El título del disco, “Liberación”, ¿responde solo a la novela de Sandor Marai o es una palabra que de alguna manera dice algo sobre vuestro momento actual?
Bueno, también tiene connotaciones personales y musicales. Digamos que la música que hacemos es más abierta…antes quizá estábamos más encorsetados, y ahora no nos da miedo meter un solo de guitarra largo, por ejemplo, como en “Fort Point”. “Liberación” va también por ahí, tiene diversos sentidos abiertos, y nos parecía un título perfecto.
¿Qué condicionantes técnicos, anímicos y financieros han marcado la gestación de este cuarto disco? ¿Sentís que habéis dado otro paso adelante en algún aspecto en concreto?
La verdad es que la trayectoria ha sido tan complicada que somos lo que somos también gracias a todos esos problemas…puede sonar raro, pero esos problemas al final han aportado algo esencial a la idiosincrasia del grupo. Nunca hemos tenido expectativas más allá de lo que está en nuestra mano, que es pasarlo tan bien como podemos en el local y hacerlo bien en directo. Si llegan otras cosas, bienvenidas seas. Hacemos lo que nos gusta y lo pasamos muy bien, lo otro suelen ser espejismos o cosas que no nos interesan. Yo diría que anímica y compositivamente el momento del grupo es el mejor; pero ya llevo un tiempo en esto y sé que en cualquier momento se puede acabar. Me parece una manera de valorar más lo que tenemos.
Habéis repetido con Javier Ortiz. ¿En algún momento valorasteis la posibilidad de cambiar? ¿La masterización la hizo él o volvisteis a enviar el material a California, como con “Ética protestante”?
Javi es esencial en el sonido del grupo desde el primer disco… de hecho, gran parte de mi pasión por los amplis y las guitarras viene de ahí. En lo suyo (grabar en directo, con técnicas clásicas que no envejecen) es una eminencia, al nivel de gente del mundo anglosajón de enorme nivel (Steve Albini, ¡no exagero!). Golden es fantástico, pero se nos iba el presupuesto. No ha habido más opciones porque nos entendemos a la perfección con Javi en todos los sentidos y nos gusta esta estética sonora.
¿Este nuevo disco os ha dejado con ganas de más? Quiero decir… ¿notáis que ha sido un revulsivo para El Relevo Alemán?
Ha habido urgencia porque en 2014 vivimos un periodo de composición muy febril en el local, y también porque Zutoia (batería, voz), iba a estar yendo y viniendo a Madrid. Necesitábamos capturar el momento, los grupos son un momento, y a veces si te descuidas, los dejas pasar y ya no vuelven. Estamos muy satisfechos con él y el anterior (“Königsberg”) porque creemos que reflejan fielmente lo que hacemos, nuestras armas y lo que somos a día de hoy. Al final, un disco debería ser eso.
Volvéis a ser un trío. ¿Los cambios de formación son una pesadilla, o por el contrario siempre acaban catalizando algo positivo?
Sin desmerecer a Manel, que es amigo (y con el que toco en Cuzin), esta vez por alguna razón ha sido muy positivo. Cuando pasas de cuatro a tres, los que se quedan tienen que dar un paso al frente. A veces sale bien y a veces no. Creo que a nosotros nos ha funcionado. Es cierto que hasta que no entró Zut a la batería en 2011 tuvimos muchos problemas, con los baterías sobre todo (pasaron cuatro). Ahí sí que el tema llegó a ser bastante deprimente, de hecho gran parte de las baterías de los dos primeros discos las grabé yo por necesidad. Lo cual tampoco fue malo, porque yo tenía las ideas bastante claras. Pero para el directo era un grave problema, claro.
Hace tiempo explicabais que la palabra “alemán” de vuestro nombre tenía connotaciones de precisión, infalibilidad. ¿Creéis que esa percepción ha podido cambiar últimamente?
Obviamente (como sucede con las letras) el nombre tiene un trasfondo sarcástico. Se me ocurrió viendo los campeonatos mundiales de natación; me sonaba bien, y además tenía ciertas connotaciones de fiabilidad (y otras más siniestras) que me hacían gracia…al final tiene diversas lecturas como casi todo lo que hacemos.
¿Qué tiene la derrota, lo decadente, que os fascina tanto?
Por alguna razón, nos cuesta hacer canciones abiertamente “alegres”. Pero eso no quiere decir que nos tomemos demasiado en serio, que es problema que veo mucho alrededor: Hay bastante humor en nuestras letras, aunque es bastante retorcido. Al final es mucho más interesante lo que pasa con los que pierden que con los que ganan...pero sí, personalmente me tira cierta oscuridad en literatura, el cine…aunque me encantan las canciones pop perfectas. Cuando combinas pop y cierta oscuridad, surge algo muy interesante, como por ejemplo sucede con The Smiths o The Wedding Present, dos de nuestras bandas favoritas.
¿Habéis planeado una presentación en directo ambiciosa? O eso ya se irá viendo..?
Tenemos dos conciertos seguidos ahora en Don Benito (el mítico The Rincón Pío Sound) y la Faena II, en Madrid, donde presentamos el disco. Es probable que haya algo más en Madrid y fuera, pero todo depende de agendas. Además, siempre vamos con pies de plomo, porque sabemos que la cosa está difícil: hay muchísima oferta y nuestro público es minoritario.
¿Os habéis planteado grabar algún videoclip (tan necesarios en estos tiempos)?
Puede que haya algo pequeñito y deliberadamente amateur para “Homenaje a Pripyat”, tenemos una idea que nos hace bastante gracia…
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