stripes merezcan toda la atención que se les está prestando, especialmente cuando gente como The Dirtbombs, con Mick Collins al frente, que lleva más tiempo y rockea veinte veces más que ellos, sacan un álbum llamado ´Ultraglide In Black´ y nadie sabe siquiera que ha salido. Me parece una vergüenza”. Quizá algunos piensen que Jones, animal escénico donde los haya, es un tipo algo ufano, pero los elogios que dispensa a su colega Collins dejan bien claro que no se trata de una versión rocanrolera de Joey DiMaio, bajista y líder de Manowar. Maldita sea, combos como el que nos ocupa (completado por J.C. al bajo y Damon Richardson a la batería) engrandecen al género. Con todo, una cosa es que estos canadienses insuflen nuevas energías al rock y otra muy distinta que necesitemos más Danko Jones. “Uno es suficiente, y estás hablando con él ahora mismo”, se desmelena el interlocutor. Puede que, tras seis años en la brecha, lo que les convierta en un nuevo referente sean sus directos, porque, de veras, en esto son un seguro de vida. Inmunes a resfriados y demás, según parece. “Esos son los días que distinguen las bandas de mierda de las buenas. También tengo en cuenta que no importa si hay cinco o cinco mil personas en la sala. Ves a grupos que son insufribles en directo porque han tenido un mal día o han discutido, o alguien les ha tocado las narices antes, o sólo hay diez personas, ¿y yo soy una de ellas, viendo esta basura? Eso es como la escuela para mí, me han enseñado qué no hacer y lo he visto tantas veces... O sea que cuando me encuentro en esa situación simplemente no puedo ser así, trato de que ese tipo de cosas me afecten lo menos posible”. Y aunque sus actuaciones sólo parecen suscitar parabienes, es de suponer que habrá algún espectador que se pase de la raya. Mientras los firmantes de “Born A Lion” aún están en escena, queremos decir. “Probablemente tardan cinco canciones en soltar la frasecilla graciosa para poder ir a fardar a casa de sus amigotes o de sus novias, pero yo en dos segundos ya he oído la frase y replicado. Y cuando lo hago, y créeme que lo hago, me aseguro de que llegan a casa llorando”. Posteriormente, Jones vende sus excelencias (“Los conciertos son una gran fiesta en la que todo el mundo está incluido”) y quita hierro al asunto de los alborotadores, que, además, escasean. “Por lo general están super mamados y es muy perdonable. Pero todo el mundo se puede identificar con algunos elementos de la música, de las letras y de las bromas entre canción y canción. Especialmente los chicos, porque yo lo soy y son los únicos con los que me puedo identificar plenamente”. Y es que las letras del trío se ajustan al libro de estilo del género, ya bastante manido, por cierto. “Para mí hablar de mujeres no es un tópico, es un tema clásico. Rock´n´roll significa movimiento, tener relaciones sexuales, hacer el amor, follar. Así que seguimos esa tradición. No creo que vayas a esperar que cantemos sobre lo que ocurre en Oriente Medio o los talibán o las selvas tropicales. No creo que el resultado fuera tan logrado y además no sería tan sincero. Pienso que esta música tiene alma y ritmo, y un resultado obvio es sexo, sea lujurioso, amoroso... Es pasión, sudor... Si quizá deviene tópico o tema clásico es porque funciona”.

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