Neil Hannon no tirará la toalla. No lo hará por mucho que los comentarios a propósito de su nuevo trabajo, "Regeneration", de clarificador título, resulten tibios y no demasiado esperanzadores. Quizás ese giro a la accesibilidad, al pop más básico, haya sido una obligación después de la complejidad contemporánea y excesiva de "Fin de Siecle", pero todos esperábamos algo más. Esperábamos un Hannon capaz de seguir emocionando y no a un Hannon venido a menos, dudando entre lo evidente y lo insustancial, a un Hannon que, sin ser consciente, ha aparcado sus nuevas canciones en una plaza gris. En todo caso, después de "Casanova" o "Short Album About Love", le debemos algo más de confianza. Y eso es algo que también transmiten sus palabras, la sensación de que debemos seguir confiando en él, en su trabajo. "Es el disco más accesible que hemos hecho jamás. Necesitaba hacer un disco que pudiese escuchar en casa y sentarme a comer al mismo tiempo. Es la primera vez que consigo algo así, por eso es nuevo. He intentado escuchar los discos anteriores en muchas ocasiones, pero cuesta porque son intensamente personales. Antes éramos un grupo frío mientras que ahora parece que seamos más agradables". Agradables y sencillos, más básicos y menos espectaculares, como si The Divine Comedy se hubiesen planteado intencionadamente no complicarnos la vida y eso no nos gustase demasiado. Que no son Oasis, vamos. "Pues yo me he sentido como Noel Gallagher a la hora de componer, porque compuse las canciones de forma muy simple para que los chicos trabajasen duro en los arreglos. El disco, al final, es más complejo de lo que te parece, lo que ocurre es que sonamos a unos nuevos The Divine Comedy. Es algo que hicimos de forma intencionada, lo mismo que cuando pensamos que era el momento de publicar el recopilatorio. Nos dio la impresión de que debíamos hacer algo radicalmente distinto para conseguir que el grupo evolucionase y progresase".
"Necesitaba hacer un disco que pudiese escuchar en casa y sentarme a comer al mismo tiempo" |
Será porque no se podía ir más allá de un disco como "Fin de Siecle", un disco excesivo y complejo. "Estamos de acuerdo. Era el punto máximo al que podíamos llegar con una orquesta. Estaba acabando el siglo y queríamos transmitir que era el fin del mundo, y por eso era tan intenso y extraño, y tan grandioso en los arreglos, para poder representar nuestra paranoia de aquellos momentos. Digamos que, visto con perspectiva, cumplió su función perfectamente. A la gente le costó entenderlo porque era un trabajo conceptual, una forma de llevar nuestra idea de grupo a un punto sin retorno, a su punto máximo de expresión… como llegar al borde del mundo y saltar al vacío. Esa fue la necesidad que sentía en aquel momento". Por otro lado, "Regeneration" plantea dudas, una principalmente: estamos ante un disco que luce mayor optimismo apto para todos los públicos y que, por el contrario, respira una madurez que les aleja de las nuevas generaciones. "Es curioso porque la mitad de los periodistas consideran que este es un disco melancólico y la otra mitad piensan como tú. Se trata de un disco sobre disfrutar, quizás no eso, pero sí estar en contacto con tus propios sentimientos e intentar transmitirlos de forma positiva. Necesitas invertir mucho tiempo en tus canciones para lograr lo que pretendes, mientras que grupos como Limp Bizkit o Linkin´ Park solamente buscan que la gente mueva la cabeza y pueden ver el resultado cuando tocan en directo. Lo nuestro toma otro camino, pero no quiero decir que sea algo intelectual. De hecho, considero que hay sitio para ambas cosas, para lo más cerebral y para lo más instintivo y visceral. The Divine Comedy intentamos combinar las dos".
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