EL RESURGIR DE UNA MUSA
EntrevistasMarianne Faithfull

EL RESURGIR DE UNA MUSA

Redacción — 26-03-2002
Fotografía — Archivo

HAY EXPERIENCIAS QUE MARCAN LA EXISTENCIA DE UN SER HUMANO Y QUE, POR SU CONDICIÓN, PUEDEN GENERAR MUCHAS OTRAS TAN HERMOSAS Y EXTRAORDINARIAS. POR PRIMERA VEZ PODÍA ENTRAR EN CASA CON LA CABEZA BIEN ALTA Y CONTAR A MI MADRE A QUIÉN HABÍA ENTREVISTADO UNAS HORAS ANTES, SIENDO ELLA CONSCIENTE DE LA ENVERGADURA DEL MITO CON EL QUE ME HABÍA ENFRENTADO. “¿A MARIANNE FAITHFULL? PERO SI ESA MUJER TENDRÁ MI EDAD, ¿Y TODAVÍA CANTA?”. SÍ, Y ACABA DE PUBLICAR “KISSIN´ TIME” (HUT/VIRGIN, 02).

Interpreta a escarmentados personajes en papeles cinematográficos que le vienen como anillo al dedo y es capaz de adentrarse en terrenos musicales que no conoce en profundidad, pero de los que, sin embargo, es capaz de salir bien parada, y por una sencilla razón: la musa stoniana por antonomasia es genio y figura hasta la sepultura. Y con la edad se ha convertido en una persona afable y dialogante. Sin ir más lejos, te agradece con sinceridad los elogios que le dedicas y lo hace con esa voz rota, maltrecha y castigada por una vida plena de sinsabores, de altos y bajos. Del estrellato a la peregrinación de una vagabunda maloliente que, por fortuna, ha quedado atrás. Ahora, su presente es un jardín de rosas y claveles de aroma fresco y apasionado. “Estoy safisfecha con el disco, aunque nunca lo estás del todo, porque siempre quieres ir un poco más allá. El hecho de hacer un disco como éste, con tanta colaboración, no fue algo premeditado, porque he trabajado con mucha gente durante toda mi vida. Poco a poco fueron apareciendo colaboradores, amigos míos que me cedían ideas, que me presentaban canciones casi hechas o sencillamente fui yo quien se apoderó de ellas.

“Quería trabajar con todas esas personas maravillosas. La respuesta de cada uno de ellos fue inmediata. Decían `sí, por favor, quiero aparecer en el disco e Marianne Faithfull´ (risas)”

Cuando tuve unas cuantas le dije a mi manager que cogiese mi agenda y empezase a concertar citas, porque quería trabajar con todas esas personas maravillosas. La respuesta de cada uno de ellos fue inmediata. Decían ´sí, por favor, quiero aparecer en el nuevo disco de Marianne Faithfull´ (risas). Y es que el elenco de colaboraciones de “Kissin´ Time” quita el hipo. Beck pone música al primer sencillo, “Sex With Strangers”, rescribe para ella “Nobody´s Fault” (incluida en “Mutations”) y colabora en “Like Being Born”; Billy Corgan mete sus zarpas en un par de piezas; Jarvis Cocker aporta su granito de arena centrando un texto inspirado en la vida de la señora Faithfull; Blur al completo graban con ella el soberbio “Kissin´ Time” final e incluso la ciudad de París tiene su rinconcito en el disco gracias a la participación de Etienne Daho y Les Valentins. “Tuve que viajar muchísimo. Fui a Francia, estuve en Chicago, en Salt Lake City, en Los Angeles... las condiciones en todos sitios fueron buenísimas, así que ha sido un placer poder embarcarme en esta aventura. He disfrutado muchísimo y, aunque cada vez que hago un disco me da miedo enfrentarme a él, en esta ocasión sentí una gran sensación desde el principio”. En todo caso, uno de los poemas musicados más conmovedores de los aquí recogidos es “Song For Nico”, una arista de amargura, de dolor, de recuerdo imborrable. “Amo a Nico y, por tanto, la canción es para ella. Adoro su trabajo en solitario y, como creo que nunca ha sido reivindicada como merece, se la dedico desde el corazón, desde un corazón dolido, porque tuvo una vida dura y mucha mala suerte. Con este homenaje puedo sentirme más cerca de Nico que nunca”. Esa plantilla de ilustres colaboradores ha podido conseguir algo impensable. El que gente que nunca se acercaría a conocer la obra de esta mujer se tome su tiempo e interés en indagar e introducirse en mundo que da mucho de sí ya merece todos los esfuerzos. Porque descubrirán un universo creativo interesante, el de una estrella consagrada, merecidamente venerada y que requiere toda nuestra atención. “Sería excitante que gente que no me conoce, pueda hacerlo gracias a la colaboración de mis amigos; eso sería buena señal, puesto que significaría que tengo buenas compañías y que son tan importantes como lo he sido yo. Aunque quiero dejar claro que ese nunca ha sido el propósito de este disco”. Quién, después de esta entrevista, tenga mayor apetito de Marianne Faithfull y no se contente con disfrutarla a través del oído, debería visionar la polémica “Intimidad”, en la que nuestra protagonista cuenta con un papel como el que ha ejecutado toda su vida, una interpretación de unas vivencias a veces oscuras, a veces brillantes, y siempre salpicadas por el escándalo. Si prefieren ceñirse a lo musical, tendrán dónde elegir: cabaret musicado, orquestaciones, clásicos del jazz, apuntes de modernidad... pasos, cada uno de ellos, con los que Faithfull no ha dejado de enamorar a fieles de varias generaciones.

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