El fin del invierno
EntrevistasMercromina

El fin del invierno

David Saavedra — 01-02-2005
Fotografía — Archivo

Han sido diez años de carrera, siempre lastrada por el estigma de su pasado en Surfin´ Bichos y plagada de dificultades creativas o extramusicales. Los de albacete se han agotado y dicen “basta”. “Desde la montaña más alta del mundo” (Subterfuge-05) es su quinto álbum y ya no habrá más.

“Ya nos acechaba una sombra de posible separación desde hace año y pico”, explica Joaquín Pascual, voz, guitarra y letras en el cuarteto de Albacete. “Este disco ha sido difícil de grabar, hemos tenido que cambiar de estudio, de productor, tuvimos al principio un marrón con la compañía... Hemos estado un año grabándolo y la mayoría de esos meses han sido de marrones. Todo eso ha precipitado un poco el hecho de que nos separemos. No hay ninguna razón en concreto, no ha sido una ruptura traumática, pero al final hemos tomado esta decisión”. El oyente enseguida hallará la sensación de que “Desde la montaña más alta del mundo” tiene un clima de despedida o de recapitulación final, aunque Pascual señala que “no fue premeditado. Lo hicimos y lo grabamos sin la intención de separarnos. Las canciones de la primera parte del disco están compuestas en verano de 2003. Pudo haber salido mucho antes, pero hubo parones de meses sin poder seguir. Este álbum nos ha costado bastante esfuerzo personal, económico y de tipo creativo”. Al igual que sucediera con su anterior trabajo, “Bingo” (Subterfuge, 02), la iconografía de Mercromina se empaña de una épica sobre la búsqueda y la exploración, una aventura en la que han tenido que capear múltiples dificultades y que se puede entender como una metáfora de la trayectoria del propio grupo. “Éste es nuestro disco con más palabras y donde las letras tienen más sentido”, apunta Pascual. “No tiene nada que ver con ´Acrobacia´ (Subterfuge, 95), en el que la superficie era más importante que el fondo”.

"No hay ninguna razón en concreto, no ha sido una ruptura traumática, pero al final hemos tomado esta decisión"

Con cierta tendencia cinematográfica, el último álbum parte del sonido “como muy bárbaro”de “Lo que dicta el corazón” para finalizar con la redención de “La calma más total”. Por en medio, momentos tan subyugantes como la magnífica “Fotos en la niebla”, lo más parecido que ha sonado un grupo español a My Bloody Valentine. “Pueeees... sí, es una referencia consciente, para qué te voy a engañar”, confirma. “Es uno de los grupos que más me gustan del mundo, y ´Loveless´ es lo mejor que he oído en mi vida. No es que yo esté copiando pero es que me apasiona tanto el sonido de ese disco que de algún modo siempre he intentado acercarme a él”. Pero el momento culminante, y el más simbólico del álbum es “La gran aventura”, donde Fernando Alfaro canta junto a sus ex compañeros por primera vez desde la disolución de Surfin´ Bichos en 1994. “Yo hice la letra –comenta Pascual-, Carlos (Cuevas, batería) la leyó y me sugirió la idea del dueto. Me pareció cojonuda, y cuando Fernando vio la canción le gustó mucho. Él siempre ha estado con nosotros, ha formado parte de nuestra vida, siempre nos hemos acordado de él y le hemos guardado un cariño especial. En ese tema él también forma parte del mensaje y yo pienso en la música con él presente siempre aunque hayan pasado diez años”. “Sí, quisimos ser alpinistas/ Sí, quisimos ser astronautas/ miembros de una gran aventura/ de una expedición hasta el centro de la luna”, cantan Pascual y Alfaro perfectamente empastados en una canción que parece perseguir el tono de despedida de “El final de una quimera”, el himno que marcó “El amigo de las tormentas”, último álbum de Surfin´ Bichos. “Cuando Fernando la compuso –recuerda- yo no me di cuenta de que nos íbamos a separar y estoy seguro de que él sí lo hizo con esa intención. Yo leía la letra y no me daba cuenta, igual que tampoco me he dado cuenta con ésta cuando la escribí. Pero, de modo inconsciente, es un homenaje a nosotros mismos y está hecha en el momento justo”. No obstante, el músico evita comparar la situación actual con la disolución de su banda anterior. “Es una sensación distinta. Estoy un poco inquieto, no me acabo de centrar en mi vida, pero en aquel momento sentimos muchísima más tristeza que ahora. No fue una ruptura poco a poco, sino una llamada de teléfono de Fernando que dijo ‘lo dejo’. Ahora no ha sido así, nos vemos todos los días, no paramos de hablar y ya sabíamos que iba a pasar”. A pesar de ello, no se puede evitar un cierto tono de nostalgia reconocido. “Han pasado cosas muy significativas en este período de tiempo y te salen aunque no quieras. Yo quería hablar de nosotros y cuenta las cosas como son, sin tristeza, porque es un disco alegre y vitalista pero, mira, toda la gente que he conocido, mi familia, mi hija, ha surgido en esta vorágine. He vivido momentos muy intensos. Mi hija nació y cuando volví de la gira de ´Hermanos carnales´ prácticamente no la conocía...”. Mercromina promete en breve un tour “no muy largo, por cuatro o cinco ciudades” con despedida en algún festival de verano pero, esperan, eso no supondrá un abandono de la música. “Yo me veo con ganas y tengo la sensación de que voy a seguir, pero también un poco de miedo”, afirma su líder. “Esto es como una muerte anunciada, pero cuanto más se acerca me siento más inquieto. Yo en mi casa tengo mis instrumentos y mi estudio y quiero seguir tocando para encontrarme bien conmigo mismo. Carlos tiene un grupo al que lleva un año dando forma, se llama Gonzo y está muy feliz con él: rollo muy cinematográfico, todo con guitarras, sin voces ni batería. Supongo que nos seguiremos viendo y colaborando”.

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