El caballero oscuro
ConciertosTricky

El caballero oscuro

8 / 10
Marcos Molinero — 12-02-2015
Empresa — Budweiser Live Circuit
Sala — Apolo, Barcelona
Fotografía — Fernando Ramírez

Adrian Thaws o Tricky -como más os guste- es el verdadero caballero oscuro. Alguien debería decírselo a Christopher Nolan. Atormentado como Batman desde la infancia, víctima de abandono paterno al nacer y suicidio materno a los cuatro años, Thaws no nació en Gotham City sino en los suburbios de Bristol. Su música es oscura y en directo es donde más apreciamos sus demonios interiores y su dualidad. Una lucha electrizante. Empezó algo frío, temeroso y nervioso pero poco a poco fue entrando en calor.

El artista británico está acompañado por una nueva vocalista indo-francesa de la isla de Réunion, Ajeya, un milimetrico batería y un efectivo guitarrista. Tricky dirigía a la banda a su antojo, marcaba los tempos y daba la impresión de tenerlo todo bajo control, sobre todo a medida que avanzaba el concierto y repasaba temas de toda su carrera. Aunque parezca increíble fue con las canciones de su ultimo disco, “Adrian Thaws”, cuando Tricky parecía sentirse más cómodo (memorable su interpretación de “My Palestine Girl”). La dualidad de Tricky es evidente: Es un volcán que explota cuando menos te lo esperas. Una vez en erupción es imposible de parar y su efecto es casi siempre devastador, pero también es un diamante en bruto. Un diamante que jamas podrá ser pulido. Ahí radica la belleza de la música de Tricky, un equilibrio perfecto entre ambos. Salvaje y bella sonó “Nothing Matters” y la mítica “Black Steel” fue una bomba de relojería, totalmente orgasmica. La tensión, sencillamente, se podía cortar con un cuchillo. La magia y la redención espiritual surgió con "By Myself". Otro punto álgido de la noche se alcanzo con "Sun Down", más rockero de lo esperado.
Tricky es capaz de cortar una canción porque había demasiada luz sobre el escenario. Él es así, se siente más cómodo entre las tinieblas, moviéndose entre las sombras. El verdadero caballero oscuro debe ser Adrian Thaws. Él o nadie.

6 comentarios
  1. ¿Habéis ido al concierto? La cantante que le acompañaba no es la que ponéis en el artículo sino Kamila Bleax. Además, tras un arduo trabajo de investigación en Google he descubierto que no es indofrancesa, que queda muy bien, sino polaca (algo menos exótico).

  2. Madre mía, las críticas de Barcelona y Valencia que leo son positivas, pero a Madrid llegó ya desganado y con poco interés en el público y con la misma ropa exacta de los otros dos conciertos. ¿Lo dio todo en las otras dos ciudadades y en la capital no, o es que se infla un poco la crítica?

  3. El sonido en la sala Barceló en Madrid fue realmente lamentable, muy decepcionante para todos. Muy poca vida en la parte electrónica de su música, prácticamente en los vises se arranco un poco, corto y con mal sonido.

  4. la verdad una decepción de concierto, no se veía nada todo oscuro y el volumen súper bajo!! el peor concierto que ido 2015 sin energía y previsible. la cantante mejor no coment. aveces flipo con las críticas.
    fui hace 4 años al concierto que toco en Sala Bikini y nada que ver.

  5. Esto lo habrán escrito antes incluso del concierto (habrán encargado una crítica positiva), porque efectivamente la cantante ha sido la polaca Kamila Bleax, y el concierto de Madrid ha sido patético y dudo que los otros dos fueran mejores. Lo mejor, la cantante, a pesar del mal sonido estorbándola.

  6. Y ni se molestan en corregir la información. Yo lo flipo. Puedes decir que tu crítica es correcta o al menos es de tu autoría y punto. Pero no corregir datos objetivos es de traca.

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El caballero oscuro
EntrevistasJoe Crepúsculo

El caballero oscuro

Xavi Sánchez Pons — 28-09-2009
Fotografía — Pablo Zamora

Tras un año loco que le convirtió en la sensación del underground patrio, Joël Iriarte, alias Joe Crepúsculo, regresa con "Chill Out", una continuación soñada y sorprendente del increíble “Supercrepus”. Al loro. El tercer disco del barcelonés, lejos de repetir fórmula, se atreve con nuevos aires, y encima, triunfa.

Joël Iriarte me recibe
justo debajo de su casa, muy cerca de La Rambla de Barcelona. Me recibe con
afecto, hace años que nos conocemos y coincidimos en los sitios, si bien no
hemos pasado nunca de la fase ‘conocidos’. Me anuncia que su plan para la
tarde-noche es visitar algunos de sus bares favoritos de la zona, y, entre
mediana y mediana, hablar de “Chill Out”
,
su nuevo disco, y de todo el fenómeno que rodeó “Supercrepus”
, el trabajo que supuso su revelación para el “gran público”. Yo
asiento, el plan me convence. Soy un fan suyo (para que mentiros) y encima
mitómano, así que la idea de compartir cervezas con uno de mis ídolos actuales
es golosísima. Corro el peligro de desencantarme, algo que suele ocurrir cuando
conoces a tus héroes. Pero ya les avanzo que eso no es lo que acabará pasando.
Me tiro de cabeza. Empezamos con la primera cuestión y le pregunto que ha
significado para él todo el fenómeno desatado tras la salida de su anterior
disco, “Supercrepus”
, el segundo de su
carrera y una de las explosiones de talento más gigantescas del pop español
reciente.
“El éxito de ‘Supercrepus’
me cambió todo. En noviembre del año pasado, más o menos, me echaron del trabajo.
Tenía un contrato fijo en una empresa de digitalización de documentos antiguos
en bibliotecas y archivos. Cobraba el sueldo mínimo y un parte en negro. En
octubre de ese mismo año me dijeron que no iba a cobrar esa parte y dije
‘ostia, ahí os quedáis’. Empecé a cobrar el paro y de repente se juntó con la
buena acogida de ‘Supercrepus”. Y luego, en enero, con lo de mejor disco de
Rockdelux empezó todo a coger mucha envergadura… Fue todo muy raro. Es como el
destino, así extraño, terminas un ciclo e inicias otro bueno sin tener ese pozo
oscuro en el que debe de haber mogollón de peña y en el que la sigue habiendo.
Tuve la suerte de que fue bien… Y ahora, más o menos, quiero ganarme la vida
con esto…”
. Dos cervezas más, un par de
cigarros y seguimos con la entrevista. Le pregunto sobre “Chill Out”
, un disco que me parece más abierto
estilísticamente que
“Supercrepus”, que muestra a un Joe más ‘clásico’, cediendo protagonismo a los
instrumentos tradicionales frente a los teclados y cajas de ritmos marca de la
casa, que aun aparecen pero menos (sin perder importancia, eso sí) .
Canciones como
“Toda esta energía”, “Si no te beso” o “Una paloma atraviesa el fuego”, dejan
claro ese giro, sonando mucho más orgánicas, respetando el formato clásico de
banda: bajo, guitarra y batería. “Que va, me quedan aun discos más orgánicos
todavía… En este disco al haber baterías, guitarras, bajos y demás se nota más
la diferencia entre las canciones ‘tecno’ y las que no. Y bueno, en este las
canciones más electrónicas tienen baterías reales…”
. Cuando se refiere a las canciones ‘tecno’ Joël hace referencia a los
tres rompepistas marca de la casa que ofrece
“Chill Out”, que son
“Ritmo Mágico”, “Diriri Dararara” (donde hace coros David Rodríguez y Ana
Fernández-Villaverde, más conocida como La Bien Querida) y “Todo lo bello es
gratis”. Esta última merece una mención especial. Y es que el arreglo de
guitarra española que la corona sirve para tocar uno de los puntos fuertes del
disco, su carácter español, cañí. Un sano y nada casposo orgullo patrio que lo
hace aun más especial. “‘Todo lo bello es gratis’ que es la más explícita en
ese sentido. Es una canción que fue un golpe de suerte. Era un tema que quedaba
fuera el disco, que no agarraba, era totalmente distinto porque no tenía guitarras.
Y no se como fue pero se me ocurrió que necesitaba guitarras españolas y solos.
La verdad es que quedó guay, tuve suerte… Sobre lo del disco ‘muy español’ no
ha sido mi intención. Si ha quedado así pues yo no lo sé ver. Hago lo que me
apetece, intento que me guste… Si ha quedado guay, perfecto. Eso sí, prefiero
que suena a algo de mi tierra, que suene español a que suene británico…”
.

Llegados a este punto de la entrevista ya vamos
un poco animados, y le hago una de las preguntas del millón. Le comento ese
lado romántico y tierno que tienen sus canciones. Muy bonitas y sentidas para
un tipo que, en apariencia, tiene un punto pendenciero y rockero, poco dado, a
primera vista, a las cosas del corazón. “En ‘Supercrepus’ ya quedaba
totalmente claro que era un disco de amor, y que si no era romántico me
podríais dar una ostia en la cara cuando me vierais
(risas). Era un disco romántico bueno. La intención de mi nuevo disco
es ser ‘anti-crepus’. Se trataba de hacer justamente lo contrario. Si en
‘Supercrepus’ apuntaba hacia el sol, este apunta hacia abajo. Es un disco
oscuro. Incluso cuando hay una canción que parece que sea buena como ‘Si no te
beso’, es una canción de amor chunga. Es un amor primerizo, adolescente, es una
chungada
. En verdad sabes que
es el típico tío que cuando esté con una chica lo primero que hará ella es
dejarlo… Quería darle la vuelta a la tortilla, quería darle la vuelta a todo…”
. Matiza. “Más que romántico yo igual hablaría
de emotivo. Me gusta más que romántico. Romántico está claro… La gente que me
conoce ya sabe que soy una persona sencilla y tierna. No tengo nada de rockero
ni de nada…”
. Estirando del hilo de esta última cuestión, y cada vez más suelto por
culpa de varias Estrellas Doradas, le pregunto a Joël que tiene de personaje
Joe Crepúsculo, qué hay de verdad y de mentira en ese alias. Y ya de paso le
pregunto también por la ironía que esta presente en algunas de sus canciones.
Una fina ironía de la que es fácil abusar y que en sus manos se convierte en
una acertada y divertida forma de analizar los comportamientos humanos. “Es
que hay que mirar la evolución. ‘Escuela de zebras’
(su primer trabajo) es un disco que igual si que tiene muchos puntos
de ironía en el sentido medieval, en tocar algunos aspectos que igual podían
ser irónicos. ‘Supercrepus’ es un disco abierto al corazón. Y ‘Chill Out’ es un
disco oscuro, es como si cogiera el ‘Supercrepus’ y lo pusiera cien años en un
túnel… ¿Ironía? Pues un disco no se sostiene siendo sincero todo el rato, sería
un bastardo pesado y gilipollas. Un disco se sostiene cuando sabes equilibrar
bien los elementos que tienes para hablar. ‘Supercrepus’ tiene puntos de
ironía, sí, pero es otra vuelta de tuerca, utiliza unos puntos de ironía que
son necesarios. Pero todo no es ironía, muchas cosas son sinceras…”
. Tras confirmar lo evidente, que la broma que
pueda parecer a muchos Joe Crepúsculo va en serio, y que detrás de este
filósofo licenciado y algo descreído hay un músico purasangre, le comento que
lo que más me gusta de sus discos es que son un mundo en si mismos. Que lo que
hace es personal a rabiar y que casi no se parece a nada que conozca. Joël
Iriarte ha conseguido crear un universo propio y autorreferencial en tan solo
tres álbumes. Algo al alcance de pocos. “Si he conseguido eso que dices,
guay. Tampoco he pretendido buscar nada, simplemente hacer los discos que me
apetecían. No es mi opción buscar los mundos que hago, mi opción es hacer lo
que me apetezca. Si los hay ya lo analizaréis otros…”
. Prosigue. “Lo que intento
es no repetirme. Lo de las letras es lo que intento cuidar más. Tal vez porque
lo musical me cuesta poco; me cuesta muy poco hacer melodías y acordes. Lo que
se me da mejor es hacer música, pero luego las letras las trabajo y quiero algo
que quede guay, que no canse, que te entre bien. Que sea áspero pero tierno.
Busco equilibrios. Las letras me las acabo currando mucho, pensando que le
viene bien a cada canción. Me alegro de conseguir eso que dices…”
. Ahora,
un quiebro de cintura. “Bueno, si quieres comparar mi música se puede hacer.
‘Canción del adiós’ se puede comparar 
con canciones de José Luis Perales, por ejemplo. Un amigo me decía hace
poco que las canciones tecno de ‘Chill Out’ sonaban a los noventa, Scatman y
cosas así. ‘Todo esta energía’ puede ser de Manolo García. Y “Momentos bestias’
tiene guitarras que parecen de Loquillo. ‘Siento que muero’ puede sonar a Maná
(me la canta, entre risas, como si fuera el
cantante del grupo mexicano). ‘Noche eterna’ puede parecer una canción de
10cc, el ‘I’m Not In Love’… Referentes los tengo, no vengo de la nada”
.

Fin de la entrevista. Pero os cuento que aun
hablamos de más cosas. De lo grande que es “Gran Torino” de Clint Eastwood y lo mucho que nos gusta a los
dos John Carpenter. De la gran cantidad de grupos chulos que hay en la
actualidad (Joël me nombra a Extraperlo, Thelematicos, Internet 2 o Monta-man),
y de su lado esotérico (“Creo en la energía y en poder de las piedras”
, me
confiesa, “siempre llevo piedras encima, llevo cuarzos, amatistas y creo en
la transmisión de la energía de personas a cosas. Soy como un brujo, un brujo
blanco, buscando siempre el bien”
).

Un comentario
  1. That's a sharp way of thkniing about it.

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