En 2007, Geoff Travis, capo de la británica Rough Trade, vio algo en la voz y las canciones de esta canadiense de cara angelical y amabilidad extrema que hizo que su disco de debut se editara en Europa y Japón antes de ser conocido en tierra americanas. No obstante, numerosas críticas tildaron de sobreedulcorado aquel “Oh My Darling”, algo que seguramente no sucederá con “Heart Of My Own”. “Es una etiqueta que en principio me dolió, pero tienes que acostumbrarte a escuchar opiniones de otros. Rítmicamente, el nuevo disco es más poderoso. En cualquier caso, lo que he intentado es seguir siendo honesta con mi forma de ver la música; pero sí, es más fuerte”, admite Basia. Grabado con ayuda de Howard Billerman (batería de Arcade Fire en la grabación de “The Funeral”), la mayoría de las canciones de “Heart Of My Own” fueron compuestas en diferentes ciudades durante la gira del primer disco. “Me gusta explorar la percepción que puedo tener sobre las cosas en momentos en los que no me encuentro en lugares o situaciones con las que esté familiarizada. Es difícil encontrar el silencio. Me sucedió en el desierto de Nevada y en Yukon, lugares donde mi cabeza explotaba de ideas. Creo que eso ha influido mucho en el disco”, explica Basia, dueña de una innata curiosidad por conocer y tocar todo tipo de instrumentos. “De pequeña fui a clases de piano, pero siempre probé a tocar todo lo que caía en mi mano. Se me asocia sobre todo con el autoharpa, y me gusta, porque es mi favorito”. Con el autoharpa como apoyo principal, pero también con un riquísimo set de instrumental folkie como revestimiento, la voz de Basia surca “Heart Of My Own” en un ejercicio de autoafirmación, tanto musical como personal, que ilumina las señales que ya dejaba mostrar en su debut. “El título va un poco por ahí. Para lo que sea, tengo un corazón, y es mío”
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