EL HARDCORE HELADO
EntrevistasMillencolin

EL HARDCORE HELADO

Joan S. Luna — 28-01-2000
Fotografía — Archivo

Millencollin son sin duda el grupo más popular del sello Burning Heart y, casi en consecuencia, de uno de los grupos de hardcore melódico más importantes de Europa. Ahora y con su nuevo disco «Pennybridge Pioneers» (Burning Heart/Epitaph, 99), además, van a convertirse en uno de los primeros grupos del género en llegar a ¿la madurez? Quizás sí.

A Millencolin, un servidor les había etiquetado ya –por mucho que tuviesen sus buenas piezas- como una panda de graciosillos que, partiendo del hardcore melódico, siempre acababan echando mano del ska más burdo y efectivo. Ese que eriza los pelillos a sus fans. Y no sólo eso, sino que luchaban férreamente por convertirse en una de las bandas con peor imagen de la escudería Burning Heart/Sidekicks –sí, peor que Products. ¿O es que merece mejor trato la lamentable imagen de un individuo en ropa deportiva de color verde pistacho, medias amarillas y un bigote entre lo púber y lo maricón? Pero, por suerte, Millencolin han madurado y, tomando el camino menos obvio, han dado con la mejor de las fórmulas con las que han experimentado. El batería Larzon –ese es su apellido, porque nadie le llama por su nombre- conversa vía telefónica con la misma persona que acaba de meterse con su amigo Nikola (también vocalista, bajista y compositor principal en la banda), a propósito de «Pennybridge Pioneers» (su nuevo trabajo, y el que subraya esa madurez de la que no dejo de hablarles). Ha pasado una buena temporada desde «For Monkeys» (antes vinieron «Life On A Plate» y «Tiny Tunes» –rebautizado «Same Old Tunes» por problemas legales con Warner-, después la compilación de ep’s «The Mellancholy Collection»), por eso no resulta difícil entender que el cuarteto sueco haya podido tomarse las cosas con más calma, madurar su sonido y olvidarse, por lo menos de momento, del omnipresente ska. «Tomar este camino fue algo espontáneo. Nunca nos hemos planteado en que línea van a ir nuestros nuevos temas. Nikola compuso todas las canciones con una guitarra acústica y empezamos a trabajar a partir de esas ideas y nos dimos cuenta de que el resultado iba a ser más rock. Después descubrimos que no iba a haber temas de ska, pero no nos importaba. Eran las mejores canciones que podíamos hacer y las hemos hecho olvidándonos de cómo sonaban». Pues sonar, suenan muy bien. Mejor que nunca. Será porque Dan Swanö, todo un metalero de pro, ha acabado siendo sustituido como productor por el mismísimo Brett Gurevitz (ex-Bad Religion, actualmente Daredevils y, por supuesto, capo de Epitaph). «Fue increíble trabajar con Mr. Brett. Desde que empezamos con la banda comprábamos los discos de Bad Religion, y después llegamos a grupos como Rancid. Siempre nos gustaba su producción y, por eso, para nosotros trabajar con ellos fue como hacer un sueño realidad. Es una página de mi vida que nunca olvidaré». Podría entenderlo, sólo que me gustaría conocer cuáles fueron las razones que ayudaron a convencer a Gurevitz de que no sería mala idea producir a Millencolin. «Peter de Burning Heart le comentó a Mr. Brett si querría producir nuestro disco. Y aceptó porque decía que le gustaba la banda, lo cual nos sorprendió muchísimo». Palabras de fan, de un fan que, como mínimo, ha madurado lo suficiente como para que un servidor no deje de recordarle una y otra vez que es mayor y que de ahí posiblemente su –relativa- nueva orientación. «No, no puedes decir que eso tenga que ver con que seamos algo mayores, además no creo que sea importante cuando tienes veinticinco o veintisiete años como tenemos nosotros. En este disco no hay ska, ni temas festivos, pero eso no significa que en el próximo no vaya a haber varias canciones ska. No lo sé, pero sé que ahora hemos preferido no hacerlas».
Da la impresión de que la entrevista, a estas alturas, va a girar una y otra vez sobre el mismo eje, así que intentando dar un cambio de timón insto a Larzon a que me descubra cuáles son los puntos positivos y los negativos de convivir con las mismas tres personas durante un montón de años, practicando el skate, grabando discos, girando alrededor del mundo… «Oh, existen un montón de cosas positivas en trabajar con tus amigos en un grupo. Creo que es una condición indispensable que te lleves muy bien con unas personas con las que vas a estar conviviendo constantemente y de quienes acabarás sabiendo todo. Tienes que girar mucho y durante mucho tiempo, por eso debes saber quién está a tu lado. Estar con tus amigos siempre es bueno, así que no puedo decirte qué parte negativa tiene todo esto. Quiero mucho a todos los chicos del grupo, son mis mejores amigos, así que no hay nada malo en que gire con ellos, grabe discos con ellos y sigamos juntos en esto». Pues que dure amigo Larzon, que a los amigos les debe uno conservar.

Un comentario
  1. That's an ingueions way of thinking about it.

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