Un nuevo disco, “Un millón de hombres” (Polar Records), que en cuanto a concepto musical parece manifestarse como una continuación, o extensión, de vuestro anterior EP “Agoraphobia”...
Sí, pero estuvimos a un tris de hacer un disco de bachata, pero no tenemos cintura para el baile (risas). En efecto, es una continuación, de hecho algunos temas de este disco se gestaron a la vez. La diferencia con el EP es que está grabado con más calma. Lo hemos saboreado y disfrutado más. No hay más que fijarse en la cantidad de arreglos que hay.
Pero es visible un estilo directo y contundente, no sé si se puede entender como una vuelta a vuestra esencia tras comenzar con un debut donde apostabais por el mayor uso de atmósferas.
Lo que te comentaba… la de “Un millón de hombres” es una producción más madurada. Hacerlo a fuego lento nos ha permitido mimar los temas con arreglos de otra índole a los de “Nuevas coordenadas”, nuestro primer trabajo. Aquí no hay metales ni órganos hammond, al igual que en “Agoraphobia”, pero hemos cuidado mucho las guitarras y hemos creado una atmósfera retro con el uso de los sintetizadores que continuamos llevando al directo. Aunque a veces parezcamos poperos bailongos, en realidad nuestra esencia está más cerca del rock clásico.
"Aunque a veces parezcamos poperos bailongos, en realidad nuestra esencia está más cerca del rock clásico"
Y sobre Pedro J. Monge, guitarrista del entorno heavy que ha hecho de productor, ¿ha influido su perfil en ese sonido guitarrero y directo?
Claro que sí. La idea era alejarnos de los clichés del género y aportar una perspectiva diferente en el terreno de las guitarras. Pero por los Chromaticity Studios de Pedro ya habían pasado otros grupos que no eran de metal. Su aportación ha ido más allá. Los arreglos de sintes son suyos y él nos propuso algunas de las colaboraciones, como la de Aitor Ruiz “Tano” como técnico de sonido y psiquiatra y la de Leire Tejada a los coros. Luego nosotros traíamos de serie a nuestro antiguo bajista, Jose Luis Arribas, que se pegó una currada bestial.
La carrera de El Capitán Elefante nace como relevo a la de Arde Asia, ¿veis el grupo como una continuación de aquel o como una ruptura y un nuevo ciclo claramente diferenciado?
A estas alturas creo que la ruptura es total. Mis letras y voz están ahí, e inevitablemente pueden recordarte a Arde Asia. Aquel fue un proyecto que no supimos o no quisimos rematar. De alguna manera le hicimos un corte de mangas a la industria. Ahora seguimos siendo los mismo imbéciles de siempre pero con las ideas más claras. Vamos más al grano, sobre todo en directo, que es nuestro hábitat. Hemos abandonado la melancolía, ahora nuestros mensajes tienen una lectura positiva y colorista. Somos más salvajes. Lo tomas o lo dejas.
Un disco en el que nos encontramos con canciones realmente duras que destacan esa faceta más rockera como “Enfermos de tristeza”, “El capitán”…
Ahí se vislumbra nuestra querencia por el rock crudo y más clásico. La otra línea opta por los ritmos bailables, las guitarras vacilonas de Jaime… Ahí tienes un poco el resumen de todo: por un lado un Capitán más amable, alegre y optimista y por otro un Capitán cascarrabias, decrépito, truculento y tragicómico… como la vida misma.
Es que son muchos también los momentos en los que os dedicáis a desarrollar melodías pegadizas, ya sea poperas o casi bailables, ahí están ”Xanadu HD”, “Dancingcidio”, “Contigo al fin del mundo”…
Sí, aquí tenemos algo más de cintura. Nos encanta ese rollo discotequero de los 70. De hecho algunos seguimos enamorados de Olivia Newton-John, que no se enteren nuestras mujeres, (risas), de ahí que “Xanadú HD” sea un homenaje a ella y a esa superbanda llamada Eletric Light Orchestra. Queremos que nuestros directos sean también una pista de baile. Recomendamos a las salas que apuntalen la bola disco (risas).
Lo que está claro es que es difícil situaros estilísticamente… ¿Dificulta o facilita ese hecho el acercamiento del público?
Pues desde luego… objetivo conseguido. Las etiquetas sirven muy bien para ubicar al personal pero en nuestro caso no tanto. Indie, power, pop, rock, disco… Todas y ninguna. Entendemos que es un arma de doble filo, pero allá cada uno. Hacemos la música que sentimos. No es nuestro objetivo reclutar y adoctrinar a las mentes más rígidas.
Otro aspecto esencial de la banda son las letras, que en este disco, como es habitual, respiran una insatisfacción evidente…
Acidez, ironía, humor… No es que vaya así por la vida, pero es el terreno donde mejor me desenvuelvo.
"Lo que hace auténtica a una letra es que salga de las tripas, que sea de verdad. Para nosotros de eso va la música, de sentir"
Parecen nacer de lo cotidiano pero presentadas con un buen envoltorio lírico, ¿hay un trabajo especifico en ese camino que va desde la observación hasta una presentación más poética?
Es más sencillo de lo que parece. Cualquier situación de mi entorno, cualquier historia personal que te cuentan... Así es como surgen las letras, sin buscarlas, no hay nada premeditado. Lo que hace auténtica a una letra es que salga de las tripas, que sea de verdad. Para nosotros de eso va la música, de sentir.
Tanto en El Captitán Elefante como en el anterior proyecto habéis optado por el castellano para cantar, parece que eso es algo irrenunciable…
Creo que el castellano es la tercera o cuarta lengua más hablada en el mundo. El inglés tiene a Shakespeare, el castellano a Cervantes. Ellos tienen a Emerson, Lake & Palmer, nosotros a Triana. Y no, no nos estamos comparando con ninguno de ellos (risas).
El cambio llevado a cabo desde Arde Asia hasta la actual formación también buscaba, creo, una mayor visibilidad de la banda, en lo que influye el salir fuera de Euskadi a tocar, algo que cada vez hacéis con mayor asiduidad y que para este disco habéis presentado una gira con variadas localidades, ¿es algo importante esa expansión para el grupo?
Si no sales de tu zona de confort, no existes para el resto. Cuidamos especialmente a nuestro público más cercano con una premiere electro-acústica en enero y el día 24 de marzo con una presentación con todo el arsenal en la sala Moma de Bilbao junto a Eladio y Los Seres Queridos que va a ser muy emocionante. Pero también tenemos una decena de fechas confirmadas por todo el Estado y el Ebrofest a la vuelta de la esquina junto con algún que otro festival que aún no podemos desvelar.
Y esa decisión de presentar el disco en directo antes de ser editado, ¿cómo fue la experiencia, y por qué optasteis por tomar el riesgo de interpretar unas canciones desconocidas, por inéditas, ante la gente?
La idea era hacer algo especial, un regalo para la gente que nos sigue y apoya desde el principio: tocar los temas en un formato único para la ocasión y que no repetiremos en esta gira, menos en un local tan mágico como el Cotton Club. Por otro lado, nos parecía muy buena idea ver y escuchar la reacción de la gente más cercana, que siempre son los más críticos y cabroncetes.
En todo ese proceso de mayor visibilidad de la banda supongo que habrán tenido que ver todas las discográficas y/o agencias que os han acompañado y acompañan en el camino...
A Gaua les estamos eternamente agradecidos. Grabaron, produjeron y distribuyeron nuestros dos primeros trabajos con un cariño que no nos merecemos. Pero necesitábamos nuevas metas, otros horizontes. Ahora tenemos a Polar Records que se encarga del booking y la contratación y a Emecé Comunicación, que ya trabajó con “Agoraphobia”, en el terreno de las relaciones con la prensa, la comunicación. Profesionales, muy profesionales, que nos permiten centrarnos en lo nuestro.
Próximas fechas de las presentaciones en directo:
24/03 Bilbao, Moma
25/03 Miranda de Ebro, La Fábrica de Tornillos - Ebrofest
01/04 Salamanca, Plan B
28/04 Oviedo, Franel Rock
29/04 Vigo, La Fábrica de Chocolate
30/04 A Coruña, Madri Gras
15/05 Santander, Rock Beer The New
10/06 Barcelona, Freedonia
30/09 Madrid, Juglar
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