Hecho por y para el estómago, "The Ionic Spell" (B-Core, 01) arremete al oyente con una fuerza inusitada. Su irrefrenable capacidad emotiva asusta. Asusta porque la propuesta de este quinteto barcelonés va más allá de los límites de la emoción. Su dictado ya engrosa la lista de referencias inamovibles de nuestra memoria. Un disco abrumador desde todos los puntos de vista. (Elías, bajista) "Hombre, era necesario buscar un sonido más personal. Yo cuando entré se lo comenté como algo necesario: sobre todo, en referencia a las partes más metal del primer disco. Las composiciones están mucho más trabajadas y estructuradas". (Enric, vocalista) "Nos hemos abierto más, eso está claro". (Ricky, batería) "Nos hemos centrado en esa evolución más que en cualquier otra cosa, ya que al haber gente nueva se han propuesto nuevas ideas, nuevas influencias". (Elías) "En el cd se nota que hay una búsqueda constante de cosas nuevas e interesantes para nosotros". Reunidos en una de las salas de nuestra redacción, Stand Still dialogan (Joan S. Luna también está invitado a la charla) sobre un trabajo grandioso, obra ya clave de un género, el hardcore (que cada cual lo ubique donde quiera: post-hardcore, scremo...), que, sin lugar a dudas, se engrandece con nombres de este tipo. Stand Still ya son referencia.
"En el cd se nota que hay una búsqueda constante de cosas nuevas e interesantes para nosotros"
Ellos son los artífices de uno de los golpes más duros de la música nacional y europea que nos ha llegado este año. Aun así, los miembros del grupo no ven su disco desde esa persectiva amarga y dolorida. (Ricky) "Queríamos abrirnos para conseguir esa intensidad de diversas formas, y creo que lo hemos conseguido". (Piti, guitarra) "Suena más sincero y personal que nunca". (Ricky) "En comparación con "The Tide" es un disco más optimista. El otro era más negativo, sin duda. La conexión personal ha influido muchísimo también a la hora de grabar y tocar juntos". (Piti) "Es muy positivo que el disco llegue a la gente de forma distinta. Yo lo escucho y a mí me deja bien, pero habrá gente que lo sentirá de otra manera, como en tu caso". (Enric) "En ese sentido, creo que es vital el hecho de que para nosotros Stand Still ha pasado a tener un papel primordial, vital". Herederos directos de la intensidad sensitiva de At The Drive-In, Monochrome o Grade, instigadores de un sonido rico, matizado y matizable, poderoso e intuitivo, Stand Still (repitan el nombre las veces que haga falta: en breve no se lo podrán quitar de la cabeza) afrontan este segundo disco casi como si fuera el primero. De hecho, su debut, el mini-album "The Tide", no tiene nada que decir de interés ante el vendaval expresivo que fluye de los rincones aún por explorar completamente de "The Ionic Spell". Un cambio numeroso en la formación (de la alineación original sólo quedan dos miembros; los tres restantes han ido llegando escalonadamente) y la concreción en su mensaje musical ha abierto definitivamente las puertas de la grandeza al grupo. Hay más riqueza y más variedad de influencias. (Enric) "Es que a medida que creces te van gustando otras bandas y otros estilos de música. Y, claro, ya no quieres sonar como tus grupos favoritos, sino que quieres sonar a ti mismo. (Elías) "Nosotros estuvimos hablando un día y sólo coincidíamos con cinco grupos: At the Drive-In, Monochrome, Engine Down, A Room With A View y Tortoise. Eso significa que nos gustan muchas bandas distintas, y eso se refleja de algún modo". Y es que en un género donde la etiqueta está a la orden del día, resulta gratificante comprobar cómo las bandas empiezan a poner cada vez más difícil el campo de acción terminológico. Sin duda alguna, este álbum va mucho más allá del post-hardcore o el screamo, si prefieren llamarlo así. Esos matices de los que hablaba, tanto musicales como emocionales, dotan de personalidad y genio propio su discurso. Está claro que la etiqueta les queda lejos y extraña. (Ricky) "Todos venimos del hardcore, eso es indudable". (Piti) "dentro del mundo del hardcore hay mucha gente que se ha abierto de mente y no sigue el camino hardcore al cien por cien. La gracia está en el hecho de que el público se abra a muchos otros caminos. La idea era quitarse de encima el cliché del ´emo-metal´ o, como decís, del ´screamo´". Stand Still, en definitiva, se configuran como la primera gran revelación del 2001. Su apuesta, lírica y brutal, emocionante y agresiva, extremada, demuestra que el arte de la música sigue vivo porque todavía hay gente que se empeña en que así sea. Apunten bien: "The Ionic Spell", uno de los mejores discos jamás grabados en este país.
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