“El grupo es una relación entre nosotros dos"
EntrevistasFuck Buttons

“El grupo es una relación entre nosotros dos"

Jordi Isern — 02-08-2013
Fotografía — Alex de Mora

Los británicos Fuck Buttons actuaron el jueves del Primavera Sound. Ahí presentaban su nuevo trabajo, “Slow Focus” (ATP/Music As Usual, 13), su tercer disco y el primero sin productor externo al dúo.

Andrew Hung y Benjamin John Power aterrizaron en Barcelona y se fueron directos a ver a John Talabot, que actuaba en la sala Apolo alrededor de las tres de la madrugada (“nos gusta, sí; es popular en Inglaterra”). Nos encontramos en el hall del hotel más cercano del recinto sobre la una del mediodía y parecen cansados. “Hemos tenido las pruebas de sonido a las nueve de la mañana”, habla Benjamin por los dos. A pesar de la pausa olímpica en su ritmo de publicación, se mantienen en su senda, sin sobresaltos, forjando su intransferible estilo. En “Street Horrrsing”, su debut en 2008, la producción corrió a cargo de John Cummings (guitarrista en Mogwai y también responsable del primer EP de Errors). Para la reválida de un año más tarde – “Tarot Sport” en 2009- contaron con las anotaciones de Andrew Weatherall, responsable de uno de los discos más trascendentes de los noventa “Screamedelica” de Primal Scream y cabeza pensante de Sabres Of Paradise o Two Lone Swordmen. Con estos dos padrinos de firma bien reluciente, uno llega a pensar si ahora que han decidido por sí solos, este es el primer álbum real de Fuck Buttons. Pero no. Viene de lejos y confirma que este es otro paso al frente, no un volantazo. “Siempre hemos entrado al estudio con las canciones ya compuestas y trabajadas. Con John y Andy, casi fue más un proceso de aprendizaje. Obviamente, continúan sabiendo más que nosotros, pero esta vez nos vimos con el nivel de conocimiento suficiente, y en un momento personal ideal, para tomar esta decisión nosotros mismos”. Sorprende pues que, con esas sensaciones, el proceso de gestación se haya alargado hasta los cuatro años. La explicación, sencilla y lógica, radica en la imperante necesidad de ofrecer conciertos. “Estuvimos girando mucho durante este tiempo. Dos años y medio, casi tres, de manera constante. No vimos el momento de volver a escribir hasta pasado ese periodo”. Y esto sin tener en cuenta a Blanck Mass, el proyecto de electrónica pausada de Benjamin en solitario, y con el que participó como telonero en la última gira europea de Sigur Rós. Es entonces, con este ajetreo sin pausa de vuelos, hoteles y escenarios varios, cuando uno encaja el nombre de la criatura “Slow Focus”. Ellos ya adelantaban en la nota de prensa que se refieren al momento en el que “los ojos se reajustan cuando te despiertas en un sitio no especialmente confortable, y tardas unos instantes en situarte”, algo que se lee como una misma descripción de ese ritmo de vida. Pero insisten en no acotar la interpretación. “Este disco fue concebido en diferentes lugares, en distintos momentos… No solamente refleja un estilo de vida en particular”. No obstante, confiesan en qué situación ellos se ven así. “No lo asociaría tanto a lo que pasa fuera en un contexto de crisis global actual, sino que es más una sensación que nos llega por estar siempre a la búsqueda de sonidos, encerrados experimentando, inmersos en melodías… y de repente encontrar de nuevo la calma y la tranquilidad”.

Los siete cortes que forman este nuevo disco tienen un carácter continuista dentro de su campo de atrevimiento. Los desarrollos toscos, la pegada fuerte de las percusiones y los estallidos de luminosidad en medio de un caos ensordecedor vuelven a ser protagonistas. Puestos a buscar un punto diferenciador, este sería el acento que Fuck Buttons ponen en los paisajes tristes y algo oscuros que abundan en este disco. Son los terrenos por los que Fuck Buttons se han ganado un nombre propio, ya casi más como formación influyente y como creadores de una nueva vía que como simples adaptadores del post-rock a la electrónica. Según ellos, eso es algo que surgió de manera natural. Andrew Hung toma la palabra por primera vez. “El grupo es una relación entre nosotros dos. No necesitamos buscar fuera. Siempre grabamos juntos, uno trae una idea y el otro la adapta, o proponemos cosas al mismo tiempo. Digamos que nos influenciamos el uno al otro de manera espontánea. Por supuesto que escuchamos otros mil grupos, pero Fuck Buttons, al no estar centrado sobre una persona, tiene como máxima influencia nuestra propia personalidad”. Una personalidad artística abrumadora que contrasta con una confesión de lo más entrañable. Por si alguien no lo recuerda, uno de los highlights del verano pasado fue cuando en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres, durante el desfile de atletas y delante de la audiencia millonaria del acontecimiento, sonaron las notas de “Olympians”. “Me puse a llorar”, afirma Andrew sin tapujos. Uno tiene sus dudas de si el tono es irónico o no, pero aclara rotundamente: “Sí, sí, en serio. Sin parar. Fue como… esto es demasiado”.

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