Se da la casualidad de que, cuando hablo con Rasmus Stolberg por Zoom, me atiende desde una sala de conciertos de Bergen (Noruega), justo en el día en que el grupo más famoso de aquella ciudad, Kings Of Convenience, actúa en la mía. Cuando se lo comento, Rasmus me muestra una botella de zumo de naranja netamente valenciana (al menos eso marca la etiqueta) y me comenta que ahora entiende por qué Eirik Glambek Bøe le dijo que no podía acudir a verles.
El caso es que los daneses Efterklang están a punto también de presentar su estupendo nuevo disco, “Windflowers”, el sexto de su carrera, también por nuestro país, y era una ocasión estupenda para charlar con uno de los tres vértices del proyecto que completan Mads Christian Brauer y Casper Clausen. Estarán el 3 de noviembre en el Loco Club de València, el 4 en el Teatro Lara de Madrid (ciclo SON Estrella Galicia) y el 7 en la sala Capitol de Santiago (Ciclo Xacobeo Importa).
"Luz, esperanza, belleza: simboliza todo eso en términos musicales. Y nuestra música tiene mucho que ver con eso"
Entiendo que un título como “Windflowers”, que es una flor primaveral típica de vuestro país, es como una metáfora del sentimiento que todos tenemos ahora de renacer tras un año y medio en que nuestras vidas han cambiado.
Sí, el nombre común de la flor es anémona, conocida en todo el mundo. Es de las primeras en florecer en la primavera, los bosques se llenan de ellas. Anuncian la llegada de un nuevo tiempo. Y constituyen un regalo muy significativo. Luz, esperanza, belleza: simboliza todo eso en términos musicales. Y nuestra música tiene mucho que ver con eso, con el sueño de un mundo mejor, que no tiene por qué ser definido de un modo o de otro, la definición depende de cada cual. También lo identificamos con un enfoque curioso de la vida, sin oscuridad y con la mente abierta, sabiendo que hay muchas cosas por descubrir y experimentar.
Lo habéis grabado durante las cuatro temporadas del año en la isla de Møn, al sureste de Dinamarca, en los estudios Real Farm, un entorno que podríamos calificar de bucólico. ¿Cómo influyó el lugar y por qué tanto tiempo?
Sí, queríamos hacer un homenaje a Vivaldi [risas]. No, en realidad no teníamos planeado hacer este disco. Llegó el confinamiento, no podíamos salir de gira y tras unas semanas en estado de shock, llegamos a la conclusión de que lo único que podíamos tener bajo control era escribir nuestra música. Por suerte, tuvimos salud y gozamos de creatividad, y en poco tiempo Casper [Clausen] y Mads [Brauer] habían escrito suficientes bocetos de canción como para poner todo en común y decidir. Casper vive en Lisboa, pero todo resultó más fácil de lo que pensaba. Tuvimos un encuentro en verano, otro en otoño, otro en invierno, pudimos disfrutar del sol, pegarnos unos baños, que nos pillara la nieve en invierno… Obviamente todo eso ha influido en la música, pero no sabría decir cómo. De alguna forma el disco es como una cápsula del tiempo en la vida de los tres. Normalmente tardamos entre un año y año y medio en hacer un álbum, para el oyente es como una experiencia instantánea, pero para nosotros es como la banda sonora de todo ese tiempo, de todo lo que hemos vivido durante todo ese lapso.
El disco tiene ese componente de estar inspirado por la naturaleza, de pureza emocional. ¿Teníais miedo a sonar demasiado místicos, demasiado cercanos a la new age?
Sí, totalmente, es un equilibrio que has de tener en mente. Si se convierte en algo demasiado cálido o demasiado alegre, puede ser visto como algo autocomplaciente, y eso no es suficiente para nosotros. No puedes tener luminosidad sin oscuridad. El disco es más que un deseo de un futuro mejor para todos nosotros, en él también puedes encontrar algo de angustia y desesperación. También creo que ya hay demasiada oscuridad en estos tiempos como para hacer música de ese cariz. Lo nuestro siempre ha tenido un componente de escapismo, de escapar de tu rutina diaria. Aunque busquemos los contrates. Al final queda a juicio del público si es demasiado dulce o no.
Hablando de equilibrio: ¿por qué habéis decidido dejar el material más bailable, canciones como “Dragonfly”, “Living Other Lives”, “Mindless Center” o “Absent Sar”, para el último tramo del disco?
Buena pregunta. Creo que es porque, tras darle muchas vueltas al orden de las canciones, acabamos pensando que si empiezas un disco con canciones muy bailables y energéticas, creas una expectativa en el oyente de que continuará por esa senda, o incluso por algo más intenso, así que tras mucho barajarlo lo dejamos así. Es una bonita forma de acabar el viaje, y además Efterklang nunca hemos sido un grupo de música dance.
"Cuando empezamos con esto, con apenas veinte años, el mundo de la música era para mí nuestra banda y otras tres más que solía escuchar"
Recientemente habéis compartido una playlist en Spotify de más de cuatrocientas canciones, con material de Tirzah, The Durutti Column, Marvin Gaye, Stereolab o Autour de Lucie, entre muchísimos otros. ¿Son músicos que os hayan influido últimamente?
Esa lista representa lo que estamos escuchando en este momento. Algunas canciones llevan ahí un par de años, igual debería quitarlas, pero es lo que hemos escuchado últimamente. No es una lista de recomendaciones de la que pensamos es la mejor música de todos los tiempos, son más bien nuestras actuales fuentes de inspiración. O de disfrute, mejor dicho. Amamos la música. Y su mundo es tan enorme… Cuando empezamos con esto, con apenas veinte años, el mundo de la música era para mí nuestra banda y otras tres más que solía escuchar. Mi mundo era así de pequeño. Y creía que éramos tan buenos como esas bandas. Hoy en día, no pasa una semana sin que conozca varios artistas, algunos nuevos, otros del pasado. Es como cuando miras un cielo repleto de estrellas y te sientes pequeño. Te hace sentirte más humilde.
Colaborasteis con vuestros fans en el videoclip de “Hold Me Close When You Can”, y mantenéis una vía directa de comunicación con ellos a través de la plataforma Developed. ¿Es la música para vosotros, cada vez más, un factor de hermandad colectiva?
Totalmente. Lo hemos hecho siempre, pero hasta hace bien poco no éramos conscientes. El sentimiento de crear juntos con nuestra banda es fantástico. Siempre he sentido una gran camaradería con nuestros seguidores. Creo que muchos grupos desconocen cómo son sus fans, sienten que hay una distancia. Yo siento una cercanía natural con ellos, siempre tiendo a pensar que escuchan los mismos discos, ven las mismas películas y leen los mismos libros que nosotros. Es bonito pensar en cómo puedes conectar con ellos de un modo significativo. Esta misma entrevista que estamos manteniendo tú y yo es algo raro, porque el periodismo musical no es tan activo hoy en día, muchos periódicos y revistas han ido recortando sus plantillas, y cada vez la comunicación con nuestros fans se concreta más a través de las redes sociales, por mucho que tú vayas a transcribir esta conversación y compartirla con tus lectores. Aunque también es verdad que, por mucho que se diga que la comunicación a través de las redes sociales es muy directa, también hay mucho griterío y mucha gente que consume de forma frenética, sin pararse a degustar las cosas. Por eso es tan importante para nosotros que lo que creamos y cómo lo comunicamos a la gente albergue sentido.
Por cierto, habéis cambiado de sello, de 4AD a City Slang. ¿Lo habéis notado en algo?
No demasiado, la verdad. Estamos muy contentos en City Slang, no son una compañía tan grande como 4AD pero son mucho más grandes de lo que pensaba [risas]. Me encanta 4AD y gran parte de su catálogo y de su staff, estuvimos diez años con ellos y no quiero decir nada malo, pero me gusta estar en City Slang porque tienen un enfoque muy do it yourself y más indie, algo que conecta mucho con nuestra forma de hacer las cosas.
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