Euros Child es pequeño y delgado. Tiene veintitrés años, aunque pasaría por dieciséis. Él pone el talento y el violín, mientras que su hermana Megan le cubre las espaldas. Seis discos en cinco años y un respeto ganado a base de coherencia. GORKY’S ZYGOTIC MYNCI presentaron su flamante «Spanish Dancers Troup» en una cueva catalana y Mondo Sonoro estuvo ahí para entrevistarles. Todo muy psicodélico, sí señor.La prensa musical europea en pleno se halla reunida en la terraza del hotel donde se hospedan Gorky’s Zygotic Mynci. Entre bostezos, medianas y paquetes de Marlboro que se consumen del primer al último cigarrillo, los plumillas de las revistas especializadas y no tan especializadas se muestran escépticos y sorprendidos ante la presentación de «Spanish Dancers Troupe», el sexto y nuevo disco de los galeses. La razón de tanto alboroto es que Euros, Megan y compañía van a presentar el trabajo dentro de una cueva cerca de Montblanc (Tarragona). Los periodistas ingleses e italianos se muestran impacientes por atacar la cena que tenemos preparada dentro de la cueva para antes del concierto, ocasión ideal para probar el aguante etílico de los representantes de la prensa de cada país. Entre tanta entrevista la espera se hace pesada, pero merece la pena ser paciente para hablar tranquilamente con el grupo sobre un disco que requiere tan extraña presentación. Vaya por delante que «Spanish Dancers Troupe» es un buen álbum, repleto de delicados esbozos de pop silvestre, con algún que otro (más bien poco) arrebato ruidista y con un gran single, el que da nombre al disco. Algunos habían lamentado que el anterior «Gorky 5» (98) hubiera obviado gran parte de la experimentación de sus anteriores álbumes («Tatay» (94), «Patio» (94) «Bwyd Time» (95) y «Barafundle» (97)) y que les valió el respeto unánime de la crítica. Sin embargo, los de Euros Child están trabando una discografía más que sólida -¡Euros tiene veintitrés años y seis discos sus espaldas!- «Spanish Dancers Troupe» no hace más que asentar sus cimientos. «El disco anterior lo hicimos en un gran estudio y estuvimos mezclando mucho tiempo. Fueron cerca de tres semanas en busca de la perfección y esto resta un poco de espontaneidad al grupo, es más estresante. Esta vez nos lo hemos pasado mejor haciéndolo, creo que en la música puedes oír que estamos más relajados». Cierto. Lo que dice Megan se percibe en las frágiles líneas de violín que secundan la voz de su hermano. Es un disco relajado, se nota en las atmósferas campestres, en el gusto por el folk, en el coqueteo con el country más amable de «Faraway Eyes». «Cuando grabamos «Gorky 5» estuvimos tres meses encerrados cinco personas en el mismo sitio. Esta vez estábamos cinco días grabando y luego volvíamos a casa para descansar. Además «Spanish Dancers Troupe» se grabó sin tener aún discográfica, con lo que la presión era mucho menor». Gorky’s Zygotic Mynci no es una banda que despierte expectativas, sino más bien un pequeño grupo de gente que está contenta con la música que hace, por lo que la presión no parece existir en ninguno de sus trabajos, excepto la que caía sobre los pequeños hombros de Euros Child dada su corta edad, la que acusaba a Gorky’s Zygotic Mynci de ser un grupo teenager. La canción que da título al álbum parece casi una referencia a la historia personal de Euros. Para más señas, la letra dice así: «El lunes me desperté y me preparé para ir a la escuela / me puse mi uniforme y me iba tres tallas pequeño / dije: profesor, he estado seis años fuera y no he terminado mi ensayo porque hacer rock’n’roll era OK». Aunque algunos crean que los galeses han perdido el factor sorpresa, su nuevo trabajo posee suficientes buenas canciones como para no tener que recurrir a razones extramusicales para justificarse. Empezando por la arriba citada, «Spanish Dancers Troupe», que se pega al cerebro como una paparra. «Puede ser una broma pero va de algo excitante como escaparse de casa e irse a España con una panda de músicos, aunque se trata de una visión mítica o más romántica de España, quizás no sea la España real». Desde luego, les digo, las trompetas que han puesto al final de la canción son más bien mejicanas. «Ya, (risas) nos lo acaba de decir otro compañero tuyo español, tendremos que regañar al trompetista, aunque esta parte sí responde a la visión que teníamos nosotros de España, tú también debes creer que la gente en Gales toca el arpa». Quizás no toquen el arpa, pero aunque ya no quede rastro de sus anteriores composiciones en galés, lo que está claro es que tocar dentro de cuevas no les librará de la fama de duendes que se han ganado a pulso. Sin embargo, su música, inspirada en Kevin Ayers (podría ser su tatarabuelo) y la psicodelia de los sesenta, tiene algo de encantador y mágico que seduce al más estirado. Ellos, ajenos al ajetreo de Londres y a las suspicacias de los periodistas, se dedican a cumplir con su cometido ya sea en cuevas o en bosques encantados y, aunque nadie estuviera ahí para verlos, seguirían haciéndolo.«Spanish Dancers Troupe» está publicado por Caroline.
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