No sería justo hablar de Alondra Bentley como una joven promesa del folk y simplemente sumarla a la lista de chicas que cantan y tocan la guitarra. Con su voz y la sinceridad de sus canciones sobran los argumentos.
"Hemos esperado para poder grabarlo tal y como soñábamos. Y creo que ha merecido la pena" |
Alondra López Bentley (Lancaster, 1983) no es nueva en esto; lleva años componiendo y grabando maquetas, ganando concursos… Para bien o para mal, su disco llega en medio de esta especie de revolución del folk femenino, pero hace mucho tiempo que comenzó a gestarse.“Desde el principio me lo tomé con mucha naturalidad, si se grababa bien y si no… Estaba listo en 2006 pero hubiese sido un disco diferente”. El punto de inflexión llega cuando el productor César Verdú (Schwarz) y la propia Alondra empiezan a perfilar la idea de cómo grabarían el disco si pudieran decidir cada detalle. “Hemos cambiado de opinión bastante, la idea terminada y concreta es reciente, había cosas claras desde el principio pero también han aparecido canciones nuevas que han sustituido a otras de antes… Se ha reinventado un poco”. Tenían claro que no querían que el resultado se pareciera a una maqueta con sonido profesional y bonitos arreglos. “Es cierto que un disco es simplemente un registro de las canciones que tienes, yo compongo sola pero teníamos ganas de hacer algo diferente. A veces tocas solo por tus circunstancias, no porque no te guste la idea de llevar un cuarteto de cuerdas… Para algunos se trata de una decisión de estilo, para mí no. Este disco lo hemos grabado en cinta, todo es analógico y casi siempre en directo, tocando la mayoría de músicos a la vez. Realmente podría haberlo hecho en casa porque tengo un buen equipo, pero quería llevar las canciones más allá. Lo mismo no se puede, pero queríamos intentarlo”. En los últimos tres años ha habido unas cuantas ofertas, “bastante gente interesada, pero involucrados y dispuestos a pagar la grabación… eso a día de hoy es complicado”.
Buscaban el disco perfecto y se han acercado bastante: producido por Paco Loco y con una nómina de colaboradores que pocos pueden aspirar a reunir en su debut (Vicente Pigmy, Fino y Cristina de Clovis, Joaquín Pascual, Gary Louris e Isobel Knowles, Xel Pereda, los arreglos de Joserra Semperena...), “Ashfield Avenue” es un estreno cuanto menos prometedor. La espera ha sido larga pero no todos los grupos tienen la suerte de que la paciencia les dure hasta que sucede el milagro. “Absolute Beginners han sido como mis mecenas. Mimar la edición, sacarlo en vinilo… son cosas a las que muy pocos están dispuestos. Estaban de acuerdo con César y conmigo en una producción adecuada. Queríamos cuidarlo muchísimo, que cada canción sonase como debía, con unos arreglos determinados, meter cuerdas, que participaran muchos amigos… Hemos esperado para poder grabarlo tal y como soñábamos. Y creo que ha merecido la pena”. La gesta duró dos semanas del mes de noviembre y a los seis meses ya estaba en fábrica. Sincronizar las agendas de tantos músicos (y tan solicitados) fue un trabajo de chinos que ha tenido un final feliz. “Cada músico definió el cuerpo de la grabación. El grabar casi en directo me ha beneficiado porque he tocado con banda muy pocas veces y creo que esto le ha dado feeling. Registrar cada cosa por separado es muy frío y casi más difícil andar aislando cada instrumento, porque para mí las canciones son un todo. Tampoco hemos ido buscando la nota perfecta. Cuando volvimos a casa yo no lo quería oír, lo había escuchado tanto…”.
Además de un buen disco, “Ashfield Avenue” es un paseo por la infancia y el mundo interior de Alondra, y no en un sentido figurado. “Ashfield Avenue es el nombre de la calle de Lancaster donde nací y pasé mi corta infancia, hasta los cuatro años que nos vinimos a España. Las fotos son sitios de un parque donde jugaba de pequeña, volví allí para hacerlas, y la carpeta la he diseñado con una de mis hermanas”. Aunque no creció con una guitarra bajo el brazo, supo encauzar ese no-sé-qué que algunos llaman don y, por razones aún no demostradas, casi viene de serie en su tierra. “Desde muy pequeña escuchaba música con mis padres: clásica, blues, folk… Tenían mucho interés en la educación musical, a mis dos hermanas mayores las metieron en el conservatorio pero casualmente a mí no. Me puse a aprender sola a los quince años, así que toco un poco a mi manera”. Sus letras hablan de sueños que dice recordar siempre con todo detalle, de las complicaciones de la vida moderna, de “esos días en los que quieres a todo el mundo. Dicen que a esa sensación se llega fácilmente consumiendo setas alucinógenas” o de su inevitable tendencia a ser poco realista. El disco está dedicado a su madre, que falleció hace un año, especialmente una de sus canciones más desnudas y sinceras, “Star For Mummy”. Alondra se explica en un perfecto castellano, que no suena de aquí pero tampoco de Murcia; el idioma no es una barrera para ella, aunque el hecho de que cante en inglés sí puede ser un handicap a la hora de conectar con el público español. “Comunicarse es fundamental pero en inglés me sale con más naturalidad. Tengo algunas letras en castellano, pero no han visto la luz porque parece otro proyecto, suena completamente diferente. Si me decido tendré que llamarme Alondra López”.
Mame1 me dijo adif3s desde la puerta y yo me quede9 solo, rddaeoo de gente. Gente que arrastraba los pies o vesteda bata blanca y una aletef3 hasta med. Me arrastrf3 sin violencia hasta mi celda, desnfadate, ahora hay que mirar aqued, sf3lo es un pinchazo de nada, tf3cate la punta de los pies con las manos, eso es, muy bien, perfecto, enseguida llegare1 el doctor y me quede9 solo, rddaeoo de pena y esperanza, dicie9ndole adif3s a mame1 desde la ventana.