Pero “First Love” (Coconut, 09) está muy alejado de la aparente inocencia de su título.
“Está extraido de la novela de Samuel Beckett, llena de pasajes oscuros y
una relación sentimental muy turbia. No es fácil explicar la conexión con el
disco, pero se trata de sacar de contexto la idea de la novela y aplicarla a
una relación real, con todo su dolor y su catarsis final”. Casi inédita en nuestro
país (una sola actuación en el festival de voces femeninas de Vigo el año
pasado), prepara sin miedo sus próximas fechas en España. “Ni siquiera me
planteo cómo va a funcionar el proyecto fuera de Inglaterra, cuando sales del
país todo es diferente, quizás puedo prever lo que pueda ocurrir en un
concierto en casa, pero incluso eso puede sorprenderte”. Sorprendente sin duda su capacidad para generar una personalidad
propia en un panorama , el actual en nuestro país, plagado de proyectos
liderados por voces de mujer. “No creo que tenga nada de especial. Yo toco
porque me hace feliz, no por un mercado que además es tremendamente cambiante
en gustos. Si lo haces de manera sincera siempre habrá alguien que tenga cosas
en común contigo y se sienta igual de feliz escuchándolo”. El suyo es un primer
disco que se ha hecho esperar tras un proceso de maduración (por pequeñas salas
en un primer momento y por los festivales más grandes del país anglosajón
después) y que nace desde la total independencia. “La autoedición es dura
por una cuestión económica, pero ahora lo estaría pasando horriblemente mal en
una compañía grande. En épocas de crisis este tipo de empresas aparcan los
proyectos menos comerciales, con lo cual habrían perdido ya el interés por mí
hace algún tiempo”.
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