La banda barcelonesa Partido puede ser una de las sensaciones de la temporada. Algo que no deja de ser curioso para una propuesta con el punto de mira situado en el folk y el pop. “Creo que por fin los hipsters han encontrado que tanto en música, moda y actitud, el folk ahora es molón. Le ponen a todo una fuerte base setentera, barbas de pro y un toque ochentas para no perder comba. El folk mola y ya no es hortera como lo podía ser en los noventa”.
Eso sí, lo suyo es un folk en el sentido más amplio del concepto, con influencias de diferentes niveles. “Si lo miramos desde un punto de vista más alejado de las modas, el folk ofrece muchas posibilidades a la hora de adaptarlo o mezclarlo y casi nunca resulta fuera de lugar. Cada década ha tenido a sus ‘folk heroes’ y sus canciones han aguantado bien el paso de tiempo. Mis discos favoritos de folk datan de principios de los setenta y principios de 2000”. Sonidos que confluyen en pequeñas obras de arte con forma de canción. “Cada una puede tener en su origen compositivo un concepto folk, pero en cuanto pasa a tocarlo toda la banda al completo entonces se convierte en pop vigoroso, rock, americana, o como cada uno quiere etiquetarlo”.
Es esa variedad, ese choque sónico y hasta temporal lo que les lleva a un sonido particular, propio, junto al hecho de que “en esta banda cada uno de sus miembros acumula un camino artístico dilatado y lleno de sabiduría”. Quizá por eso, editar con una major no les ha supuesto mayor problema. “Que no sirva como precedente, pero tal y como está la industria musical y teniendo mis treinta y tantos, no siento la necesidad de hacer un camino indie antes de publicar con Warner”.
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