El último proyecto de Fermin Muguruza lleva meses siendo público. Se trata de once documentales que recogen el legado y el presente musical de nueve países de mayoría árabe, como Egipto, Sudán, Marruecos, Yemen o Líbano, en un trabajo para la cadena Al Jazeera. “Comencé a desarrollar el proyecto en diciembre del 2009, buscando productores locales en cada país donde debía trabajar, recopilando documentación, tocando a toda la red de contactos para que me ayudaran a la hora de buscar propuestas musicales, y el rodaje comenzó en marzo del año pasado, con el primer viaje a Egipto”. Muguruza nos cuenta el duro trabajo contra la burocracia de países como Bahrein o el Túnez de Ben Ali y le cuesta recomendarnos algún músico en particular. “Se me hace redifícil, pero ahí van: la rapera Malikah de Líbano y Fathy Salama de Egipto, productor, músico y arreglista del disco de Youssou N’Dour ‘Egypt’, ahora trabajando para Cesaria Evora además de sus proyectos personales”. Los documentales llevan emitiéndose desde marzo pasado y se pueden ver subtitulados en la versión inglesa de Al Jazeera, aunque el recorrido de los mismos parece que también pasa por festivales como el de Donostia o el DOCSDF mexicano. Sea como fuere, para el músico y director vasco la importancia de estos audiovisuales está clara. “La verdad es que las declaraciones de varios dirigentes europeos contra el multiculturalismo tratan de dinamitar todos esos puentes de comunicación intercultural que muchos construimos y que consideramos imprescindibles para evitar que la xenofobia, el racismo o el integrismo se instalen en la sociedad, por eso considero que estos documentales, además de su alcance cultural, musical y pedagógico, también tienen un alto valor político”.
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