Desde Hondarribia (Gipuzkoa), y no desde ningún desierto californiano tan de moda últimamente, por cierto- llega el último trabajo del trío Dut, una de las bandas más interesantes del panorama vasco (por descontado), y del estatal. No fue hasta su disco conjunto con Fermín Muguruza (Ireki Ateak, 98) cuando tuvieron una repercusión incluso internacional (gira sudamericana incluida), pero lo cierto es que sus dos discos precedentes (Dut, y sobre todo At) ya mostraban sus señas de identidad: una muralla de sonido brutal, una adrenalina incendiaria y una guitarra (¡una sola!) y una base rítmica que echaban chispas. El mérito fue doble: nacer y hacerse un hueco en una escena vasca demasiado volcada con los sonidos más metálicos y/o tradicionalistas, y ser coetáneos (y por lo tanto no meras copias) del tan trillado stoner rock, etiqueta de manga tan ancha como artificial, con los maravillosos Kyuss al frente. En Dut hay riffs crudos y estratosféricos, dignos de ser encuadrados como stoner, sí, pero también hay una tensión inherente a sus temas, y unas canciones tan bien construidas como los mejores Helmet o todo unos Fugazi, por ejemplo. Eso sí, con una búsqueda constante de una identidad propia. Al habla Joseba (bajo y voz). “Los tres grupos que has nombrado son una gran influencia, pero más como concepto que como grupo a imitar, de todas maneras en este disco nos hemos dejado influenciar más por los estados anímicos y personales, y también por buscarnos a nosotros mismos como compositores que por influencias meramente musicales. Hemos mirado más hacia dentro que hacia fuera, mirando a nuestro puto ombligo, como ya nos han dicho alguna vez. ¿Qué cómo nos definimos musicalmente? Es difícil, pero últimamente decimos que hacemos “iohia musika”, lohia en euskera quiere decir barro pero también se emplea como lío o desfase..”.
Tras un largo proceso de composición, y una selección exhaustiva de los temas, llega su tercer trabajo como Dut: “Askatu Korapiloa”, un nuevo paso adelante en su corta pero intensa carrera, grabado en su local de ensayo en Psylocibe (Hondarribia) a manos de Karlos Osinaga y mezclado en los mágicos estudios Katarain (Azkarate) –el centro de operaciones de Kaki Arkarazo- por Angel Katarain. ¿Y qué es lo que encontramos en este nuevo trabajo? Para empezar, un diseño imponente: un entramado de ramas y árboles entrecruzados entre sí, que invitan a imaginar, a desenredarlas, y que milagrosamente, forman la palabra Dut. ¿Será un adelanto de la música que nos encontraremos dentro? “El diseño no fue premeditado, Galder (batería, voz) había sacado unas fotos a un árbol y nos gustaron, a partir de ahí vimos como entre las ramas aparecían las letras “dut” y decidimos jugar con ellas hasta que surgió la portada”. Y es que en euskera, askatu korapiloa significa “desata el nudo”, así, de manera general y abierta: el nudo que te impide ser tú mismo, el nudo que impide a un grupo de personas llegar a un objetivo común. El nudo que impide a alguien no prestar atención a un excelente tercer álbum que llega desde un pueblo costero vasco y que resulta ser realmente sincero, nada de banda sonora para anuncios de vaqueros o refrescos. Un álbum que empieza con tres auténticos trallazos: “Inkisidoreen Dantza Iluna”, “Eromena Abian” (con la colaboración estelar de Fernando de El Corazón del Sapo) y “Unean Uneko”. Cuando no das crédito a tus ojos, llega un tema como “Petrolioa Ere”, donde el muro creado por Joseba, Xabi y Galder desemboca en un precioso poema en castellano interpretado por Carlos Desastre (713avo Amor, Akauzazte), sobre la situación de los inmigrantes ilegales. Sin demagogia. Sin falsedades. Y con una crudeza real como la vida misma. “Yo creo que la crudeza que ha adquirido el disco se debe a que lo hemos grabado en el mismo lugar en el que lo hemos preparado, y esa es una magia que no te la quita nadie. El ser sólo tres no nos limita a nada que no queramos hacer, es más, estamos orgullosos de poder hacer tanto ruido siendo sólo tres”. Tras dos temas intermedios con sugerentes intros, llegamos a la parte experimental del disco. Cuatro temas (“Jauzia”, “Oker”, “Izurrite Zuria” y “Hotzikara”) densos, que dan un aire ecléctico al álbum. Prohibido repetirse. “En cada disco que hemos hecho siempre hemos dejado una pista respecto al siguiente disco y supongo que en este también habrá alguna pista de cómo será el siguiente disco. Lo que nunca intentamos es repetir nuestros propios esquemas”.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.