"El progreso humano está siendo coartado por el carácter rapaz del capitalismo"

Hace ya casi un año que los británicos Enter Shikari publicaron su tercer disco, “A Flash Flood Of Colour” (Ambush Reality/Pias, 12), pero finalmente lo presentan en gira para disfrute de los fans de su mezcla de hardcore y ritmos electrónicos.

Si algo sobresalía en el universo de Enter Shikari hasta ahora era una rabia canalizada hacia la fiesta y las proclamas políticas. De lo primero, nos queda el excitante “Take To The Skies” y de lo segundo “Common Dreads”. Con los Rou, Rory, Chris y Rob explayándose a gusto, ¿cuál sería el siguiente paso a dar? “Es difícil catalogar estas letras o hacerlo de disco a disco, pero este contiene algunas de las más científicas y desorientadoras frases que hemos hecho hasta ahora. Había mucho material escrito desde ‘Common Dreads’, miramos que fuera bueno y no en qué direcciones iba. Aun así, creo que hay un desconocimiento drástico acerca de cómo solucionar los problemas actuales. Existen soluciones. Con el empleo del método científico en beneficio de toda la población se podrían erradicar guerras, pobreza y destrucción medioambiental. La tecnología y el progreso humano están siendo coartados por el carácter dogmático y rapaz del capitalismo y nuestra incapacidad para ver sus imperfecciones”.

Así, lo colectivo parece dejar paso a lo individual y la carne al hueso, a la ciencia. O más bien a la electrónica. Es ahí donde están los mejores momentos del nuevo disco, en temas como “Meltdown”, “Sssnakepit”, “Arguing With Termometers” o la saturada “Hello Tyrannosaurus, Meet Tyrannicide”. “La única diferencia en cuanto al mayor énfasis en la electrónica es que toda la instrumentación está más conectada. Gran parte del bajo y la guitarra fueron tratados electrónicamente y también algunos elementos electrónicos han sido tratados con guitarras”. Y entre tanta novedad, una última. ¿Una grabación de un disco de post-hardcore en Tailandia? “Intentamos no planear demasiado, si lo hacemos algún día quizá ese será motivo de hundimiento. En Tailandia fue increíble, un estudio tan fantástico en mitad de la nada. Mucho mejor que un callejón maloliente de Londres, que es donde empezó a gestarse el disco. Teníamos toda la tranquilidad y belleza de la playa y el bosque para inspirarnos. Nos pudimos concentrar en la música totalmente”.